Elecciones generales

Sánchez facilita los grupos de ERC y LyD en el Senado con vistas a su investidura

El PSOE intensifica sus gestos hacia las formaciones soberanistas, que serán clave para llegar a La Moncloa.

El nuevo presidente del Congreso, Patxi López, se reunió ayer con el Rey Felipe VI en La Zarzuela
El nuevo presidente del Congreso, Patxi López, se reunió ayer con el Rey Felipe VI en La Zarzuelalarazon

El PSOE intensifica sus gestos hacia las formaciones soberanistas, que serán clave para llegar a La Moncloa. El líder socialista critica al Rey por el plantón a Forcadell y cree que «no hubiera estado de más» que se hubieran reunido.

Contra reloj. Así encara el líder del PSOE, Pedro Sánchez, los próximos días para tejer una red de alianzas que le permita garantizar su investidura. Aunque públicamente predica que le corresponde a Mariano Rajoy lanzarse a la búsqueda de apoyos, el secretario general socialista no se queda de brazos cruzados y, ante la previsión de que éste fracasará en su primer intento, ya allana el terreno de su camino hacia La Moncloa. A día de hoy el escenario no es el más propicio para el PSOE, el aval de Podemos es todavía incierto y Sánchez necesita contar con los 69 diputados de Pablo Iglesias y sus candidaturas de confluencia y con los dos de IU para plantar cara al bloque opositor de PP y Ciudadanos (163 escaños). A partir de ahí, los 161 parlamentarios del bloque de izquierdas deben recabar el aval de, al menos, tres parlamentarios más para obtener más «síes» que «noes» en una eventual investidura de Sánchez. Y aquí reside el nexo del problema, pues las formaciones que podrían garantizar la Presidencia del PSOE tienen un fuerte componente independentista y nacionalista.

Ésta es la razón por la que el líder socialista se ha lanzado en los últimos días al cortejo de estas formaciones, intensificando los convenientes guiños hacia ellas. El PSOE decidió ayer facilitar que ERC y Democracia y Libertad (LyD) –siglas con las que Convergència se presentó al 20-D– tengan grupo parlamentario propio en el Senado. Para ello, los socialistas les van a prestar a cada uno los dos senadores que necesitan para llegar a los diez, cifra que exige el Reglamento para constituir un grupo. Los dos parlamentarios cedidos para ERC son el ex presidente balear Josep Antich y el ex portavoz adjunto socialista en el Ayuntamiento de Castellón Josep Lluís Grau. En el caso de Democracia y Libertad, son el lucense Ricardo Varela y el cántabro Miguel Ángel González Vega. Los socialistas también cedieron al PNV uno de los tres puestos que les correspondían en la Mesa de la Cámara Alta.

Con estas cesiones, Sánchez se acerca a los independentistas y nacionalistas, a pesar de haber declarado públicamente que «no buscará» sus apoyos para resultar investido presidente. No obstante, fuentes de su entorno reconocieron a este diario que el hecho de que no los busque y no negocie con ellos no implica que vayan a rechazar sus votos en el caso de recibirlos.

En materia de pactos, el PSOE ha establecido su línea roja en la integridad y la unidad de España, negándose a sentarse a negociar con aquellos que no renuncien previamente a la defensa de «la autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan la fractura». Por ello, resulta curioso que la primera iniciativa que vaya a promover el grupo de ERC en el Senado –formado gracias a los socialistas– sea la de introducir el derecho de autodeterminación en la Constitución Española.

El préstamo de senadores de los grupos mayoritarios a los pequeños es una práctica tradicional en la Cámara Alta y se entiende como un gesto de cortesía parlamentaria. Aunque desde ERC se afanaron ayer en aclarar que se trata de una «colaboración cordial» que no supone pacto de ningún tipo, la actuación del PSOE despierta ciertas suspicacias.

Los contactos con los soberanistas no se circunscriben únicamente al Senado, ya que, como adelantó ayer LA RAZÓN, Sánchez llamará próximamente al nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para reactivar el diálogo con Cataluña y «tender puentes» de cara a la próxima legislatura. Esta iniciativa contrasta con la hoja de ruta del Gobierno en funciones, que ha rechazado por el momento reunirse con el nuevo president tras sus desplantes a la ley y a la Constitución. Una actitud que para Sánchez «no tiene ningún sentido», porque considera que «normalizar la interlocución» es «fundamental» y hasta para decir que no hay que sentarse a negociar.

Pero no todo queda ahí. Sánchez incluso elevó el discurso crítico respecto al comportamiento del Estado con Cataluña, en lo que concierne a la figura del Rey. En una entrevista en «Los Desayunos de Televisión Española», el líder socialista criticó que Felipe VI hubiera rehusado recibir a Carme Forcadell en La Zarzuela. «La Casa Real tiene un papel institucional que jugar. Lo está haciendo extraordinariamente bien. Pero, honestamente creo que no hubiera estado de más que se hubiera reunido con la presidenta del Parlament», destacó, en unas declaraciones realizadas con carácter previo a la visita del socialista Patxi López al Monarca.

Este tono displicente de Sánchez hacia la actuación adoptada por las instituciones del Estado con Cataluña contrasta con los gestos que el PSOE está haciendo para favorecer la representación de los partidos llamados a votar su investidura.

El líder socialista actúa contra reloj; el próximo 30 de enero reúne a su Comité Federal y espera, para esa fecha, poder trasladar a las huestes socialistas que su investidura está cerrada. En esta reunión, el PSOE tendrá que fijar la fecha del congreso en el que el partido decidirá si revalida el liderazgo de Sánchez al frente de Ferraz, una fecha que se postergará o no dependiendo de las opciones de su líder de salir investido. Sin embargo, los barones no permitirán que La Moncloa se conquiste a «cualquier precio» y mucho menos con apoyos debidos a quienes cuestionan la unidad de España.