Turismo rural
Así es la única aldea gallega reconocida como Conjunto Histórico-Artístico
Único conjunto histórico-artístico rural de Galicia, este enclave ourensano conserva intacto el esplendor de su pasado
En el municipio de Boborás, en los límites de la comarca del Ribeiro, se encuentra la icónica aldea de Pazos de Arenteiro, un lugar que ha preservado su identidad a lo largo de más de mil años. Su trazado medieval, sus casas señoriales y su patrimonio arquitectónico la han convertido, desde 1973, en el único Conjunto Histórico-Artístico situado en el medio rural gallego.
Situada a orillas de los ríos Avia y Arenteiro, la localidad fue en la Edad Media y el inicio de la Edad Moderna un centro de relevancia económica y social, gracias a la viticultura, el comercio y su estratégica posición en la ruta entre Ribadavia y Chantada.
Uno de los primeros testimonios de su riqueza patrimonial es el Ponte da Cruz, un puente medieval sobre el Avia que muestra las huellas tanto del terremoto de Lisboa de 1755 como de la Guerra de la Independencia, en la que sufrió daños durante las confrontaciones con las tropas napoleónicas. De las cuatro arcadas originales queda únicamente una en pie, mientras que las demás han sido reconstruidas mediante estructuras metálicas y pavimento de madera, apoyándose en los basamentos históricos.
El propio nombre de Pazos de Arenteiro refleja la abundancia de pazos y casas hidalgas que jalonan sus calles. Entre los más destacados se encuentran la Casa de Arriba, el Pazo de los Feixóo, el Pazo de Tizón y el Pazo de Currelo. Muchos de ellos lucen escudos nobiliarios que recuerdan a las familias que dominaron la vida local durante siglos.
En el centro de la aldea se alza la iglesia románica de San Salvador, construida en el siglo XII y vinculada a órdenes militares como la del Santo Sepulcro y la de San Xoán de Xerusalén. Con una única nave y ábside semicircular, presenta una portada ricamente decorada con dientes de sierra, capiteles con motivos vegetales y aves, y una pequeña cruz en el tímpano.
En su interior sobresalen el Retablo de los Arouxeles, obra del Maestro de Sobrado, y la escultura de la Virxe do Leite del siglo XVI. Durante siglos, este templo ofreció el privilegio de sepultura a quienes contribuyeran económicamente (en ocasiones pagando en vino) para la salvación de sus almas.
Junto a la cabecera de la iglesia se conserva un peto de ánimas, donde los antiguos arrieros depositaban limosnas para rogar por las almas del purgatorio.
La primera mención documental de Pazos de Arenteiro data de 1158, en el testamento del abad Pelagio Gonçálvez al monasterio de San Clodio, donde aparece como Palacios de Argentario. Su etapa de mayor esplendor comenzó en el siglo XII con la llegada de la Orden del Santo Sepulcro, que impulsó su desarrollo, y continuó en el siglo XVI gracias a la Orden de San Xoán de Xerusalén, promotora del comercio vitivinícola que trajo prosperidad y un cambio urbanístico en época barroca.
Guía para visitar la aldea
Como hemos dicho, la aldea pertenece al ayuntamiento de Boborás (Ourense), a unos 7 km de O Carballiño y 15 km de Ribadavia.
En coche, se accede fácilmente desde la N-541 (Ourense–Santiago) desviándose en O Carballiño hacia Boborás. También es posible llegar desde Ribadavia por la OU-211.
La aldea se puede visitar durante todo el año, aunque la primavera y el otoño ofrecen el encanto añadido de los viñedos y bosques de carballeiras en plenitud de color.
Qué ver:
Paseo por el Conjunto Histórico y sus pazos (Feixóo, Tizón, Currelo, Casa de Arriba).
Iglesia románica de San Salvador y su retablo.
Ponte da Cruz sobre el río Avia.
Peto de ánimas junto a la iglesia.
Para comer, en la zona hay casas rurales, pequeños restaurantes y bodegas vinculadas al Ribeiro donde se puede degustar gastronomía local.
Es recomendable dedicar al menos medio día para recorrer la aldea con calma y, si es posible, combinar la visita con otras localidades cercanas como Ribadavia o el propio monasterio de San Clodio.