Tribunales

Dos años y medio de cárcel por robar unas llantas y una batería valoradas en 510 euros

La Audiencia de A Coruña le impone además una multa por un intento de hurto frustrado días antes

Audiencia Provincial de A Coruña.
Audiencia Provincial de A Coruña. Wikipedia

La justicia gallega ha vuelto a demostrar que la gravedad de un delito no se mide sólo por su botín. La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a dos años y seis meses de prisión a un hombre por robar cuatro llantas de BMW y una batería, valoradas en apenas 510 euros, en una finca habitada del municipio coruñés de Cambre.

La sentencia, dictada el pasado 30 de mayo, considera al acusado culpable de un delito de robo con fuerza en casa habitada, al que suma una multa de 300 euros por un segundo delito leve de hurto en grado de tentativa, cometido tres días antes. Según el fallo, el condenado saltó un muro de dos metros que rodeaba una vivienda para acceder a un galpón anexo y llevarse los objetos, sin que hayan sido recuperados desde entonces.

A pesar de que el valor económico de los objetos sustraídos no supera los 510 euros, el tribunal aplica el tipo agravado de “casa habitada” al considerar que el robo se cometió en una propiedad cerrada, anexa a la vivienda principal, y con potencial riesgo para los moradores.

La sala destaca que la acción del acusado (escalar el muro perimetral de la finca) supone un esfuerzo significativo y una intrusión grave en la intimidad domiciliaria, lo que justifica la severidad de la pena.

Un intento frustrado y otra acusación sin pruebas

La sentencia recoge además un episodio ocurrido el 23 de mayo de 2022, en el que el acusado trató de robar herramientas y baterías de tractor en una finca de Carral. En ese caso, fue sorprendido por un vecino cuando intentaba meter los objetos en el maletero de su coche.

El testigo tomó nota de la matrícula y confrontó al ladrón, que terminó abandonando el lugar. Por estos hechos, ha sido condenado a una multa de un mes, fijada en 10 euros diarios.

La acusación también intentó atribuirle otro robo más grave ese mismo día, en una vivienda de Carral en la que desaparecieron 1.900 euros en efectivo y varios objetos valorados en más de 5.600 euros.

Sin embargo, el tribunal absolvió al acusado por falta de pruebas concluyentes, al no haberse hallado huellas, ADN ni vestigios que vincularan de forma directa al procesado con esa sustracción.

El condenado, que ya contaba con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, deberá además indemnizar a la propietaria de la vivienda con el valor íntegro de los objetos robados, más intereses.