Psicología

¿Qué es la disciplina positiva?

Para la gestión de los cambios, no sólo es suficiente con “el querer”. Se requiere de una caja de herramientas o de pautas que nos ayuden al cambio en nuestra forma de educar y se requiere también un desbloqueo, un insight o descubrimiento. La disciplina positiva nos puede ayudar en esta labor.

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Para la gestión de los cambios, no sólo es suficiente con «el querer». Se requiere de una caja de herramientas o de pautas que nos ayuden al cambio en nuestra forma de educar y se requiere también un desbloqueo.

Ser madre/ padre es una aventura para la que muchas veces encontramos que no estamos tan preparados como creíamos. La idea que teníamos en la cabeza no corresponde con la realidad de nuestro día a día. Encontramos que entre las herramientas para resolver conflictos tenemos aquellas que, cuando éramos pequeños, utilizaron con nosotros. A éstas añadimos lo que hemos aprendido en nuestros años de vida, y a veces nos damos cuenta de que no basta.

Desde el momento en que sabemos que vamos a ser padres comenzamos a recopilar información referente a este gran acontecimiento en nuestras vidas, de este modo libros de pediatras, psicólogos u otros profesionales se convierten en nuestra inspiración. Queremos ser los mejores padres, queremos ser respetuosos, pero a la hora de la verdad cuando nos enfrentamos a nuestro día a día, a una situación delicada o tensa, finalmente salta el automático que está directamente conectado con nuestros instintos o necesidades y brotan desmesuradamente nuestras emociones más primitivas, terminamos desconectando de nosotros mismos y olvidando a quien tenemos enfrente y surgen los gritos, las amenazas, los chantajes, los castigos.

Para la gestión de los cambios, no sólo es suficiente con “el querer”. Se requiere de una caja de herramientas o de pautas que nos ayuden al cambio en nuestra forma de educar y se requiere también un desbloqueo, un insight o descubrimiento. La disciplina positiva nos puede ayudar en esta labor.

La disciplina positiva tiene su origen en la psicología individual de Alfred Adler, fue un médico y psiquiatra austriaco, coetáneo de Freud, que estudió el comportamiento humano. Adler comprendió la importancia de mantener la dignidad y respeto por todas las personas y por supuesto a los niños. Discípulo de Adler fue Rudolf Dreikurs que escribió un sin número de libros destinados a padres y educadores. A partir de los años 80, gracias a Jane Nelsen, se sistematizó, experimentó y se ha comprobado hasta el momento actual, el beneficio de esta manera de educar.

Es un modelo educativo para entender el comportamiento de los niños y la forma de abordar su actitud para guiarles en su camino siempre de forma positiva, afectiva, pero firme a respetuosa tanto para el niño como para el adulto.

Se basa en la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares y da herramientas a los padres para entender el comportamiento de sus hijos (incluso cuando no es adecuado) y reconducirlo con respeto, sin luchas de poder y siempre positiva.

Es un enfoque que no incluye ni el control excesivo ni la permisividad. Se basa en el respeto mutuo y la colaboración, todo con la intención de enseñar al niño competencias básicas para la vida.

Los cinco criterios a tener en cuenta para una disciplina positiva según la autora Jane Nelsen en su libro “Cómo educar con firmeza y cariño” son:

1- Es amable y firme al mismo tiempo (respetuosa y motivadora)

2- Ayuda a los niños a sentirse importantes (Conexión)

3- Es eficaz a largo plazo

4- Enseña valiosas habilidades para la vida (Respeto, habilidad para resolver problemas, participación, colaboración, responsabilidad...)

5-Ayuda a que los niños desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas

Conceptos básicos de la disciplina positiva

Los niños son seres sociales. El comportamiento se determina dentro de un contexto social, los niños adoptan decisiones sobre sí mismos, sobre los demás y sobre la manera de comportarse, basándose en cómo se ven ellos en relación a los demás y lo que creen que los demás sienten hacia él.

-Observan

-Piensan

-Sienten

-Deciden

El comportamiento está orientado a metas.

El comportamiento tiene un propósito, la principal meta es la de pertenencia y significancia, el mal comportamiento viene de la creencia equivocada de cómo lograrlo, Dreikurs explica que los niños son buenos observadores pero muy malos interpretando.

-¿Cuando un bebé no tiene una necesidad cubierta ¿qué hace para hacértelo saber?, llora

- Cuando un niño o adolescente siente que esa necesidad de comprensión, de afecto, de conexión falla ¿qué hace? rabietas, rebeldía, puede en algunos casos llegar a ser violento.

Con el bebé inmediatamente intentamos averiguar cuál es la necesidad y proporcionársela, con los niños y adolescentes sólo atendemos a su conducta intentando por todos los medios sofocarla, pero no hacemos caso a la causa que provoca ese comportamiento. El niño confunde la manera de llegar a su objetivo, por eso es tan importante analizarse como padre, madre o educador para reflexionar si nuestra conducta invita a esa creencia equivocada. Adler introdujo un concepto, la responsabilidad social o sentimiento comunitario

Si no contribuimos al bienestar de los demás no alcanzamos un óptimo desarrollo emocional y mental.

Relaciones horizontales. Todos sin excepción tenemos derecho a dignidad y respeto.

Los errores son grandes oportunidades para aprender

Si a un niño se le somete a la humillación de la corrección de un error de manera irrespetuosa, puede no querer volver a intentarlo por temor, puede llegar a ser un adicto de la aprobación o incluso puede querer esconder la equivocación , en algunos casos con mentiras. Animar a exponer un error y qué aprendizaje salió de eso hará que los niños se recuperen del error, se reconcilien y lo más importante se enfoque en cómo solucionarlo, trabajando conjuntamente con ellos

Asegurarse de que el mensaje que quieres transmitir es entendido (primero la conexión y luego la corrección)

Teniendo en cuenta todos estos puntos se comenzaron a poner en marcha talleres de padres en EEUU y posteriormente esta metodología se extendió a varios países incluido España, con la ayuda de estos talleres se consigue ayudar al adulto a encontrar un respetuoso equilibrio en el arte de educar, usando como herramientas la amabilidad y la firmeza, consiguiendo así desarrollar en los niños, habilidades sociales, emocionales y de vida. Basadas en estas premisas, son muchas las herramientas que proporciona la Disciplina Positiva, todas ellas de gran ayuda para acompañarnos en esta preciosa aventura de ser padres.

Sara Cañamero es matrona y dirige el centro Maternatal donde se imparten cursos de disciplina positiva.

Fuentes artículo: Carmen Fernández Rivas

Jane Nelsen “Disciplina Positiva” (Editorial Oniro, Barcelona 2002) y ” Disciplina Positiva para Padres” (Ediciones Ruz)