Con prudencia. El escándalo conocido a raíz de los audios que acreditan como una "afiliada" del PSOE ofrecía favores a empresarios para trabajar con el objetivo de desacreditar a la UCO también arrastra al socio minoritario del Gobierno de coalición. A Sumar. Hasta ahora se ha movido entre tierras movedizas y ha pasado de no pronunciarse ante la cascada de grabaciones que apuntaban a una guerra sucia dentro del PSOE a exigir explicaciones pero de límitado alcance -con 72 horas de por medio de silencio-.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha mostrado este miércoles dureza ante el presunto caso de cloacas socialistas que cerca ya también al Ejecutivo y ha exigido "explicaciones" al PSOE, sobre todo después de lo sucedido con la "fontanera" socialista Leire Díez. Pero ha limitado sus declaraciones y responsabilidades al ámbito del partido socialista. "Lo que vimos es un esperpento y merece una profunda aclaración", ha reflexionado la vicepresidenta en un acto oficial. "Ha llegado el momento de dar explicaciones con mucha serenidad", ha pedido.

"Es un esperpento"

Sumar limita al partido las decisiones a tomar y también las responsabilidades. Fuentes del entorno de la vicepresidenta confirman que la responsabilidad reace en el PSOE. De esta manera, Díaz busca blindar al Gobierno del que forma parte. "La corrupción y los esperpentos no son compatibles con la democracia, y creo que ha llegado el momento de dar explicaciones con mucha serenidad y, desde luego, continuar haciendo lo que creemos que es lo que hay que hacer en el Gobierno", ha señalado.

Y es que Sumar, al contrario que Podemos y ERC no ve necesario que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparezca en el Congreso de los Diputados para aclarar el caso que afecta a su partido y su posible responsabilidad. Según la portavoz parlamentaria de Sumar, Verónica Martínez Barbero, la comparecencia "no es la solución". De facto, que la formación magenta apoyase la petición de los socios para que Sánchez de explicaciones en el Congreso, iría en contra del protocolo de convivencia firmado entre PSOE y Sumar cuando pactaron la coalición tras las elecciones generales del 23J.