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Podemos deja caer a Page y amenaza a los otros barones díscolos

Echenique asegura que los acuerdos en Extremadura y Aragón están «en revisión»

Pablo Echenique, secretario de Organización, durante la rueda de prensa celebrada tras el Consejo de Coordinación de Podemos
Pablo Echenique, secretario de Organización, durante la rueda de prensa celebrada tras el Consejo de Coordinación de Podemoslarazon

Echenique asegura que los acuerdos en Extremadura y Aragón están «en revisión»

Pablo Iglesias hizo público ayer el primer movimiento de la estrategia de presión al PSOE que piensa poner en práctica en el periodo que va desde el 25-S al 31 de octubre, día en el que, si no se ha investido a un presidente, se disolverán las Cortes y se procederá a convocar terceras elecciones. Con el conocimiento de Iglesias y de la plana mayor de Podemos, José García Molina, secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, dio por «muerto» el pacto con el PSOE que hizo presidente de esta región a Emiliano García- Page, uno de los barones socialistas más críticos con Pedro Sánchez y totalmente contrario a que éste llegue a La Moncloa con el apoyo de la formación morada. Tanto Iglesias como Pablo Echenique dejaron claro que se trata de una decisión tomada desde Toledo por motivos estrictamente regionales, pero resulta imposible pensar que una decisión de este calado no esté completamente encuadrada en la estrategia general de pactos de Podemos, que pasa por aumentar la presión al Partido Socialista para que acepte un Ejecutivo plural que incorpore a ministros de la formación morada. Echenique se apresuró a asegurar que de momento no se prevé que lo ocurrido ayer en Castilla-La Mancha no se repita en otras regiones, pero lo cierto es que hay cuatro gobiernos autonómicos socialistas en España que son desde la mañana de ayer más precarios de lo que ya eran.

En Extremadura, Fernández Vara logró ser elegido presidente en primera votación por mayoría absoluta gracias a los seis escaños de Podemos. En Aragón, Javier Lambán cuenta con una posición más precaria que Fernández Vara. En las autonómicas de 2015 logró 18 escaños y necesitó de los 14 de Podemos para (junto a los dos de IU y uno más de la CHA) lograr la mayoría absoluta. En Valencia y Baleares Podemos apoya también a presidentes autonómicos socialistas –concretamente a Ximo Puig y a Francina Armengol– pero no lo hace en solitario sino junto a otros formaciones de izquierda como Compromís y Més. En cualquiera de los dos casos, no obstante, si Podemos abandona el pacto, ninguno de los dos gobiernos autonómicos podría mantenerse en pie.

Echenique fue explícito en este punto al asegurar que, a pesar de que la decisión de Molina es «puramente autonómica», todos los pactos con el PSOE están en «permanente evaluación y control». En este sentido es preciso recordar que Podemos en Castilla-La Mancha no es una excepción y pasa en estos momentos por un periodo de división interna. Hace apenas diez días, 63 miembros de la formación firmaron un manifiesto en el que cuestionaban el liderazgo de García Molina y pedían que se abriera un proceso de primarias. Sin embargo fueron las palabras del propio Iglesias las que dejaron traslucir la estrategia de presión al PSOE que subyace tras la ruptura del pacto con García-Page. «Espero que el PSOE reconozca que solos no podemos y reconociendo que solos no podemos, podemos ponernos de acuerdo para un gobierno mirándonos de igual a igual», dijo.