
El Camino de Santiago
Así es el milagro que inspiró a los peregrinos del Camino de Santiago a utilizar conchas de vieira como símbolo
Esta leyenda, recogida en versiones que se remontan al siglo XV, se convirtió en uno de los milagros más populares de la ruta jacobea

Mientras los restos del Apóstol Santiago llegaban por mar a las costas gallegas, procedentes de Palestina, un suceso prodigioso ocurría en Bouzas, una localidad frente a las islas de Baiona.
Cuenta la leyenda que se celebraba una boda entre dos jóvenes nobles, Lobesio Rivano y Caya Valeria. Durante el festejo, los invitados participaban en un juego ecuestre tradicional llamado abofardar, que consistía en lanzar una lanza al aire y recogerla al galope antes de que tocara el suelo.
Cuando le tocó el turno al novio, una ráfaga de viento desvió la trayectoria de la lanza hacia el mar. El joven, decidido a no fallar, espoleó su caballo en dirección al agua. Ambos desaparecieron entre las olas, ante la mirada atónita de los invitados. Todo apuntaba a una tragedia, hasta que una barca luminosa apareció en el horizonte.
La embarcación resultó ser la misma que transportaba el cuerpo del Apóstol Santiago, conducida por sus discípulos Teodoro y Atanasio. En ese momento, el jinete y su caballo emergieron del mar, sanos y salvos, pero completamente cubiertos de conchas de vieira.

Los presentes, sobrecogidos, interpretaron lo ocurrido como una intervención divina. El caballero fue subido a la barca y llevado hasta la orilla, mientras muchos de los testigos se convirtieron al cristianismo.
Este hecho, conocido como el milagro de Bouzas, se convirtió en uno de los relatos más difundidos de la tradición jacobea. Las primeras referencias escritas datan del siglo XV, como un pergamino del monasterio portugués de Alcobaça de 1443, que inspiró al escritor y militar gallego Mauro Castellá Ferrer a incorporarlo en su obra Historia del Apóstol de Iesus Christo Santiago Zebedeo (1610). En este texto, el caballero no tiene nombre y se le conoce simplemente como "o Cavaleiro das vieyras".

El relato ha sido reproducido en distintas versiones, cada una con ligeras variaciones. Incluso se representa artísticamente en un retablo de 1441 del pintor Giovenale Johanilis de Orvieto, conservado hoy en el Museo Cívico de Camerino, así como en un relieve de la fachada del Tesoro de la Catedral de Santiago.
Desde entonces, como símbolo de ese milagro, la concha de vieira se convirtió en el emblema de los peregrinos a Compostela, portándola orgullosamente en sus sombreros, capas y bastones.
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