La columna de Carla de la Lá

Diez claves para sortear la ruptura veraniega

¿No aguanta a su cónyuge? No se preocupe, no es el único ser del planeta

Imagen de la película Dos en la carretera
Imagen de la película Dos en la carreteralarazon

Aunque en verano se forman más parejas y se practica más sexo, al calor del mojito, la minifalda y el “te doy cremita”, la ruptura septembrina, es un clásico de la iconografía estival. Entre las causas posibles está sin duda el tiempo libre.

Aunque en verano se forman más parejas y se practica más sexo, al calor del mojito, la minifalda y el “te doy cremita”, la ruptura septembrina, es un clásico de la iconografía estival. Entre las causas posibles (todo hecho tiene una causa y es a su vez causa de algo que sucederá) está sin duda el tiempo libre; como saben amigos, en este mundo de adicciones e hipomanía neurótica, un exceso de calma puede convertirse en un verdadero precipicio para aquellos a los que no les gusta pensar, para los que no soportan la idea de sus vidas. Para muchos, en definitiva.

Los evitativos, lo tienen crudo en vacaciones, con su pareja de brazos cruzados, mirándoles con ojos inquisitivos, esperando el momento para hablar, h a b l a r de todo aquello que se ha quedado en el tintero durante el curso. Hablar de esos nudos relacionales, nudos de gato persa. A veces, el simple hecho de pasar más tiempo juntos, en el contexto de una relación donde ya no hay amor ni deseo ni admiración ni complacencia, es el detonante de numerosas desavenencias que son consecuencia de la natural frustración de estar desperdiciando las

vacaciones de verano “con este”, lo cual es una metáfora de estar desperdiciando la vida entera...

“No hacemos el amor como en las series, no nos reímos a la caída del sol con cuatro preciosos hoyuelos, como en los anuncios de Estrella Damm, no tenemos un posado en traje de baño de instagramer ¡fuck! Y nuestros hijos... son asquerosos...” Entre los numerosos estresores indirectos que emergen de las profundidades del verano y nos persiguen con los brazos por delante como zombis de Romero, está, desde luego, el cuidado de los hijos, esos seres híper tiránicos, demandantes y conscientes de su poder en esta niñocracia en la que vivimos...

A la espera de la evacuación, también conocida como escolarización, mi casa año tras año se convierte en un ecosistema que rebasa cualquier clase de entropía, donde no hay magnitud capaz de indicar el grado de desorden y movimiento que genera su exagerada demografía. No les digo más. Otro estresor evidente es la familia... ese crisol diabólico, asumido sólo superficialmente, donde campa a sus anchas la patología mental y la jerarquía despótica con total impunidad desde que uno tiene uso de razón... ¡mucho antes!La familia media, queridos, esa que yo amo y defiendo, está repleta de problemas, desarreglos, insurrecciones, malos entendidos, enfermedades, imperfecciones físicas y psíquicas, choques generacionales, heridas a medio cicatrizar, religiones, ateísmo, carencias, padecimientos, omisiones, disidencias, descuidos, faltas, arrugas, alergias y arbitrariedad...

Pero volvamos al melón ¿Quieren sortear la ruptura veraniega?, estos son mis mejores consejos y más sinceros parabienes como mujer culta, analítica, amante de la ciencia, madre, esposa, madrastra, ex esposa y experta que soy en todo lo relativo al desastre y al triunfo:

- Redimensione su idealismo, querida: ellos rara vez cumplen las románticas expectativas femeninas. Hágase un favor y deje de imaginar a su pareja galopando en su busca por la arena sujetando una rosa roja con los dientes.

- Sea generoso: si contemplan las vacaciones en familia como un a mí que me sirvan se encaminan rápidamente hacia el desengaño. La convivencia implica mucho trabajo (si no eres Meghan Markle); hay que ser laborioso y encontrar el placer que existe (y mucho) en atender a los demás y resolver los problemas que se presentan constantemente en una comunidad. La pregunta es ¿quién da más? no ¿quién da menos?

- El ego a raya: “Si quieres que te adoren, vete a la india y muge” (Muerte entre las flores, John Turturro).

- Asertividad bien entendida: ¿Saben lo que es la asertividad, o no? Hay que ceder, pero hay que saber también decir que no, explicar nuestra postura cuando no estamos de acuerdo y nuestras necesidades cuando creemos que no están siendo representadas. Pero ser asertivo no es ser un egoistón, ni un inadaptado, ni un energúmeno. La asertividad es saber

discrepar con respeto, cariño y elegancia. ¡Arte!

- Equilibrio: Estamos descansando, pero hay que lavar la ropa y los platos. Incluso si vamos de hotel, hay tareas inevitables que realiza... El consejo es el siguiente: para el “oso perezoso” de la pareja, que recuerde que las vacaciones son para ambos. Para la hormiguita de la pareja: ¡Relájate maldita!

- Adultez: Es importante pasar tiempo sin los niños, una cena... un almuerzo de vez en cuando, una copa de vino o 3... la mayoría de los padres priorizamos a los hijos por encima de la pareja. ¡Craso error! La estabilidad y la felicidad de la pareja es crucial para la estabilidad y la felicidad de los niños. La pareja, siempre unida, ¿Quién les hará compañía las largas jornadas de jubileta, sus hijos? ¡Venga!

- Hablar, pero sin neurotizar: El verano es buen momento para hablar pero sin pasarse... todo con moderación que para eso están las series... Yo prefiero no hablar mucho ni conmigo misma, no vaya a ser que se vicie la relación humana más importante y duradera que mantengo, la mía conmigo. Cuidado con la neurosis, ese virus emocional que se apodera de

nosotros cuando nos sobra tiempo...

- Libertad: Aunque pasen parte del día juntos, recuerden que hasta Romeo y Julieta tenían momentos en los que deseaban estar a solas.

- Con la familia política, mínima exposición: El casado casa quiere, dice la sabiduría popular. Lo sano son las visitas breves y corteses.. de lo contrario surgirán controversias donde uno de los dos saldrá fácilmente herido... ¡Delicadeza máxima, diplomacia y profilaxis!

- Mienta como un bellaco: La verdad es estética, pero en la práctica, una verdadera bomba o un arma blanca. Acostúmbrate a decir cosas bonitas a tu pareja, un cumplido a su nuevo traje de baño o un “cuanto me gusta como conduces” _aunque te encomiendes a San Sebastián asaetado cada vez que montáis en el coche... La mentira es salud y paz ¡La mentira es

amor! Si no quieren mentir, al menos no digan siempre la verdad.

- Sexo luego existo: Sí, sabemos que no es lo mismo llevar 10 días que 10 años juntos, que el sexo requiere un esfuerzo físico y hasta intelectual y que uno a veces está falto de energía y que hace calor... ¡No sean vagos o lo lamentarán!

- Desdramaticen: Mi amado esposo es un hombre extraordinario, fascinante, misterioso... por ejemplo, consigue que los vasos que ha lavado, secado y guardado, estén más churretosos y grasientos y que tengan más partículas multicolores adheridas, que cuando estaban sucios, antes de su milagrosa acción. Eso sí, no es Harry Potter, el proceso le lleva un rato larguísimo, durante el cual yo podría, por ejemplo, traducir el Bhágavad Guita al euskera y al catalán.

El amor, queridos míos, no necesariamente hace funcionar una pareja. El humor sí.