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Este es el diminuto pueblo de Galicia que vio nacer a Julia Otero y esconde el ‘escorial gallego’

“Nací en una aldea de 20 personas, hija y nieta de campesinos gallegos, expulsada de mi tierra -como tantos emigrantes- por el régimen que usted venera”, señalaba en redes

Julia Otero, en una imagen de archivo.
Julia Otero, en una imagen de archivo. Atresmedia

Hay voces que acompañan a generaciones y cuyo tono se impone a cualquier rostro. Aunque luego este acabe por resultar muy conocido. Su cadencia, su tono, la unión de las silabas, los ritmos y las pausas hacen de ella algo parecido a inconfundible. O imprescindible.

Podría ser el caso de Julia Otero, (Monforte de Lemos, Lugo, 6 de mayo de 1959), probablemente una de las periodistas más reconocidas del panorama radiofónico en España. Una cuya trayectoria abarca más de cuatro décadas en las que ha sabido moldear un estilo cercano y elegante que la convertido en referente radiofónico.

Criada en Barcelona desde niña, estudió Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Barcelona, aunque su verdadera vocación siempre estuvo en la radio. Su primera incursión en los micrófonos llegó en Radio Sabadell, pero fue en Ràdio Juventut donde comenzó a destacar. En los años 80, su salto a Ràdio Miramar y posteriormente a Onda Cero consolidó su carrera. En 1991, debutó en televisión con el programa "La Luna", en TVE, que la convirtió en un rostro conocido para el gran público.

A lo largo de su trayectoria, ha conducido diferentes espacios entre los que destaca "Julia en la Onda", su programa insignia en Onda Cero, donde combina actualidad, análisis y entrevistas con una gran dosis de humanismo e inteligencia. Su labor ha sido reconocida con numerosos galardones, incluyendo el Premio Ondas y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

Un largo camino que, por supuesto, no ha sido ajeno ni a la polémica ni a los conflictos. En uno de ellos, Julia Otero se enfrentaba hace unos años a Rocío Monasterio que, todavía portavoz de Vox en el ayuntamiento de Madrid, afirmaba a través de un vídeo: “Este es un mensaje para todos los urbanitas tipo Julia Otero que no se han enterado todavía de que el tractor es diésel y que se atreven a criticar a Vox, y es que no se enteran, porque no han salido de las ciudades en su vida y hoy estamos aquí con la gente del campo”.

La periodista gallega, lejos de eludir aquella crítica, recordó su origen con orgullo: “Tiene de mí el mismo conocimiento que sobre la emergencia climática. Nací en una aldea de 20 personas, hija y nieta de campesinos gallegos, expulsada de mi tierra- como tantos emigrantes- por el régimen que usted venera. La disculpo: noto que le hace ilusión ver un tractor de cerca”.

A Penela, Monforte de Lemos

Ahora bien, ¿cuál es aquella aldea de 20 personas que vio nacer a Julia Rey? Se trata de A Penela, una diminuta parroquia del rural gallego que, entre caminos y senderos, se inserta en la villa de Monforte, una de las más importantes de la Galicia interior que recibe al visitante en plena Ribeira Sacra.

Colegio de Nuestra Señora de la Antigua.
Colegio de Nuestra Señora de la Antigua.Turismo Ribeira Sacra

La localidad, definida por el río Cabe y su legado ferroviario, se configura como un auténtico museo al aire libre, donde cada calle y cada edificio evocan siglos de esplendor feudal, religioso y cultural.

Para comprenderlo, basta un simple paseo por su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, y que muestra parte de la historia de Galicia a través de sus monumentos y una huella inconfundible de un pasado medieval y renacentista.

El Escorial gallego

Pero si hay un edificio que destaca en el horizonte de Monforte, este es sin duda el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, conocido popularmente como ‘El Escorial gallego’. Esta imponente construcción, impulsada por el Cardenal Rodrigo de Castro entre los siglos XVI y XVII, sigue el estilo herreriano característico del monasterio madrileño.

El conjunto monumental se sitúa en una gran explanada en el centro de Monforte, y está formado por el edificio del colegio con la fachada de estilo renacentista herreriano, la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, el claustro y el museo.

La iglesia alberga importantes obras de arte de las que destaca el retablo mayor hecho en madera de nogal por Francisco de Moure a comienzos del siglo XVII, el Cristo en mármol de Valerio Cioli, regalo de Felipe II al cardenal, y la estatua del cardenal Rodrigo de Castro fundida en bronce, obra del escultor Juan de Bolonia.

Puente Viejo de Monforte.
Puente Viejo de Monforte. Wikipedia

La Casa de Lemos y el Puente Viejo

Más allá del Escorial gallego, la historia de Monforte tampoco puede entenderse sin la influencia de la Casa de Lemos, que convirtió esta villa en una de las más influyentes de Galicia durante la Edad Media.

Su legado permanece en el Palacio Condal, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII y que fue reformado en el siglo XVI, conservando restos de la muralla medieval, la Torre del Homenaje y antiguas puertas blasonadas. Desde lo alto de esta fortaleza se puede contemplar una panorámica única del valle de Lemos, donde la historia y la naturaleza se funden en una vista espectacular.

Palacio Condal.
Palacio Condal. Concello de Monforte

Un poco más lejos, el Puente Viejo de Monforte, conocido como Ponte Vella, se presenta como otro de los símbolos de la ciudad. Atribuido a la ingeniería romana, aunque su configuración actual data del siglo XVI, es uno de los puntos más fotografiados de la villa. Cruza el río Cabe y ha sido testigo del desarrollo urbano y comercial de la localidad.

Más tarde, ya en el siglo XIX, el desarrollo de Monforte de Lemos estaría marcado por la llegada del ferrocarril, que impulsó su crecimiento económico y social. En 1885, Alfonso XII le otorgó el título de ciudad, en reconocimiento a su importancia como nudo ferroviario clave en Galicia. Hoy, esta tradición sigue viva con el Museo del Ferrocarril de Galicia, un lugar imprescindible para los amantes de la historia del transporte.