
Cultura
Si usas esta palabra malsonante eres más extremeño que el pimentón de la vera
Los localismos son palabras o expresiones que se utilizan únicamente en áreas específicas

El español destaca por su inmensa riqueza léxica y expresiva, lo que permite un juego fascinante con el lenguaje. Según la RAE (Real Academia Española), nuestra lengua cuenta actualmente con más de 93,000 palabras. Además, el español es la segunda lengua materna más hablada del mundo, con más de 474 millones de hablantes nativos. Se habla en lugares tan diversos como Filipinas, México y Guinea Ecuatorial, lo que resulta en una amplia variedad de acentos y términos que varían según la región. Por ejemplo, mientras que en España se utiliza "coche", en la mayoría de países Latinoamericanos se le conoce como "carro".
Los localismos son palabras o expresiones que se utilizan únicamente en áreas específicas. Con el auge de las tecnologías y las redes sociales, la comunicación ha aumentado considerablemente, permitiendo que personas de distintas regiones se conecten. Esto ha llevado a muchos a darse cuenta de que ciertas palabras que usan a diario son desconocidas fuera de su entorno local. Sin embargo, al compartirse, muchas de estas expresiones llaman la atención y se adoptan en otras regiones, diluyendo su carácter local. Aun así, siguen existiendo cientos, si no miles, de términos que sorprenden al descubrir que compatriotas de ciudades cercanas no conocen.
A pesar de los intentos de ocultar su origen, la manera en que pronunciamos las palabras transmite tanta información como los términos mismos. La elección de un verbo o un sustantivo puede revelarnos como oriundos de una ciudad o región específica.

Si utilizas esta palabra, eres más extremeño que la torta del casar
El total de residentes en Extremadura supera el millón de habitantes, según datos de la Junta de Extremadura. En términos de especialización productiva, Extremadura sobresale por su potente sector agrario, que aporta el 7,7% de su PIB (2,6% de media nacional); también destacan la industria extractiva (8,6% vs. 4,9% en España) y los servicios públicos (26,1% vs. 17,8%). Además, Extremadura tiene una producción de 1,36 millones de toneladas de cultivos herbáceos (trigo blando y duro, cebada, maíz, avena, centeno y triticale). Incluso en el sur, aparecen zonas hortofrutícolas como la zona de Tierra de Barros (Badajoz) en la que se cultiva el viñedo.
La gastronomía es muy variada y son muchos los productos conocidos a nivel nacional como el pimentón de la vera o la torta del casar. pero no hay que olvidarse de las migas, chanfaina, cojondongo, gazpacho, sopicaldo, pipirigaña o el ajoblanco.

Debido a su ubicación e historia, Extremadura también tiene un idioma propio, conocido como castúo o extremeño, aunque con menor reconocimiento que otras lenguas del país como el gallego, vasco o catalán. Como contábamos hace apenas unos días, uno de los rasgos más característicos del extremeño es su léxico, que incluye términos y expresiones que no se encuentran en el español estándar. Palabras como "pita" (pollo), "merienda" (comida ligera) o "macho" (persona valiente) son ejemplos de cómo el extremeño refleja la vida cotidiana y las costumbres de sus hablantes.
Sin embargo, hay una palabra que para los que viven fuera de Extremadura puede resultar malsonante, pero que en realidad es muy inocente. La palabra en cuestión es "bagina" (no confundir con la misma palabra pero con "v"), que se utiliza para referirse a una mujer de corta estatura. A pesar de que no se escriben igual, la palabra suena igual de las dos maneras, por lo que da lugar a numerosos malentendidos porque la primera cosa que se le viene a la cabeza a la persona que la escucha no es la definición correcta.

En cambio, más popular puede ser el uso de "acho", una expresión que según la RAE es un sufijo con un valor despectivo, pero que en Extremadura y Murcia se utiliza habitualmente con diversos significados como llamar a los amigos, mostrar sorpresa o decepción. Es una palabra muy rica y polivalente con todo tipo de usos. En Extremadura, más concretamente en algunas zonas de Badajoz, se usa "acho" como abreviatura de la palabra muchacho. Es simplemente un vocativo, una forma genérica para dirigirse a alguien.
La riqueza de nuestro país, la diversidad cultural, la mezcla de culturas y la evolución propia del lenguaje en cada zona dan lugar hacen que nazcan expresiones de todo tipo, que las palabras puedan tener significados distintos en un mismo país o que simplemente su uso evolucione de maneras diferentes dependiendo de la región en la que nos encontremos.
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