Vergüenza nacional

Víctimas denuncian que se tienen que cruzar con el etarra Parot por la calle

El asesino de 38 personas, vinculado a la banda ETA, disfruta de un permiso penitenciario que fue propuesto por Fiscalía

Henri Parot, durante el juicio celebrado en enero de 2007 por el que fue condenado a once años de prisión por reintegrarse en ETA desde prisión
Henri Parot, durante el juicio celebrado en enero de 2007 por el que fue condenado a once años de prisión por reintegrarse en ETA desde prisiónlarazon

Víctimas de ETA denuncian públicamente que se ven obligadas a cruzarse con el asesino etarra Henri Parot por las calles de la ciudad vasca de San Sebastián.

Este mismo martes, personas vinculadas a la asociación Dignidad y Justicia (DyJ) le han visto paseando por las vías públicas donostiarras después de que saliese hoy de la prisión de Martunete en que está encarcelado.

Parot, que tiene en su haber criminal 38 homicidios, se encuentra disfrutando de un permiso de seis días, que le concedió la Audiencia Nacional (AN), tras pedirlo la Fiscalía.

Parot está condenado por varias sentencias de la AN a miles de años de prisión por su participación en más de una treintena de asesinatos terroristas. Desde la asociación recuerdan que el permiso implica que el etarra no pueda cruzar la frontera, por lo que previsiblemente permanecerá estos días en el País Vasco.

Denuncia, asimismo, en este sentido, que el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska no ha tomado medida alguna para que Parot no se cruce con ninguna de sus víctimas, algo a lo que, defiende, este colectivo tiene derecho.

Sangrienta trayectoria

Como recuerda la asociación, los asesinatos de Parot comenzaron en 1978, cuando el entonces miembro de la banda ETA participó, junto a comando de franceses que él mismo lideraba, en un atentado que acabó con la vida del industrial José Legasa en Irún (Guipúzcoa) .

Ese mismo año, fue uno más en el acribillamiento que sufrió juez del Tribunal Supremo José Francisco Mateu Cánovas, cuando transitaba por una calle de Madrid.

El año siguiente, en 1979, el comando que encabezaba ametralló al general Constantino Ortín Gil, al teniente general Luis Gómez Hortigüela y a los coroneles Agustín Laso Corral y Jesús Ábalos Jiménez.

Ya en 1980 acabó con la vida del soldado José Luis Ramírez Villar y, al año siguiente, utilizando un entonces novedoso coche bomba, se las arrebató al teniente coronel Guillermo Tevar Saco, al cabo Antonio Nogueras García y al soldado Manuel Rodríguez Taboada.

El siguiente tuvo lugar en 1982, cuando el comando ametralló en Madrid al general Víctor Lago Román y atentó (esta vez sin éxito) contra un autobús que transportaba 20 militares en Barcelona.

Dos años después asesinó al teniente general entonces en la reserva Guillermo Quintana Lacaci.

En 1985 tiroteó en Castellón al ciudadano francés Clément Perret Beniain al que ETA relacionaba con los GAL. Al año siguiente, al vicealmirante Cristóbal Colón de Carvajal y a su conductor Manuel Trigo Muñoz.

En 1987, al comandante Manuel Rivera Sánchez y al chófer del autobús de militares que atacaron en Zaragoza, Ángel José Ramos Saavedra. Hubo 40 militares heridos en ese atentado.

Cuatro meses después, en el atentado con coche bomba que su comando puso contra la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, acabaron con la vida de una señora de 79 años que pasaba por ahí. Se llamaba Carmen Pascual Carrillo.

Antes de que acabara ese año, participó también en el atentado que acabó con la vida de 11 personas más e hirió a otras 80 que se encontraban en la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza. Los asesinados fueron el sargento José Pino Arriero, su mujer María del Carmen Fernández y la hija de ambos de solo siete años, Silvia Pino Fernández, y el cabo José.

Ballarín Gavá y su hija de seis años Silvia Ballarín Gay; el guardia civil Emilio Capilla Tocado, su mujer María Dolores Franco Muñoz y la hija de los dos Rocío Capilla Franco, de 12 años; el guardia civil Ángel Alcaraz Martos y, asimismo, dos sobrinas gemelas de tres años, Miriam y Esther Barrera Alcaraz.

En 1988 hizo estallar un coche bomba en Madrid que provocó la muerte del trabajador de RTVE Jaime Bilbao Iglesias y del niño de solo dos años Luis Delgado Villalonga.

Al año siguiente, tiroteó a los policías José Antonio Montes Gila y Juan Antonio García Andrés tras intentar asesinar sin éxito a un funcionario de prisiones; ametralló al coronel José María Martín Posadillo Múñiz y al comandante Ignacio Julio Barangua Arbués.

Acabó también violentamente con la vida de la madre de un funcionario de prisiones de Granada, Conrada Muñoz Herrera, a través de una carta bomba que iba dirigida al primero; participó en el asesinato del coronel José Martínez Moreno; y tiroteó a la fiscal de la Audiencia Nacional Carmen Tagle.