Defensa

Una Princesa para "reforzar el papel de la mujer en las Fuerzas Armadas"

Defensa ve en la carrera militar de Doña Leonor una oportunidad para potenciar la presencia femenina en los ejércitos y la Armada, que se sitúa ya en el 13%

La mujer en las Fuerzas Armadas
La mujer en las Fuerzas ArmadasTania NietoLA RAZÓN

«El ingreso de Su Alteza Real la Princesa de Asturias en las academias militares refuerza el papel cada vez más relevante de la mujer en las Fuerzas Armadas, cuyas oficiales se forman en los mismos centros docentes militares». Esta frase forma parte del preámbulo del recién aprobado Real Decreto 173/2023, de 14 de marzo, «por el que se regula la formación y la carrera militar de Su Alteza Real la Princesa de Asturias, doña Leonor de Borbón y Ortiz», quien desde agosto y durante tres años pasará por las tres escuelas castrenses para prepararse para el día en el que se convierta en la capitán general de las Fuerzas Armadas. Una «noticia muy importante», dijo al respecto la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien quiso «poner de relieve» que «el Mando Supremo de las Fuerzas Armadas va a ser una mujer».

De ahí que la formación militar de la heredera lleve también aparejado el reto de normalizar y potenciar la presencia femenina en los dos ejércitos y la Armada. Ya lo avisó Robles el martes cuando lo anunció en el Consejo de Ministros: «En los últimos años venimos haciendo un esfuerzo muy importante en la incorporación de la mujer en las Fuerzas Armadas y la formación militar de la Princesa va a ahondar en esa línea que tenemos». Y esa línea no es otra que la de aumentar la cifra de mujeres que se unen a la milicia, la cual se sitúa en la actualidad, tras 17 años estancada, en el 13 por ciento.

Porque este 2023 en el que Doña Leonor se convertirá en dama cadete y jurará bandera como una alumna más (a pesar de tener un programa específico y concentrado) se cumplen, además, 35 años de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas. De aquellas primeras 25 que dieron un paso al frente en 1988 se ha pasado a las 15.864 actuales, entre las que hay ya una general de división y otra de brigada.

Lento crecimiento

Pero todavía queda mucho camino por recorrer y pese a que el Departamento que dirige Robles ha intentado de numerosas formas atraer a más mujeres al Ejército, los resultados no han sido tan óptimos como se esperaba. Porque aunque se ha registrado un ligero crecimiento, el ritmo ha sido muy lento y con pequeños altibajos. Así, desde 2006 la cifra se ha ido moviendo entre las 15.000 y las 16.000.

Al menos por el momento se ha superado la barrera del 12 por ciento (desde ese año el porcentaje ha oscilado entre el 12,02 y el 12,9) y se ha alcanzado el tan deseado 13 por ciento, tal y como se desprende de las últimas estadísticas del Observatorio militar para la igualdad entre mujeres y hombres en las Fuerzas Armadas (con datos a 31 de diciembre de 2022), a las que ha tenido acceso este periódico.

Unos datos que muestran cómo en los últimos 20 años se han incorporado a un ritmo muy lento algo más de 4.040 mujeres, las cuales han ido rompiendo numerosos hitos: la primera al mando de una unidad, la primera boina verde, la primera piloto de caza, la primera general... o la primera fallecida en misiones en el exterior, en las que las mujeres militares pueden participar desde 1999, cuando se modificó el Régimen de Personal.

Este lento crecimiento a lo largo de las últimas dos décadas contrasta con los primeros años en los que los cuarteles se abrieron a las mujeres. Como ejemplo, solo entre 1999 y 2006 se alistaron 10.281. Y entre 2006 y 2022, unas 818. Eso sí, el actual equipo ministerial dirigido por Robles ha hecho de ésta su batalla y ha tratado de potenciar esa presencia femenina con, entre otras, numerosas medidas para tratar de fomentar la conciliación, aunque con un éxito relativo: el incremento roza el medio millar desde que llegó al Ministerio. Pero, por ejemplo, en cifras absolutas, el número de mujeres cayó de las 16.022 de 2021 a las 15.864 de 2022, aunque también el de hombres (1.951 menos). De ahí que la formación de la Princesa Leonor –dama cadete Borbón a partir de agosto, cuando ingresará en la Academia General Militar de Zaragoza– se vea como un revulsivo para normalizar la presencia femenina en los cuarteles y que se produzca un incremento sostenido en el tiempo, acabando, entre otros, con estereotipos como el de que la milicia es una profesión de hombres.

Por encima de la media

Pese a ello, España es uno de los países que cuentan con un mayor número de mujeres en las filas de sus ejércitos, superando a otros como Alemania (12 por ciento), Portugal (12) o Italia (6 por ciento). Incluso nuestro país está por encima de la media de la OTAN, que se sitúa en el 12 por ciento. Y no solo eso, pues si la comparación se hace con otros cuerpos de seguridad españoles, las Fuerzas Armadas también salen ganadoras. En el caso de la Guardia Civil, hay 6.160 mujeres (8,11 por ciento), mientras que en la Policía Nacional el porcentaje es del 16,25, aunque en cifras absolutas hay 11.128 mujeres, esto es, 4.736 menos que en los ejércitos y la Armada.

Donde más presencia femenina hay es en el Ejército de Tierra, con 8.756 mujeres, el 11,46 por ciento del total de efectivos (76.384). Otras 2.926 pertenecen a la Armada y suponen el 13,80 por ciento, mientras que en el Ejército del Aire y del Espacio el 14,23 por ciento de sus 21.342 efectivos es mujer, esto es, 3.038. Sin embargo, el mayor porcentaje de mujeres se encuentra en los Cuerpos Comunes (Jurídico, Intervención, Sanidad y Músicas), con el 36,29 por ciento, aunque únicamente hay 1.144.

Pero también es destacable la cifra de las que participan en misiones en el exterior. En la actualidad hay alrededor de 3.000 militares españoles desplegados en una veintena de operaciones repartidas por todo el mundo, de los que un 8,55 por ciento es mujer, aproximadamente unas 255. Un porcentaje que también supera al de otros países aliados, como Alemania (7 por ciento), Portugal (5) o Italia (4,5 por ciento). En otros, como Francia, la presencia femenina en operaciones internacionales supera el 9 por ciento.

Un punto este, el de las mujeres en misiones, en el que la ministra ha hecho siempre mucho hincapié. De hecho, a finales de 2022 destacó en un foro sobre «Mujeres, Guerra y Paz» que «incrementar el número de mujeres militares es particularmente importante. Cuando van a zonas de guerra, siempre es más fácil para las mujeres víctimas de conflicto», dijo poniendo de ejemplo que en Mali «las mujeres contaban que se sentían más seguras cuando se encontraban con mujeres militares».

Por ello, el viernes mostró su «orgullo» por «ver esa incorporación plena de la mujer a las Fuerzas Armadas». Lo hizo durante la entrega del premio «Soldado Idoia Rodríguez», donde apuntó que «la vida militar es un reto apasionante», celebrando que «cada día son más las mujeres que se incorporan».

Generales, coroneles, subtenientes, cabos...

Y esa «incorporación plena» de la mujer queda representada sobre todo en las dos primeras oficiales generales de la historia: la general de división Patricia Ortega (2019) y la general de brigada Begoña Aramendía (2021). Y tras ellas, otras 15.862 mujeres repartidas en diferentes empleos y escalas.

Así, un 11,3 por ciento de los oficiales es mujer y entre ellas hay 48 coroneles, dos capitanes de navío, 244 tenientes coroneles, cinco capitanes de fragata, 255 comandantes, 15 capitanes de corbeta, 617 capitanes, 44 tenientes de navío, 438 tenientes y 23 alféreces de navío.

Una escala más abajo, en la de suboficiales, las mujeres representan el 6,6 por ciento con 17 subtenientes, 302 brigadas, 693 sargentos primeros, y 687 sargentos.

Por último, la mayor representación femenina se encuentra en la escala de Tropa y Marinería, con un 15,4% de mujeres. En ella hay, según se desprende de las estadísticas de Defensa, 20 cabos mayores, 1.697 cabos primeros, 3.903 cabos, 4.981 soldados y otras 1.142 con el empleo de marinero.

Todo esto en cuanto a quienes visten de uniforme, porque en el Ministerio de Defensa y sus organismos dependientes también hay civiles, en concreto 14.114. Y de ellos, 6.395, el 45,3 por ciento, son mujeres. El mayor número se encuentra entre el personal laboral, con 3.050 trabajadoras de un total de 8.463, el 36 por ciento. Otras 1.853 son funcionarias, el 50 por ciento, mientras que entre el personal estatutario hay 1.492 mujeres (76,5 por ciento) frente a 456 hombres.

Unos datos todos los citados que confirman esa plena igualdad de condiciones y demuestran que pocos hitos quedan ya por alcanzar para las mujeres. Uno de ellos, quizás el más importante, que la jefatura de los ejércitos o del Estado Mayor de la Defensa recaiga en una de ellas.

Porque el máximo empleo y responsabilidad militar, el de capitán general o Mando Supremo de las Fuerzas Armadas, está reservado para la Princesa de Asturias cuando se convierta en Reina. Eso sí, hasta que ese día llegue y una vez finalice su formación en 2026, será la teniente –o alférez de navío– Borbón.

Un "plus de calidad" en las misiones

►La sede del Ministerio de Defensa fue el viernes el escenario de la entrega del X Premio «Soldado Idoia Rodríguez, mujer en las Fuerzas Armadas». Un galardón en memoria de la primera mujer fallecida en una misión en el exterior (Afganistán, 2007) y que este año ha recaído en la teniente coronel médico Marta Presa.

Durante el acto, la subsecretaria de Defensa, Adoración Mateos, aplaudió «la importante labor que desarrolla la mujer en los ejércitos tanto dentro como fuera de nuestro territorio nacional», subrayando que hay «una igualdad efectiva y real en todos los aspectos que rigen la carrera militar». «No existen destinos vedados para la mujer», señaló mientras destacaba que su presencia en operaciones en el exterior ha supuesto «un plus de calidad a la propia ejecución de la misión, especialmente en determinados entornos y culturas donde esta presencia ha permitido realizar intervenciones que sin ellas no hubieran sido posibles».