Gastronomía
Deje que Willy les dé de comer
El cocinero de Popa improvisa a diario recetas para hacer a quien lo desee “un traje a medida”
En los días convulsos que vivimos, lo primero que debemos analizar es qué buscamos al escoger un restaurante. Acudimos a Popa al comprobar que es posible disfrutar de un muy buen producto en un espacio amplísimo, que cuenta con terraza para aquellos a los que aún les tranquiliza comer al aire libre, además de un comedor con varias áreas. Detrás del proyecto se encuentra Willy Moya, a quien conocimos al dirigir la oferta culinaria del Gran Hotel Inglés e ideólogo de otros conceptos en Sevilla y en Estambul, que ahora se saborean en este local al que puede acudir a pegarse un homenaje, a comer el menú del día, a tapear o a que Willy le dé de comer. Para meterse en el bolsillo a quienes se sientan en sus mesas, como Manu Tenorio y Silvia Casas, diseña una oferta personal. Sí, cuenta con las herramientas para que escojamos nuestro traje a medida: «Es una elección sacrificada, ya que resulta primordial cada día tener ases en la manga para contentar al cliente», dice. Aceptamos las reglas del juego, al tiempo que el chef se interesa por saber qué nos gusta y qué no tanto. Y cierto es que cuenta con unas recetas que son la base de la carta y con otras que improvisa, según las materias primas de temporada (setas, berberechos, salmonetes, mollejas...).
Entre Estambul y Sevilla
La clave es que el comensal repetidor saboree platos diferentes en cada visita. En la nuestra comenzamos por la vieira cocinada solo por un lado y servida con col fermentada, salsa kimchi y sobre una lima, que es imprescindible morder para equilibrar los sabores. Es una de sus elaboraciones en recuerdo de su etapa en Estambul, lo mismo que un bocado glorioso: el taco oriental de boquerón con el «crunch» de unas patatas paja y un pelín de wasabi, que otorga un juguetón toque picante. Compartimos la falsa pizza de atún, marinado en café y lima, con un alioli de albahaca y jalapeño, y continuamos con unos potentes judiones de La Granja con cordero y morcilla. Si opta por el pescado del día, reinan la lubina y el rodaballo. Y, entre las carnes, una presa de paletilla ibérica moruna en su punto con un cremoso de pimiento frito y la costilla de vaca con barbacoa de chipotle, que es de esos bocados que permanecen en el recuerdo, lo mismo que la tarta de queso parmesano con cabello de ángel, un postre presente entre las sugerencias de los chefs y con el que pretende diferenciarse.
Dónde: C/Sta. María Magdalena, 14.
Tel.: 91 345 98 31.
Precio medio: 65 euros.
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