El desafío independentista
Una pérdida de más de 20 millones
¿Qué es la Barcelona World Race?
Es una regata a vela con dos tripulantes alrededor del mundo y con salida y llegada en Barcelona que se celebra cada cuatro años. La de 2019 iba a ser su cuarta edición y ya había confirmados siete equipos y otros once estaban ultimando su presencia. Su estreno fue en 2007 y las 25.000 millas naúticas (46.300 kilómetros) de recorrido tardan en navegarse unos tres meses. Es un desafío extremo por el paso por los tres cabos (Buena Esperanza, Leeeuwin y Hornos), el estrecho de Cook y la amenaza de icebergs. Esta edición tenía la novedad de una parada oficial en el recorrido, en la ciudad australiana de Sidney. Esta medida era importante tanto a nivel deportivo –serían dos etapas– como publicitario. La parada en Australia era un enorme escaparate para Barcelona, para las empresas patrocinadoras de los barcos y de la regata. Empresas como Damm y Seat habían mostrado su apoyo a este nuevo modelo de competición.
¿Por qué se suspende?
El patronato de la Fundación Navegación Oceánica de Barcelona (FNOB), formado por el Ayuntamiento de Barcelona, la Cámara de Comercio de Barcelona, el Puerto de Barcelona y la Fira de Barcelona, destaca como factor fundamental «el clima de indefinición institucional y falta de estabilidad política que vive nuestro país en este último año». El «procés» ha provocado que los patrocinadores se mostraran desconfiados del apoyo institucional. También se apunta desde la FNOB la incertidumbre que han generado en el mercado del patrocinio las informaciones aparecidas en relación con el impacto previsto en los presupuestos generales del estado de los acontecimientos de especial interés público. En el mundo de la vela hacía meses que se temía un desenlace como el que ha sucedido debido a la ruptura del pacto de gobierno municipal entre Ada Colau (En Comú-Podem) y Jaume Collboni (PSC).
¿Cuál era su impacto en la ciudad?
La suspensión es el último golpe a una ciudad que ya perdió la Agencia Europea del Medicamento y que vio zarandeada la celebración del Mobile World Congress. La regata suponía la llegada de miles de aficionados a la vela –en 2014 fueron 36.000– y un impacto económico de más de 60 millones de euros con lo que casi se triplicaba la cantidad de la anterior edición. Pese a la suspensión, la FNOB mantiene los planes para organizar una nueva edición de la Barcelona World Race, que se celebrará en 2022-2023. La regata no era sólo la competición deportiva. También contaba con un amplio programa de actividades educativas y científicas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar