Defensa
Un millón de euros para una misión estéril: el coste del «Furor»
El buque ha escoltado una flotilla que no puede defender con un gasto por valor de un año de comedores sociales
Comprar camiones de bomberos forestales, contratar personal contra incendios, 1.000 becas de comedor escolar, un comedor social durante más de un año o el equipamiento básico de 150 soldados de infantería. Ese es el dinero que se ha esfumado en los últimos días para llevar a cabo una misión totalmente estéril que será recordada como una auténtica cortina de humo para distraer los ojos de la opinión pública de un presidente que se encuentra en la picota por culpa de su entorno.
Así ha transcurrido la misión del BAM P-46 «Furor», un buque de patrulla que tenía órdenes de no actuar salvo para «labores de salvamento», como determinó la ministra Margarita Robles. Las posibilidades de enfrentamiento se limitaban a la autoprotección del propio buque, sin poder intervenir para defender a la flotilla en ningún caso.
Calcular el presupuesto total de la misión resulta cuanto menos complicado, pero se puede llevar a cabo una aproximación con base en los distintos gastos que puede entrañar la operación. El más elevado tiene que ver con el combustible de la patrullera, que se llevaría buena parte del presupuesto. En el caso del «Furor», utiliza un sistema de propulsión CODOE, es decir, cuenta con dos motores principales diésel y otros dos motores eléctricos de 750 kW para baja velocidad o posición estática.
Supongamos que la operación durará unos catorce días: ocho de tránsito entre la ida y la vuelta, junto con seis de escolta y presencia en la zona, en los que los motores no funcionan de manera tan exhaustiva. En ese escenario, el consumo de combustible, conocido en el estándar OTAN como F-76, alcanzaría los 383.104 euros durante los días de tránsito y 56.064 euros durante el periodo de escolta y presencia, sumando un total de 439.168 euros.
Por otro lado, lo acompaña un helicóptero H135 Nival, que añade unos costes operativos difíciles de discernir pero que, por el mero hecho de tenerlo preparado, aunque no realice ninguna operación, ya suma un gasto adicional.
En cuanto a los suministros y la subsistencia del equipo humano de la misión, si utilizamos los estándares de Estados Unidos para esta cuestión, el gasto por persona y día asciende a unos 63,24 euros en alta mar. Es un importe auditado por la Secretaría de Defensa estadounidense que se utilizará para establecer un paralelismo con el caso del buque español, aunque seguramente en el caso del «Furor» sea algo menor.
Teniendo en cuenta que hay unas 58 personas en el buque (aunque originalmente estaba concebido para 46), contando marinería, oficialía y personal médico, el precio ascendería a unos 51.156 euros en total para una misión de catorce días. A esto habría que añadir los propios salarios de los tripulantes, que percibirían indemnizaciones por despliegues internacionales y que oscilarían en un total de 135.380 euros si se tiene en cuenta las tablas salariales mostradas por el Ministerio de Defensa.
Además, cada misión también genera unos gastos de amortización del buque y de mantenimiento del mismo. No son desembolsos directos sobre la operación, sino que van acumulándose a largo plazo. Para realizar estos cálculos se utilizan estándares de planificación naval y métodos de amortización lineal. Contando con ambas cuestiones, el importe total sería de unos 373.072 euros.
Sumando todos estos gastos estimados para catorce días de misión, llegamos a unos 998.776 euros. Casi un millón de euros, de los cuales a día de hoy ya se han consumido cerca de 500.000 euros. Dinero con el que se podría alimentar a más de 1.000 niños en comedores escolares o llevar a cabo diversas ayudas que durarían todo un año, cifra que se duplicaría en el hipotético caso de que la misión se extendiera durante los catorce días planeados.
Esto, teniendo en cuenta que la misión española ha sido más modesta que la iniciativa italiana. Frente a la patrullera española, la Marina Militare ha desplegado dos fragatas, las cuales tienen un nivel más elevado de personal y un consumo de combustible que se dispara completamente hasta los 150.000 o 170.000 euros al día, más del doble que el «Furor».
La misión española, que comenzó a las 00:29 horas del 26 de septiembre, ha tenido un presupuesto mucho más humilde, pero no por ello tiene más sentido. El buque simplemente ha estado presente, sin permiso para actuar ni hacer ningún tipo de apoyo real, ya que lo tenía exclusivamente prohibido por la dirección de la operación. Algo que, por otro lado, resulta lógico, ya que la iniciativa privada de la flotilla podría desencadenar un incidente a nivel internacional en caso de que la Armada hubiera actuado.
En el año 2019, el «Audaz», uno de los hermanos del «Furor» ya levantó ciertas problemáticas al participar en misiones humanitarias durante las crisis de inmigración anteriores a la pandemia de COVID-19. Fue una misión menos exigente a nivel de consumo de combustible, pero ya en su momento se puso sobre la mesa que el coste de partida podía elevarse rápidamente hacia el millón de euros, aunque la misión fuera corta. Teniendo en cuenta que la misión se ha alargado más que la del «Audaz» y que las distancias han sido mucho más prolongadas, no es de extrañar que los costes operativos estén rondando precisamente el millón de euros.
De toda esta cuestión se extrae algo evidente: es un gesto que carece completamente de sentido. Más de medio millón de euros para un movimiento político y simbólico que se diluye en el mismo instante en el que el buque se detiene antes de la zona de exclusión y tiene órdenes de no intervenir en absoluto, pase lo que pase. Un gesto torpe, poco meditado y que no llegará a complacer a ninguna de las partes del espectro político.