Congreso
Podemos, camino de tumbar el embargo a Israel y la Ley de Movilidad Sostenible
El Gobierno y los socios se muestran incrédulos ante la posibilidad de que finalmente Podemos vote en contra.
Ya es redundante decir que cada votación en el Congreso es un sobresalto. Los números están siempre tan ajustados que todo se apura hasta el último minuto. Hoy es un día más. Lo único que cambia es quién intenta sacarle rentabilidad política a complicarle la vida al Gobierno. Y hoy le toca a Podemos.
La formación morada va camino de tumbar este miércoles dos medidas clave para el Gobierno de Pedro Sánchez, el embargo de armas a Israel y la Ley de Movilidad Sostenible. Aunque desde Podemos todavía no han confirmado el sentido de su voto, el discurso que han estado manteniendo estos días hace prácticamente imposible cualquier escenario que no sea votar en contra si el Ejecutivo no cumple al cien por cien sus exigencias, algo que parece que no va a suceder.
De producirse ese voto en contra, este miércoles marcará un antes y un después en el desmarque de Podemos del resto del bloque de investidura y consolidaría su ruptura total con el Gobierno. Hay que tener en cuenta que son medidas que, gusten más o menos, han conseguido el apoyo transversal de la mayoría de socios. Hasta Junts, otro experto en doblarle el pulso al Ejecutivo, votará a favor. Y eso es precisamente lo que ha provocado que todo dependa de Podemos.
En privado, tanto miembros del Gobierno como del resto de los socios parlamentarios reconocen que les cuesta creer que vayan a votar en contra de las dos medidas, especialmente del embargo de armas. Sin embargo, fuentes de Podemos aseguran que todavía no se han producido negociaciones, que nadie en Moncloa ha llamado a Ione Belarra para intentar que vire su posición. En el Ejecutivo, en cambio, aseguran que sí están hablando. Ni siquiera en eso se ponen de acuerdo. Pero el principal problema es que, aunque hablen, Podemos ha marcado sus exigencias con tanta firmeza que sería difícil de explicar que no voten en contra si Sánchez no se pliega al completo a sus exigencias.
De la Ley de Movilidad sostenible depende que España reciba 10.000 millones de euros de fondos europeos y ha recibido el apoyo de todo el Congreso, excepto de Vox, PP, Podemos y UPN. Esto es un empate a 175 votos, lo que haría que decaiga. El Gobierno sólo necesita un voto para romper ese empate y la presión hacia Podemos es máxima. No sólo del Ejecutivo y el resto de socios, que reconocen que aunque la norma es mejorable, tumbarla no es el camino, sino también de las asociaciones. Greenpeace emitió ayer un comunicado junto a otras 14 entidades de la sociedad civil pidiendo que se tramite la ley.
Pero el precio que ha puesto Podemos es muy claro: para facilitar la tramitación, el Ejecutivo tiene que detener las ampliaciones del aeropuerto de El Prat y del puerto de Valencia, algo que el Gobierno de momento no parece dispuesto a hacer. En Moncloa critican que los morados se hayan instaurado en posiciones de máximos, sin dejar margen para negociar. "No se puede convertir cada ley en la carta de los Reyes Magos", critica un destacado dirigente socialista.
Sin embargo, esa parece ahora la estrategia de Podemos. Con el embargo de armas a Israel, que se votará este miércoles después de que Junts y PP pidieran aplazarlo para que no coincidiera con la matanza del 7-O, está pasando lo mismo. Podemos pide que el Gobierno retire el decreto por completo y que presente uno nuevo, un escenario en el que ahora mismo no se está moviendo ningún otro grupo político. Aunque los socios tampoco están contentos con el decreto, han pedido que se tramite como proposición de ley para introducir después enmiendas. Esta perspectiva tampoco gusta a los morados, que dicen que cuando se opta por esa opción, las leyes acaban muertas en un cajón.
Ayer, durante el debate, Ione Belarra se mostró muy dura, volvió a acusar al Gobierno de ser "cómplice del genocidio" y subrayó que se trataba de un embargo "fake" que no estaba sirviendo para detener realmente el comercio con Israel.
"Nos cuesta mucho creer que finalmente lo vayan a tumbar. El embargo ya está aplicado, si el decreto no se convalida, entonces cae", asegura una fuente de Sumar. "El decreto es la nada", critican desde Podemos. "Lleva casi un mes en vigor y han pasado cuatro barcos con armas para el genocidio", añaden. Aunque las fuentes aseguran con rotundidad que no votarán a favor, dan evasivas sobre si cabe la abstención, que serviría para que el decreto no decaiga. Pero advierten: "No nos importa quedarnos solos en la votación. Es el pan nuestro de cada día".