Investigación
Una expedición francesa geolocaliza más de 1.800 bidones radioactivos frente a la costa de Galicia
Entre los años 1946 y 1990 se han arrojado más de 200.000 barriles con material radiactivo al océano Atlántico nororiental.
Una expedición oceanográfica francesa, que tiene como objetivo evaluar el estado de la Fosa Atlántica, ha realizado un importante hallazgo frente a la costa de Galicia.
La misión, dependiente del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), ha localizado en los últimos días más de 600 bidones radiactivos, lo que eleva a 1.800 el número total de barriles hallados en la zona.
Javier Escartín, geólogo español y director de la investigación que se realiza a bordo del oceanográfico L'Atalante, ha explicado que el robot submarino UlyX localizó más de 600 barriles bidones radiactivos.
Los bidones se encuentran a uno 4.500 metros de profundidad y a unas 620 millas (unos 1.000 kilómetros) de la costa gallega.
Escartín también detalló en su cuenta de Bluesky que la zona en la que se realizó la búsqueda ya fuera supervisada en 1983 por un submarino francés operado en remoto, el 'Epaulard'.
Así, en la actual inmersión se produjo una "extracción exitosa" de núcleos de sedimentos y recuperaron dos trampas para peces con cinco graneros.
El proyecto NODSSUM (Monitoreo de Estudios de Vertederos Nucleares en los Océanos) tiene como objetivo mapear y evaluar la condición de más de 200.000 barriles de desechos radiactivos sumergidos a profundidades entre 3.000 y 5.000 metros (aproximadamente 2 a 3 millas) en las llanuras abisales del Atlántico.
Según ha publicado National Geographic, los informes del CNRS, desvelan que entre los años 1946 y 1990 se han arrojado más de 200 mil bidones con material radiactivo al océano Atlántico nororiental, provenientes de diferentes países.
Se considera que los barriles contienen materiales de bajo y medio nivel, como lodos de proceso, piezas metálicas contaminadas, resinas de intercambio iónico y equipos de laboratorio, entre otros residuos. Para resistir las presiones de las profundidades oceánicas, los residuos se recubrieron con betún o cemento.