Sargadelos retoma la actividad en su histórica fábrica de Cervo tras una semana de conflicto laboral

La emblemática fábrica de cerámica de Sargadelos en Cervo (Lugo) ha retomado este miércoles su actividad tras una semana marcada por el conflicto entre el administrador único, Segismundo García, y la Inspección de Trabajo.

El origen de la disputa se remonta a una sanción impuesta a raíz de la detección de dos casos de silicosis entre empleadas, lo que derivó en un requerimiento para implementar mejoras en las condiciones de salud laboral.

Durante los últimos días, el acceso a la planta había sido restringido por decisión del propio García, quien alegó motivos de seguridad para impedir la entrada a los trabajadores.

Esta decisión generó una fuerte respuesta por parte de la plantilla, que se mantuvo a las puertas de la fábrica exigiendo poder trabajar. Sindicatos denunciaron entonces una “persecución” y acusaron al empresario de dar una “lección” a los empleados que protestaban.

La situación dio un giro a última hora del lunes, cuando la mediación del conselleiro de Emprego, José González, permitió alcanzar un acuerdo entre la empresa y la Xunta. El pacto contempla la realización de un estudio conjunto para evaluar e implementar mejoras en la protección de la salud de los trabajadores, abriendo así el camino para reactivar la producción “a la mayor brevedad”.

Este miércoles, la totalidad de la plantilla de producción ha accedido finalmente a la fábrica. Lo hicieron de forma escalonada: primero aquellos que ya habían entrado días antes bajo su responsabilidad o tras adelantar vacaciones, seguidos del grueso del personal y, por último, los 12 trabajadores que aún permanecían fuera hasta hoy.

La reapertura de la planta genera expectativas tras la incertidumbre vivida en los últimos días. No obstante, la situación sigue siendo tensa. Según fuentes sindicales, aún podrían producirse despidos selectivos entre los empleados que se opusieron abiertamente a las medidas adoptadas por García, lo que podría volver a comprometer la estabilidad en la fábrica.