Caso Manos Limpias

Pineda, sobre la extorsión a la Infanta: «Es una oportunidad de la hostia»

Las conversaciones intervenidas por la UDEF en la «operación Nelson» revelan que el presidente de Ausbanc desconfiaba de la abogada de Manos Limpias: «Hay que anularla, hasta humillarla»

Luis Pineda (en la imagen) fue detenido, al igual que Bernad, el 15 de abril en el marco de la «operación Nelson»
Luis Pineda (en la imagen) fue detenido, al igual que Bernad, el 15 de abril en el marco de la «operación Nelson»larazon

Las conversaciones intervenidas por la UDEF en la «operación Nelson» revelan que el presidente de Ausbanc desconfiaba de la abogada de Manos Limpias: «Hay que anularla, hasta humillarla»

El presidente de Ausbanc, Luis Pineda, tenía claro que la imputación de Manos Limpias a la Infanta Cristina en el «caso Nóos» era la ocasión de su vida para hacer caja. En las conversaciones intervenidas por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF) –incorporadas al sumario en el que se investigan, entre otros, al responsables de Ausbanc y al secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad–, Pineda se refiere a ese intento de extorsión (en el que el pasado marzo llegaron a pedir tres millones de euros a cambio de retirar la acusación contra la hermana del Rey) como «una oportunidad de la hostia» y «el tren de nuestra vida».

En una de esas conversaciones, del pasado 9 de febrero, Pineda se muestra muy preocupado por el comportamiento que pueda tener al respecto Bernad ante esas supuestas negociaciones en Barcelona. «Tenemos un plan y una hoja de ruta», le insiste a Javier Castro, responsable de Comunicación del sindicato y también imputado. Y le da instrucciones sobre cómo debe actuar el secretario general de Manos Limpias. «Dile: “Miguel, céntrate, que es una oportunidad de la hostia ¿eh?”. La mejor». Pineda está obsesionado con que Castro esté «pegado» a Bernad porque, recalca, «de aquí al viernes se juega esta partida».

La UDEF cree que esa conversación trasluce «la importancia que tiene para Luis Pineda y Manos Limpias el asunto que están tratando, vinculado a la comparecencia de la Infanta por el “caso Nóos”», hasta el punto de haber elaborado «una estrategia» en la que Pineda «marca las pautas» para que el asunto culmine «con un resultado beneficioso para ellos». El presidente de Ausbanc, asegura la Policía en el informe en el que analiza esas llamadas, quiere tener todo completamente controlado, porque «no tiene una confianza plena» en la capacidad de Bernad «para afrontar este asunto».

En una conversación mantenida al día siguiente entre los mismos interlocutores, Pineda hace hincapié en la trascendencia de esa «negociación». «Si no se nos pasa este tren, macho –le dice a Castro–, es el tren de nuestra vida ¿eh?». Y, por si hubiese alguna duda, quiere asegurarse de que Bernad dejará claro a su interlocutor que «esto se hará, eh... como diga Luis Pineda». La UDEF recalca que se demuestra así nuevamente que es el responsable de Ausbanc quien «marca las directrices», así como la «precaución» que tienen ambos al tratar el asunto telefónicamente.

«Hay que estar muy encima»

Incluso llega a asegurar que le recuerde que «me ofrecieron X», por lo que «hay una cifra de referencia, ¿me explico?», desprendiéndose de estas palabras, según los investigadores policiales, que «esperan obtener un importante beneficio económico». «Tenemos que estar muy encima, Javier, que ésta es la oportunidad que estamos esperando», se despide.

Pineda no sólo desconfiaba de Bernad, sino también de la abogada de Manos Limpias en el «caso Nóos», Virginia López Negrete. El pasado 7 de enero, en otra conversación con el director de Comunicación del sindicato, Pineda y Castro se quejan de que Bernad «no hace ni puñetero caso a nadie» y de que la letrada «es tonta del culo» porque «se cree que éste va a ser el juicio de su vida pero es que va a ser “hola y adiós”». «No se la puede dejar ese minuto de gloria, coño, no se la puede dejar, hay que anularla, además de vez en cuando hasta humillarla un poco».

«A ésta no le hagas ni caso –le dice Pineda a su interlocutor–, ésta hace lo que se la mande, aunque luego diga tonterías, ¿entiendes?».