20 años del 11M

Vera de Benito: «Dudo que Trashorras o Zougam quieran mi perdón, y tampoco se lo daría»

Tenía casi diez años cuando se produjo el atentado: «El dolor no se va, pero elegí no quedarme anclada en ese día»

Entrevista con Vera de Benito, hija de Esteban de Benito, uno de los fallecidos en la estación de Atocha el 11M de 2004.
Vera de Benito, hija de Esteban de Benito, asesinado en la explosión de los trenes de Atocha el 11 de marzo de 2004.Alberto R. RoldánLa Razón

Le faltaba un mes para cumplir los diez años y dice que no recuerda mucho. «Recuerdo el humo saliendo de la estación –vivía enfrente de la de Santa Eugenia–. Había mucho jaleo, idas y venidas, ambulancias...». «Vi imágenes que a lo mejor no tenía que haber visto», asegura. Su padre fue asesinado en la estación de Atocha. Viajaba muy cerca de una de las mochilas que explosionaron al entrar en la estación.

¿Cómo le cambió aquel 11M?

No sé si hubiera hecho periodismo y ciencias políticas. Luego me especialicé en seguridad nacional y Defensa, prevención, radicalización... A raíz de ese día quise poner mi granito de arena para que algo así no volviera a pasar. Tal vez, ingenua de mí. A nivel personal, me acuerdo de mi padre todos los días, le echo de menos, pero no puedo quedarme anclada en el 11 de marzo de 2004 porque he visto que no es para mí esa forma de gestionar mi duelo. Me encantaría que mi padre estuviera presente con la publicación de mi libro (donde recoge la historia de diez atentados terroristas de todo el mundo, su forma de homenajear a su padre), que me llevara al altar, aunque lo hará mi abuelo, pero siempre me quedará esa espinita. Mi forma de tenerlo presente igual no es la forma que tienen presente otras personas.

“Ha habido gente que me ha exigido que perdonara”

¿Hay una sola forma de tener presente a las personas?

Parece que sí. Yo elegí no quedarme anclada y seguir con mi vida y tener a mi padre presente como yo quiero tenerlo presente. No tengo que convertirme en Bernarda Alba. Voy a cumplir 30 años. He tenido discusiones de gente preguntándome por qué sonrío, que si no echo de menos a mi padre. Sobre todo, por redes.

¿Quién le explicó lo que había ocurrido con su padre?

Fue mi tía Ana, la hermana más pequeña de mi mamá. Ella intentó hacerlo de la forma más protectora posible. Me dijo que unas personas malas se habían llevado a papá y que no iba a volver. Me generaba muchas dudas: me preguntaba quiénes eran las personas malas, por qué mi papá, por qué Madrid, y por qué ahora. Empecé a investigar, a buscar en internet. Vi cosas que no tenía que haber visto y hablé con los que más saben para que me aclararan las dudas.

¿Resolvió las dudas?

La mayoría sí, pero una jamás se podrá responder: el porqué.

¿Entender mitiga el dolor?

No. El dolor no se va, nunca. Es importante no cronificarlo y cada uno debe transitar por él como considere. Yo me acuerdo de mi padre todos los días. Soy muy torpe, me caigo casi todos los días y cuando me levanto digo: mi padre me estaría diciendo: «Levántate y anda, levántate».

“La única forma de reparación que a mí me hubiera servido es que me devolvieran a mi padre”

¿Le preguntaron muchas veces si había perdonado?

Más que preguntado, me han exigido que perdonara. Cuando yo empecé a trabajar, por 2014, quería saber más, escribía sobre esto y había mucha gente que, sobre todo en los aniversarios, me decía que tenía que perdonar porque solo así iba a poder vivir a gusto. Para mí el perdón implica que yo me olvide de lo que me han hecho. Creo que si yo perdono estoy dando por hecho que voy a olvidar y no voy a seguir teniendo en cuenta que son unos asesinos. Para mí es imperdonable no pasear con mi padre el día de mi boda. Además, dudo mucho de que Trashorras, Zougam y compañía quieran mi perdón y yo tampoco quiero dárselo. Sí creo que hay gente que tendría que pedir disculpas, como por ejemplo Aznar, y explicar por qué le pareció buena idea mentir a 200 familias.

¿Se sentaría en frente de alguno de los asesinos de su padre?

Para mí todas esas personas carecen de cualquier calidad humana. Yo no me junto con gente mala y no creo que se lo merezcan. Lo mismo sería interesante saber por qué consideraron que este atentado era necesario.

"Creo que desradicalizar a alguien que no tiene una visión de la vida como la que tenemos en España es difícil"

Trashorras ha vuelto a reclamar la eutanasia en prisióny dice que se arrepiente porque es una «mochila» que pesa mucho. ¿Qué le parece?

Me da igual. La eutanasia se supone que ha nacido como un derecho que tiene una persona terminal que está sufriendo muchísimo. Él no entra dentro de ese perfil y tiene que cumplir la pena. Es lo que ha dicho el juez y es lo que tiene que pasar. Y lo de que ha pedido perdón porque le pesa «la mochila»... ¡Hay que tener cuajo! Encima, utiliza la palabra «mochila». ¿Qué clase de persona es?

Estudió seguridad nacional, ¿cree que se pudo evitar el atentado?

En estos diez años, que es lo que llevo trabajando, he hecho muchos reportajes de terrorismo y sucesos y hablando con fuentes que se convierten en amigos y me dicen que sí hubo cosas que se pudieron hacer mejor. Pero es que se puso el 300%. ¿Se puede prevenir? Sí, pero a veces es imposible. Creo que es importante adaptarse para conocer las nuevas formas de captación. Las redes sociales se han convertido en un hervidero para los grupos terroristas.

¿Cómo cree que se puede evitar la radicalización?

Educación y otras cosas más. Es un tema un poco polémico, pero creo que la mayor parte de los autores del 17-A, por ejemplo, eran niños. Estos niños, si nosotros vemos que cambian su forma de relacionarse con los demás, van a la mezquita continuamente, a lo mejor son señales que deberíamos tener en cuenta. No les quito ninguna culpa, pero tal vez alejándonos de ese imán que fue el instigador del atentado, igual se puede evitar algo. El objetivo que tiene cualquier organización terrorista es alterar la vida normal de occidente y creo que desradicalizar a alguien que no tiene una visión de la vida como la que tenemos en España es también difícil.

El dolor no prescribe, pero el atentado sí. ¿Cree que se hizo justicia?

Creo que se hizo todo lo posible por investigar y resolver, y lo agradezco. Pero la única forma de reparación que a mí me hubiera servido es que me devolvieran a mi padre, y eso no lo podrán hacer.

El homenaje de las palabras

Ha escrito un libro donde aglutina diez atentados terroristas. ¿Ha encontrado un elemento común en todos esos atentados?

Sí, las ganas de vivir de todos ellos, el no quedarse atrás, aunque a algunos les cueste más que a otros. La resiliencia del ser humano: todos quieren luchar, seguir viviendo. Es fascinante. El libro aún no tiene título, estoy entre dos. Y saldrá este año, seguro.

Con el libro quería hacer un homenaje a mi papá de la mejor forma que sé: escribiendo. Estuve madurando la idea, el cómo puedo mostrar al mundo que diferentes personas han elegido la opción que yo elegí en ese momento: seguir luchando.

Quería también mostrar que, aunque sean de diferentes personas o ideología, lo único común es el destrozo que crean, todos causan el mismo dolor. He visto en estos años que hay gente que cree que cierto tipo de terrorismo es peor que otro, y es algo que me pone triste; porque donde debería haber unidad, no la hay. Me parece hasta feo hacer ese tipo de distinción. Es algo que creo que vamos consiguiendo y en los últimos años hay acercamiento.

Cuándo fue la última vez que se ha preguntado, ¿Dónde está papá?

Organizando mi boda. Será mi abuelo quien lo haga, que me encanta la idea, pero, ¿por qué he tenido que quedarme sin ir cogida del brazo de mi padre? Sobre todo, me pregunto si le haría ilusión, y qué pensaría. ¿Le gustaría mi novio? ¿Se divertirían juntos?