
Historia
Así es el monasterio gallego que aspira a ser BIC tras sufrir la Revolución Francesa
Su historia comienza cuando a unos caballeros portugueses se les apareció en un lugar recóndito una imagen del Niño Jesús

Cuentan que todo comenzó cuando unos caballeros portugueses que vagaban por las tierras de Xinzo de Limia (Ourense) se encontraron, de modo milagroso o sorprendente, una imagen del Niño Jesús. Sucedió, o eso cuentan también, en uno de los típicos lugares de Galicia; típicos en cuanto a alejados y recónditos, aunque ni mucho menos por ello ausentes de belleza.
Fue en la zona llamada de Trandeiras, donde elevaron una capilla que, más tarde, creció hasta convertirse en el Convento do Bon Xesús de Limia; uno que sobrevivió a tantas vicisitudes como casi se puedan sospechar y que hoy ha abierto el proceso para convertirse en Bien de Interés Cultural (BIC).
La denominación, sin duda, hace méritos a la historia de un recinto que sufrió un primer incendio en 1668; que sobrevivió a la Revolución Francesa, o más bien a su posterior traslado a España durante la Guerra de la Independencia, cuando las tropas napoleónicas destruyeron parte de su estructura; que volvió a arder en 1813; y que ha llegado hasta nuestros días conservando restos del claustro original, dependencias, habitaciones, cuadras, graneros y cocinas.
Un lugar único que, como recuerda el Diario Oficial de Galicia (DOG) en la disposición por la que abre su camino hacia el BIC, se asienta en un territorio singular, “al lado de la que fue la más extensa laguna gallega, y localizado en una colina” a los pies de la aldea de Trandeiras.
Allí permanece hoy, protegido e integrado en la naturaleza, en la naturaleza, el convento, construido a principios del siglo XVI y regido por la orden franciscana. Su estructura responde al esquema clásico monástico y, en su momento, para garantizar la autonomía de la comunidad, se impulsaron construcciones auxiliares de finalidad agropecuaria y una singular infraestructura hidráulica.

Hoy todavía permanece el jardín con su estante, la fuente de piedra y otra excavada en la roca, de la que parte un canal subterráneo que permite conducir el agua hasta el pilón que servía, en aquella época, para el regadío de los campos.
La Desamortización
El Convento do Bon Xesús se mantuvo plenamente vigente hasta hasta la desamortización de Mendizabal, a principios del siglo XIX, momento en el que hubo de ser abandonado por los franciscanos y pasó a manos privadas. En el siglo XX, el deterioro y el expolio provocaron la ruina de la parte claustral, mientras la iglesia llegó a la actualidad en buenas condiciones.
Pese a todos sus avatares y su historia, el convento ha llegado hasta el presente como uno de los edificios históricos más significativo de la comarca de A Limia, con singulares valores arquitectónicos y artísticos, puestos de manifiesto en la monumentalidad de las estructuras que permanecen y en la decoración singular de alguno de sus elementos.
Se considera una obra de transición, entre el gótico tardío y el primer renacimiento gallego, de cuya etapa no hay una gran representación en Galicia. La monumentalidad y la calidad constructiva en cantería de las estructuras contrasta con la delicada decoración de elementos, como la portada de la iglesia y el pórtico del claustro.
Los BIC
Por todo ello, el Convento es un bien del patrimonio cultural de Galicia, con un carácter singular en el ámbito de la Comunidad, y que ahora concreta su proceso para reconocido como BIC.
Un camino iniciado en 2018 por la 'Asociación de Amigos do Mosteiro' y que distingue a “aquellos bienes muebles, inmuebles e inmateriales más singulares del patrimonio cultural de Galicia, declarados por decreto del Consello de la Xunta de Galicia”. Algo que sin duda aportará a este convento franciscano del siglo XVI una mayor protección, una mejor conservación y, al menos, el mismo valor que ya presenta.
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