Miami

Teoría del golpe blando

Rubalcaba está empeñado en destruir a Rajoy antes de que los datos le den la razón

Teoría del golpe blando
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Mi amigo personal, quien fuera restaurador de la democracia y los derechos del hombre en la República Argentina, el presidente Raúl Ricardo Alfonsín ( de la Unión Cívica Radical, moderado pese a su toponimia política, reclamado del krausismo español, dotado de una primera mayoría absoluta ) sufrió un golpe de Estado blando en su primer mandato: los todopoderosos y corruptos sindicatos peronistas le plantearon nada menos que trece huelgas generales en cuatro años, la hiperinflación motivó el cambio de la moneda por el austral porque los billetes de un millón de pesos no daban ni para pagar un café a pie de barra en una confitería y la oligarquía agrícola-ganadera colocaba su agio en Miami. Desayunando con mi médica personal en la terraza de nuestra embajada en Montevideo, Felipe González abroncaba sin recato a su secretario Julio Feo y al responsable de información, Eduardo Sotillos, corridos ante la testigo, y me comentaba que había recomendado a Alfonsín una economía de guerra y le había ofrecido a Miguel Boyer como asesor temporal. Superado por los acontecimientos y derrotado en las elecciones, Alfonsín tuvo la grandeza de ánimo de adelantar en meses la entrega del poder al peronista Carlos Saúl Menem, de infausta memoria y recipiendario de la debilidad del Estado argentino. Cuando Fernando de la Rúa, recuperó una presidencia radical, la continuación de la crisis económica y el «corralito» que bloqueó cuentas bancarias, dieron en desórdenes sociales y en una no aún no aclarada violencia de la Guardia de Infantería que provocó varios muertos en el microcentro porteño y la dimisión de la cúpula republicana, le obligó a huir en helicóptero desde la Casa Rosada a su estancia en las Pampas.

En una noche aciaga una fotografía identifica a Felipe González entre los desasosegados presentes en el patio de la Casa del Gobierno. Tras aquel golpe blando se sucedieron cuatro presidentes interinos hasta llegar a la convocatoria de elecciones anticipadas donde Ernesto Kirchner, el que fuera marido de la actual presidenta Cristina Fernández, se alzó con el poder con solo el 21% de los votos asentando la máxima que sólo el peronismo estaba legitimizado para gobernar y hasta hoy el país, tal como los socialistas españoles, tan identificados con el general Perón, único amigo de Franco, creen que por encima de la democracia de las urnas son los únicos ungidos para el Gobierno de España y que los demás son paréntesis trasnochados y reaccionarios.

El actual primer ministro italiano Mario Monti no sufre exactamente un golpe blando porque presentándose a las elecciones la próxima semana como antagonista del lúbrico corrupto de «Il Cavalieri» Silvio Berlusconi, antaño testaferro del corrupto Bettino Craxi, tiene cartas para superar el cinismo político que corroe su país. Hijo de argentino es un técnico apartidario de las tripas de la UE, pero no es un tecnócrata sino un político bastante florentino. En el espejo español no tiene reflejo ni siquiera en el recuerdo del retorcido «viejo profesor» Tierno Galván, que hoy hubiera servido de ariete al socialismo español que, como los peronistas, creen que su desempeño como oposición es un contradios político. No he perdido amistad personal con socialistas de mucho rango que me analizan la «operación Papandreu» ideológicamente al revés. El líder socialista griego logró en 2009 la mayoría absoluta con una deuda «oficial» de 400 billones de euros y un 13%, maquillado, de déficit. Grecia estaba quebrada. La Derecha de la Nueva Democracia, los comunistas, los radicales antisistema, la extrema derecha, colocaron a medio millón de ciudadanos escasamente informados frente al Parlamento. Eso no lo soporta un socialista nacido y educado en EE UU. Se organizó una cumbre europea en Niza que Sarkozy montó como un festival de cine en Cannes, hasta con damas que lucían la espalda descubierta hasta el coxis, menos Ángela Merkel que no tiene ni lo uno ni lo otro. Bajo los toldos del sarao apareció George Papandreu, a quien no se esperaba, aguando el festejo y anunciando que convocaría una consulta para refrendar las medidas de caballo que les exigía la UE. Sarkozy no se desmayó porque el tacón mexicano que habitualmente usaba se lo impidió. En 2012 Papandreu cedió el poder al conservador Antonis Samaras en mayoría minoritaria aliada con otras minorías radicales a su derecha e izquierda, que administran la decadencia griega.

Los comunistas de IU, o plural, o desunida, donde no se entienden ni Cayo Lara con Gaspar Llamazares (el médico cubano ) son un apéndice obligado de la «operación Papandreu» echando a la calle, a través de las redes sociales, a indignados, cabreados, desempleados, víctimas de la recesión, excluidos sociales y demás agraviados con razón, excepto Tito Delgado, ése golfo líder estudiantil que no estudia ni bajo tortura.

Quien tiene una estrategia es el PSOE y su jefe Rubalcaba. El partido está estupefacto, dividido y aún sin acabar de entender como han podido perder poder municipal, autonómico y general dejando a tantos idealistas de nómina sin sueldo. Pérez Rubalcaba, mucho más Rasputín que Maquiavelo, es de los convencidos de que es un error histórico e intelectual que éste pobre país no sea bendecido por un nuevo Gobierno socialista y no quiere que Rajoy finalice su mandato, sean cual fueran sus logros, y amamanta un «golpe blando» sobre supuestos de corrupción pero que nunca se acercarían al asesinato de personas encaladas que se engolfó su partido. Rubalcaba es igual a Jack el destripador acusando a Scotland Yard de pagos ilegales. Este Gobierno, aunque no se destaque, ha frenado un rescate de la UE que parecía inminente e inevitable y bajo el que hubiéramos sufrido, mucho más que hoy mismo, lo indecible, como ha sucedido con Grecia y Portugal. Zapatero nos indujo a ese pozo de serpientes y Mariano Rajoy nos extrajo de allí aunque la bronca social no se lo reconozca. Con todo respeto se ve desde la calle a los populares como unos huevones incapaces de replicar con una puñalada trapera. Si el presidente Aznar hubiera desclasificado los papeles del CESID ( los secretos de la sangre financiera del PSOE) hoy el químico Rubalcaba estaría jugando con sus probetas. El PSOE es experto en el descabello, pero los del PP no saben entrar a matar. Al socialismo español no le interesa el bienestar de los obreros andaluces de los ERES trucados, sino el poder. Aunque España aparezca hoy en los mercados como más estable que Grecia o Portugal, hay que destruir a Rajoy antes de que los datos le den la razón. El golpe blando.

El fracaso de agitar la calle

Las redes sociales han sido un hervidero en las últimas semanas del intento de levantar la juventud contra el Gobierno. Desde los sindicatos, pero también desde Faest, la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas, cuya cúpula tiene la mayoría de cargos en las Juventudes Socialistas. ¿La excusa? El desmantelamiento del sistema educativo. Sin embargo, el intento ha sido en balde. Las 72 horas de huelga educativa han acabado en rotundo fracaso. Más carteles que personas se han visto en las diferentes manifestaciones por Madrid. Apenas un 17 por ciento, según el Ministerio de Educación, secundaron la huelga el pasado miércoles. O lo que es lo mismo, la constatación del fracaso de agitar la calle.