Una fiesta de casi tres siglos que marca el inicio del otoño gallego

Cada mes de octubre, la ciudad de Lugo se viste de gala para celebrar uno de los eventos más emblemáticas de Galicia: las Fiestas de San Froilán. Declaradas de Interés Turístico Nacional, estas festividades tienen sus raíces en el siglo XVIII, y marcan un punto de inflexión en el calendario gallego, coincidiendo con el arranque del otoño.

Durante más de una semana, las calles de Lugo se llenan de música, cultura, tradición y una vibrante mezcla de visitantes y locales que celebran una cita ineludible con la historia y las costumbres gallegas.

Origen: San Froilán, patrón y protector

San Froilán es el patrón de la ciudad de Lugo y de la diócesis lucense. Nacido en Lugo en el siglo IX, San Froilán es una figura muy querida por los gallegos por su vida de humildad y su dedicación a la fe. Fue un ermitaño y misionero que dedicó su vida a evangelizar el norte de España, y su devoción le llevó a ser nombrado obispo de León.

A él se le atribuyen decenas de milagros para ganar batallas, curar heridas o, simplemente, salvar la cosecha de un mal año. Pero, su auténtico prodigio, ha sido el de ser capaz de inspirar una de las fiestas con más arraigo de Galicia.

Los festejos en su honor comenzaron oficialmente en 1754, aunque los homenajes a San Froilán ya se celebraban desde antes en formas más locales y religiosas. Con el tiempo, estas celebraciones fueron evolucionando hasta convertirse en lo que son hoy.

Porque San Froilán no solo es una fiesta religiosa, sino que está profundamente ligada a la llegada del otoño en Galicia.

Las festividades comienzan oficialmente hoy, 4 de octubre, una jornada que sirve de aperitivo a la jornada de mañana, Día de San Froilán en el que se celebran los actos religiosos en honor al patrón y paso previo a la otra gran jornada del fin de semana, la del ‘Domingo das Mozas’, que está dedicado a la exaltación del traje tradicional y el folclore gallego.

La Fiesta, no obstante, se prolongará hasta el próximo 12 de octubre, coincidiendo con el Día del Pilar. Este período festivo, a principios de octubre, marca un cambio en el ciclo del año, cuando los días se acortan y los colores otoñales empiezan a teñir el paisaje gallego.

La ciudad, que en verano vive la tranquilidad de una urbe pequeña, se convierte en un hervidero de vida. Durante estas fiestas, Lugo experimenta una explosión cultural y gastronómica, y las primeras brisas otoñales acompañan los paseos por el casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su muralla romana. Las temperaturas suaves del inicio del otoño invitan a disfrutar del ambiente en las plazas y calles, donde la gastronomía y las tradiciones gallegas son las grandes protagonistas.

Gastronomía

Uno de los grandes atractivos de San Froilán es, sin duda, su gastronomía. El visitante podrá disfrutar, entre otros, del tradicional ‘pulpo á feira’. En las casetas y carpas que se instalan durante San Froilán, el pulpo se sirve a la manera tradicional, cocido en grandes ollas de cobre y cortado en rodajas sobre un plato de madera, acompañado de cachelos (patatas cocidas) y aderezado con sal, pimentón y aceite de oliva.

Además, el otoño gallego ofrece una gran variedad de productos de temporada que se integran en las celebraciones, como las castañas, los grelos y el lacón.

Tradiciones y Feria Medieval

Uno de los elementos más valiosos de las Fiestas de San Froilán es su capacidad para unir generaciones y diferentes perfiles.

Los eventos tradicionales se combinan con actividades modernas, ofreciendo algo para todos los gustos y edades. Los Cabezudos, esas grandes figuras que recorren las calles de Lugo, son una atracción especial para los niños, mientras que los pasacalles y las actuaciones musicales, que abarcan desde la música tradicional gallega hasta los conciertos de bandas contemporáneas, atraen a un público variado.

Además, el próximo sábado se habilitará la tradicional Feria Medieval en las inmediaciones de la catedral de Santa María, que recuerda el pasado histórico de Lugo, con sus raíces romanas y medievales, y donde los visitantes pueden disfrutar de artesanías, representaciones históricas y productos locales.

Esta feria supone la despedida de las fiestas configurando, para ello, un espacio en el que no faltan juglares, caballeros, exhibiciones de cetrería y oficios tradicionales y, cómo no, la celebración de un banquete medieval. Por la noche, un emocionante espectáculo de fuegos artificiales pondrá el punto final hasta el año siguiente.