Polémica académica
Una nueva facultad de Medicina desata la polémica en Galicia
A Coruña la anuncia, Vigo la exige, Santiago la rechaza: el mapa universitario gallego se resquebraja con el posible nuevo grado
Lo que parecía un anuncio revestido de normalidad académica -el efectuado ayer por el rector de la Universidad de A Coruña (UDC), Ricardo Cao, durante el Consello de Goberno de la institución académica- terminó, con el poso y el paso de las horas, en una de esas polémicas tan gallegas como locales en las que, precisamente el localismo, parece marcar todos los pasos. Ya sean dados hacia adelante o hacia atrás. Aunque en esta ocasión podría que todo derive en el punto muerto.
Y es que, tras ese anuncio inicial en la jornada de ayer, en el que Cao indicaba que la UDC iniciaba el proceso para, con vistas al curso 2027-2028, impartir el grado de Medicina, las reacciones no tardaron en sucederse. Opiniones que, lejos de mostrarse favorables ante la argumentada necesidad de médicos, resultaron ser todo lo contrario.
Así, en un primer momento fue el alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien salió a la palestra afirmando que si la Xunta concedía esta nueva facultad a la ciudad herculina debería hacer lo mismo con la olívica. Una vez más esa eterna dicotomía A Coruña – Vigo, Vigo – A Coruña, que supera con creces lo futbolístico e invade otras competencias, desde económicas a infraestructurales, del comienzo hasta el final.
Bajo este prisma, el regidor reclamaba la Facultad de Medicina para Vigo “de modo inexcusable”. Y lo hacía, por supuesto, para el curso 2027-2028, mismo plazo que el dado horas antes por el rector de A Coruña.
Una proclama que, como no dudó en recordar, ya había realizado en 2010, y que se sustenta, no tanto en su figura de alcalde, que también, sino “desde la fuerza moral que da ser el primer catedrático de la Universidade de Vigo”.
Al mismo tiempo, Caballero señalaba que no ha dudado en mantener esta reivindicación a lo largo de los años, “porque Vigo tiene nivel de población, nivel científico, instalaciones y universidad que demandan una Facultad de Medicina”. Algo que volvía a defender ayer tras el anuncio de la UDC: “Lo reclamo desde la Alcaldía y con toda la fuerza de la ciudad de Vigo”.
La Xunta se declara “absolutamente desconcertada”
Las palabras del regidor vigués, sin embargo, no fueron las únicas reacciones que emergieron tras el anuncio del rector Ricardo Cao. La Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Educación, Ciencia, Universidades e Formación Profesional, expresó su “absoluto desconcierto” por una decisión que considera unilateral y carente de diálogo previo.
Según su valoración, el anuncio rompe el acuerdo alcanzado entre la Xunta y las tres universidades públicas gallegas para fortalecer el Grado en Medicina desde una única facultad: la de Santiago de Compostela.
De hecho, el Gobierno gallego recordó que hace apenas tres meses se había aprobado una hoja de ruta para descentralizar progresivamente las prácticas clínicas del grado santiagués. El objetivo era que ya en el curso 2026/2027 los estudiantes de quinto pudiesen realizar prácticas tanto en los hospitales de Vigo como en los de A Coruña, lo que permitiría optimizar recursos sin necesidad de multiplicar estructuras docentes y administrativas. Bajo esa lógica, la creación de una nueva facultad se alejaría del modelo consensuado que apuesta por sumar fuerzas en lugar de dispersarlas.
La Consellería convocó de forma urgente el Consello de Docencia Clínica para intentar reconducir la situación y restablecer el diálogo con el objetivo de proteger la calidad formativa del grado en Galicia. Un diálogo que, por su parte, la Universidade da Coruña insiste en que nunca ha interrumpido, asegurando que su intención fue comunicada a la Xunta “por diferentes vías” a lo largo de los últimos días.
La USC se reafirma
También se pronunció con contundencia el rector de la Universidade de Santiago de Compostela, Antonio López, quien reiteró que la postura de su institución es clara: no procede, en este momento, la implantación del Grado en Medicina en A Coruña.
López apeló al acuerdo firmado en 2015 por las tres universidades públicas gallegas y la Xunta, donde se consensuó mantener una única facultad en Galicia, pero con un sistema de prácticas clínicas distribuido por distintos hospitales del Sergas.
Según el rector compostelano, este modelo ha demostrado su eficacia, y la facultad santiaguesa ha ido ampliando progresivamente su oferta hasta alcanzar las 403 plazas de nuevo ingreso, lo que, según los datos trasladados por la propia Xunta, satisface las necesidades de profesionales del sistema sanitario gallego al menos hasta el año 2037.
López admitió que la propuesta de la UDC podría abrir la puerta a nuevas reclamaciones, como la planteada por Vigo, pero insistió en que “no es la solución más racional” y que el camino adecuado pasa por mejorar y expandir el modelo ya existente, con un grado que desarrolle su docencia práctica a lo largo de todo el territorio, pero que mantenga su unidad académica y organizativa.
¿Diálogo roto o diferencias estratégicas?
En medio de este escenario de declaraciones cruzadas, subyace una cuestión de fondo que no se resuelve con cifras ni argumentos técnicos: el equilibrio territorial dentro del sistema universitario gallego y la competencia latente entre ciudades por captar grados de alta demanda. Mientras la UDC defiende que ha actuado con transparencia y comunicación previa, la Xunta y la USC acusan a la institución coruñesa de romper las reglas del juego.
Lo único cierto por ahora es que el anuncio de un nuevo grado ha desatado una tormenta institucional. Una polémica que, como tantas otras en Galicia, se mueve entre la reivindicación local, el pulso político y la batalla por los recursos y el prestigio.