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Vino y cultura

Bodegas Buezo, un château en la D. O. Arlanza

Sus 45 hectáreas de viñedo rodean en forma de U a sus modernas instalaciones, cercanas al río Arlanza, que da nombre a la D. O. al que pertenece esta propiedad de Abel Buezo. En la bodega, que elabora por gravedad aprovechando su puente-grúa, se puede comer en el restaurante, también indicado para celebraciones. Las 150.000 botellas que produce son cuidadas por el enólogo Fernando López Arce, que entró como «becario» y allí ha hecho carrera.

Instalaciones de una bodega
Instalaciones de la bodegaBuezo

El entorno de Bodegas Buezo ha estado destinado en los últimos años al cultivo del cereal, pero ahora ha recuperado su larga tradición perdida como tierra de viñas. El viñedo está situado en lugares de gran importancia histórica, monumental y natural, donde se produce vino desde tiempos inmemoriales. Hasta mediados del siglo XX el viñedo fue la parte más importante de todas las explotaciones agrícolas existentes en la comarca. A partir de entonces se produjo un fuerte éxodo rural. La falta de mano de obra, unida a la estructura de los viñedos que, en su mayoría, estaba formada por parcelas muy pequeñas, obligó a su abandono paulatino y a que los agricultores se pasaran al cultivo del cereal.

Se trata de un término municipal que pertenece a la Comarca del Medio Arlanza y cuya producción forma parte de la joven Denominación de Origen Arlanza, creada en 2007, y que está integrada por la zona centro de la provincia de Burgos y la parte sur oriental de Palencia. En concreto, Bodegas Buezo se encuentra a unos 29 kilómetros al sur de la capital burgalesa. Situada en el valle medio y bajo del río Arlanza y de sus afluentes, la comarca se ubica entre la Sierra de Covarrubias al este, hasta los Páramos del Cerrato al oeste. Los límites norte y sur están fijados en la vertiente del río Arlanza.

El principal tesoro de Buezo se concentra en las 47 hectáreas de viñedo que rodean la bodega al más puro estilo de château bordelés. De estas tierras procede la totalidad de su producción vinícola y es precisamente en la cercanía, en el cultivo y en el cuidado exhaustivo de los viñedos donde reside el secreto de los singulares aromas y sabores de sus vinos.

El viñedo está situado a entre 870 y 900 metros de altitud, lo que se traduce en un clima continental, que se caracteriza por tener unos inviernos largos y muy fríos, ventosos y parcialmente nublados, primaveras medias, y veranos cortos, calurosos, secos y despejados con grandes diferencias térmicas de más de 20 grados entre el día y la noche. Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de -0°C a 29°C y rara vez baja a menos de -5°C o sube a más de 34°C. Y la precipitación media anual oscila entre los 450 y 500 milímetros. Estas especiales condiciones climáticas favorecen obtener unas uvas con una alta concentración polifenólica y una buena acidez, todas ellas características imprescindibles para elaborar grandes vinos de guarda.

En el viñedo, todo ello en espaldera para lograr una mejor insolación, hay variedades autóctonas perfectamente adaptadas a las peculiaridades de la zona como tempranillo, así como otras de distinto origen, tales como merlot, cabernet sauvignon, petit verdot e incluso, algunas variedades experimentales blancas y tintas con las que están desarrollando nuevas elaboraciones. Por otro lado, durante 15 años se ha trabajado en otro proyecto de recuperación de viñedos viejos con una edad media de 100 años y una superficie ya en producción de 2,3 que aporta una información valiosísima sobre erosión genética y biodiversidad vegetal.

El viñedo, dependiendo de los sectores en los que está dividido, cuenta con diferentes tipos de suelos, en los que predominan los arcillosos, calcáreos y arenosos.

La bodega, que se empezó a construir en el año 2003 y se inauguró en el 2008, tiene un diseño sobrio y minimalista que recuerda a una Z que la divide en dos zonas: la de elaboración y la de crianza. La zona central sirve de nexo a ambas áreas y ofrece la posibilidad de visitar y utilizar las instalaciones sin entorpecer las labores cotidianas. Sobre un terreno ventoso se levanta el edificio que representa la sobria estética de las construcciones de Castilla. De diseño vanguardista y sosegado al mismo tiempo, se integra a la perfección con el paisaje y el entorno. La bodega cuenta con unas instalaciones que están concebidas con un sentido práctico y funcional: a un lado la zona de crianza y, al otro, la de producción final.

En su interior llaman la atención las alturas de vértigo y un puente grúa para permitir los trasiegos por gravedad. Y entre las paredes de piedra, depósitos troncocónicos de acero inoxidable y tinos de roble francés, salas climatizadas, control de humedad, cámaras frigoríficas y todo un conjunto de medios tecnológicos para garantizar la perdurabilidad de sus vinos. El edificio cuenta, además, con una Sala de Catas profesional donde se realizan las catas a ciegas para experimentar las sensaciones que provoca los vinos y determinar su calidad. La Sala de Eventos es un espacio que flota sobre la sala de barricas, que permite visualizarla en toda su amplitud, pero respetando su clima de tranquilidad y descanso. Puede destinarse a la celebración de todo tipo de eventos: conferencias, presentaciones, cursos de catas... También cuenta con una Sala de Reuniones y una Biblioteca. En la última planta se encuentra la Sala de Exposiciones, que está destinada a acoger exposiciones, realizar presentaciones de producto...

La Cocina Comedor es un espacio dotado con unas instalaciones de cocina de primera línea y con un comedor que puede acoger hasta 18 comensales. Sus diferentes usos por parte de amigos y clientes están restringidos a los miembros del Club Buezo. Y, por último, Buezo Restaurante, a cuyo frente se encuentra el cocinero Javier Corral. Situado en el subsuelo y dotado de unas inmejorables vistas, refleja a la perfección los valores y la filosofía de la bodega. Se distingue por la importancia de la calidad de la materia prima y los productos de temporada. De hecho, dispone de su propio huerto ecológico, lo que le permite obtener productos frescos y naturales con aromas y sabores que proporcionan experiencias y sensaciones, algunas de ellas ya olvidadas.

Viñedos propios

Bodegas Buezo únicamente utiliza uva procedente de sus propios viñedos. La vendimia se realiza a mano y los racimos se depositan en cajas de 16 kilogramos. Una vez en la bodega y tras su control térmico, se depositan en las mesas vibratorias donde se realiza una doble selección, de racimos y bayas, para que lleguen a los tinos únicamente las uvas elegidas. La uva seleccionada se encuba por gravedad en los depósitos, donde se lleva a cabo el proceso de fermentación alcohólica a temperatura controlada, y donde se ejecutan remontados diarios para favorecer la extracción. Los depósitos de acero inoxidable y las tinas de roble francés cuentan con una capacidad de 10.000 y 20.000 litros, y se utilizan en función de las necesidades de cada variedad de uva. Son de forma troncocónica, lo que favorece la maceración del hollejo. Tras la fermentación alcohólica, se produce de manera natural y a temperatura controlada la fermentación maloláctica, gracias a las bacterias lácticas que se encuentran en el propio vino.

Esta transformación de los ácidos naturales del vino -ácido málico- en ácido láctico suaviza el vino y elimina la acidez que posee la uva fresca. Para este proceso solamente se utilizan las tinas de roble francés. Las barricas se higienizan para acoger el nuevo vino. Antes de proceder al trasiego, las barricas se limpian con agua a 90 grados para una completa esterilización. Una vez listas, se rellenan por gravedad con la ayuda de la grúa-depósito OVI.

Una vez ya en la sala de barricas, que cuenta con temperatura y humedad controladas, el vino descansará sin trasiegos durante el tiempo necesario para obtener una perfecta integración entre el vino y la madera. Buezo cuenta con un parque de 700 barricas de roble francés, centroeuropeo y americano, y su vida útil entre tres o cuatro años, dependiendo del origen, secado, tostado y variedades que han contenido. Concluido el proceso de envejecimiento en barricas, el vino se trasiega por gravedad nuevamente a los depósitos, donde se realiza el ensamblaje de las variedades para obtener el vino final. El embotellado se realiza bajo una atmósfera de nitrógeno para evitar oxidaciones. Y siempre se utiliza corcho natural.

Y con todos ello se crean estos vinos:

Buezo Tempranillo Reserva 2005. Este tinto se elabora únicamente a partir de la variedad tempranillo y cuenta con una producción de 80.000 botellas. Con una crianza en barricas de roble francés (60%), roble americano y centroeuropeo (40%) de entre 14 o 16 meses, posteriormente permanece en botella hasta su comercialización.

Buezo Varietales Reserva 2005. Es el resultado del perfecto ensamblaje de las variedades tempranillo (50%), merlot (25%) y cabernet sauvignon (25%). Con una producción de 30.000 botellas, cuenta con una crianza de entre 14 y 16 meses en barricas de roble francés (60%), americano y centroeuropeo (40%). Posteriormente, reposa en botella hasta su comercialización.

Buezo Petit Verdot Reserva 2005. Este vino es el resultado del coupage de dos variedades tintas, tempranillo (50%) y petit verdot (50%). Con una producción de 20.000 botellas, en barricas de roble francés (70%), roble americano y centroeuropeo (30%) durante 16 meses, para posteriormente permanecer en botella hasta su comercialización.

Buezo Nattan Reserva 2005. Este varietal de tempranillo cuenta con una producción de 10.000 botellas. En este caso, la crianza se lleva a cabo únicamente en barricas nuevas de roble francés, durante un periodo mínimo de 18 meses. Posteriormente descansa en botella hasta su comercialización.

Buezo 79. Añada: 2017 Variedades: Coupage de variedades (chardonnay, sauvignon blanc, semillon y viognier). Denominación de Origen: Vino Blanco Producción: 400 botellas formato Magnum. Elaboración: Selección manual de racimos en viñedo y de bayas en bodega. Trasiegos por gravedad. Fermentación alcohólica en depósito de acero inoxidable.

Buezo 1928. Añada: 2009 Variedades: Coupage de variedades (tempranillo, denominada tinta aragonesa en su época por la procedencia), garnacha tintorera, mencía, albillo real, albillo mayor, viura y alguna otra sin identificar). Denominación de Origen: D.O. Arlanza. Producción: 400 Botellas

Una excursión de puro arte

En el Valle del Arlanza, con el paso de los siglos las aguas del río han modelado un amplio valle que se extiende entre la Ribera del Duero y la capital burgalesa. Desde su nacimiento en Fuente Sanza, el Arlanza ha trazado un largo y sinuoso recorrido hacia el oeste burgalés.

Tras surcar la Tierra de Pinares, el río llega al Espacio Natural de La Yecla y los Sabinares del Arlanza. Aquí, junto a la habitual vegetación ribereña, acompañada de bosques de quejigos, encinas y sabinas, comienzan a aparecer los primeros viñedos que añaden una nota de color a un agradable paisaje con personalidad propia. El río continúa su curso y entra en contacto con los extensos páramos castellanos antes de confluir con el río Arlanzón, ya en el Cerrato Palentino.

Existen testimonios de los primitivos pobladores de estos valles anteriores a la ocupación romana. La llegada de los visigodos, la invasión musulmana, la despoblación del Valle del Duero como zona fronteriza, la repoblación de la Meseta y el nacimiento de Castilla marcan otros siglos de su historia.

El río Arlanza y su red de afluentes, entre los que destaca el río Mataviejas, riegan lugares donde una intensa actividad histórica ha dejado un interesante patrimonio artístico y cultural. Hoy, en el Valle del Arlanza se puede encontrar desde yacimientos romanos como los de Tordomar o Solarana, hasta importantes monasterios como San Pedro de Cardeña o Villamayor de los Montes, pasando por la excepcional Villa Ducal de Lerma o singulares conjuntos rurales como Puentedura o Santa María del Campo con su esbelta iglesia. A esta lista se unen ermitas, iglesias y templos de todos los estilos artísticos, puentes, palacios, torres, casonas, rollos de justicia y otras edificaciones que se dispersan por el valle. Los habitantes de las tierras del Arlanza, que han vivido de la agricultura cerealista y la ganadería ovina, tienen en la actividad vitivinícola un gran futuro. Los vinos del Arlanza y el lechazo asado en horno de leña hacen una combinación perfecta.

Además de por el clima y la altitud, la Comarca del Arlanza destaca por contar con unas viñas que poseen las cualidades perfectas para dar grandes vinos con una marcada identidad,

capaces de satisfacer los paladares más exigentes que buscan vinos expresivos pero finos y elegantes. A ello hay que unir la existencia ancestral de variedades de uva autóctonas, como la blanca albillo mayor y la tinta del país, que en estos viñedos de altura se muestran expresivas y estructuradas, con una extraordinaria acidez que les dota de una gran personalidad y que les asegura una gran longevidad.

Esta comarca no sólo ofrece grandes y singulares vinos amparados en una denominación de origen joven, fundada en 2007, también sorprende por su oferta gastronómica, por su historia, arte y cultura, así como por sus impactantes paraísos naturales.

Visitas imprescindibles

Embutidos Artesanos Villafuertes, propiedad de varias generaciones de la misma familia dedicada a la elaboración de la matanza tradicional de cerdo del Bajo Arlanza. Aquí producen embutidos artesanos que se caracterizan por utilizar un proceso de ahumado en secaderos naturales controlados con fuego de roble y encina. Son productos 100% naturales, sin conservantes ni colorantes artificiales, sin gluten y libres de alérgenos.

El gótico burgalés entre el Arlanza y el Arlanzón. En los apenas 20 kilómetros que unen los ríos Arlanza y Arlanzón se encuentran algunos de los monumentos más relevantes del gótico burgalés, iglesias, antiguas colegiatas que ya no lo son, torres, puentes y otras huellas de la historia en estos bellos parajes.

Santa María del Campo. Villa completamente amurallada en su momento, en la actualidad sólo conserva tres de sus puertas de entrada.

Casa del Cordón. A esta pequeña localidad burgalesa llegó la reina Juana I de Castilla "La Loca" para encontrarse con su padre, Fernando el Católico, durante el peregrinaje que realizó por su reino acompañando al cadáver de su amado esposo Felipe el Hermoso.

En la Casa del Cordón, Juana esperó a su padre para rogarle que la dejara libre de la tortura que para ella suponía reinar. Su nombre tiene un origen popular basado en el "cordón franciscano" (de la orden franciscana) que recorre la portada de la casa.

Al mismo tiempo que la reina Juana I de Castilla velaba el cadáver de su esposo, en la misma casa se alojó el arzobispo Cisneros quien fue nombrado cardenal en el vecino pueblo de Mahamud, ya que no era posible celebrar ningún acto en Santa María del Campo por encontrarse el cadáver del rey.

Hoy en día la Casa del Cordón es una vivienda particular que nada tiene que ver con la original. Solamente se conservan el cordón y los dos medallones a los lados de la portada. El escudo fue añadido posteriormente.

Iglesia colegiata de Santa María de la Asunción. Se trata de una iglesia construida entre los siglos XIII y XVI compuesta por tres naves erigidas en el siglo XVI. Destaca la capilla del Rosario con pila bautismal del XIV y reja del XVI. Su capilla de la Inmaculada conserva una Adoración de los Magos del arquitecto Diego de Siloé, nacido en Burgos y fallecido en Granada, donde dejó monumentos tan importantes como su catedral.

Siloé también construyó, junto con el escultor Juan de Salas, la torre de esta ex colegiata, obra señera del Renacimiento español.

Destaca por su torre renacentista, realizada por Diego de Siloé en los dos primeros cuerpos y por el escultor Juan Salas los dos siguientes. La puerta gótica de la fachada norte es obra de Simón de Colonia. Para acceder al interior del templo se ha de subir una gran escalera, desde la que se llega al trascoro, donde aguarda un bello retablo con las tablas del genial pintor palentino Pedro Berruguete: "El bautismo de Jesús" y "La degollación del Bautista".

La sillería gótica del coro y el órgano datan del siglo XV. En una de las capillas laterales se encuentra un tapiz flamenco de grandes dimensiones. Otro punto de interés es la Sacristía, donde destacan un armario de nogal del siglo XVI, junto a la custodia y cruz procesional. La bella escalera plateresca conduce hasta el retablo mayor, pasando por un maravilloso pulpito mudéjar. El claustro es de estilo gótico y conserva tres de sus primitivas galerías y, en una de las tres puertas, es posible encontrar la figura de un unicornio.

Y mientras la reina doliente aguantaba su locura en Santa María del Campo, en la vecina Mahamud se celebraba el nombramiento del cardenal Cisneros. La localidad con nombre de resonancia árabe fue señorío de los Duques de Lerma.

El gentilicio de los vecinos de Muhamud es "gorretes" porque en su iglesia parroquial de San Miguel le fue impuesta la gorra o birrete cardenalicio al Cardenal Cisneros.

A pesar de las inevitables marcas que ha dejado el paso del tiempo desde su construcción en el siglo XIII, la iglesia de San Miguel evidencia su importancia en la historia de Castilla. Lo más sobresaliente en ella es su retablo mayor, obra del retablista Domingo de Amberes, quien asumió el encargo en mayo de 1566. También resaltar el púlpito de estilo gótico mudéjar bellamente decorado y una bonita pila bautismal románica.

Justo enfrente de la iglesia de Santa María y en el centro de la Plaza Mayor de Mahamud se encuentra un Rollo jurisdiccional, columna de cinco metros de altura que data del siglo XVI. Estas grandes columnas de piedra se erigían tras la concesión por parte de la Corona del privilegio de poder impartir justicia en nombre del Rey. En la misma plaza se encuentra el Ayuntamiento, ubicado en un palacio que data del siglo XVI.

La visita a la Villa Ducal de Lerma descubre el gran patrimonio que atesora esta población declarada Conjunto Histórico Artístico.

La localidad burgalesa de Lerma se asienta sobre un cerro dominando el valle del Arlanza, la villa, en otro tiempo amurallada y cabeza de alfoz, perdió su fisonomía medieval en el siglo XVII por deseo y capricho expreso de don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, valido de Felipe III, y duque de Lerma.

El trazado urbano conforma uno de los conjuntos monumentales y urbanísticos más importantes del siglo XVII, realizados en la España de los últimos Austrias.

El Palacio Ducal, de líneas sobrias y elegantes, preside la gran Plaza Ducal. Su construcción comenzó en 1601 por encargo del duque de Lerma aprovechando la ubicación del antiguo

castillo. Francisco de Mora fue el arquitecto encargado de la obra concebida como residencia de los duques y aposento real para la corte de Felipe III. El escenario de las soberbias fiestas palaciegas hoy alberga el Parador Nacional de Turismo.

Colegiata de San Pedro: construida a comienzos del siglo XVII por fray Alberto de la Madre de Dios. De tres naves con crucero, se caracteriza por sus elegantes proporciones. En el retablo mayor se encuentran algunas imágenes del escultor Gregorio Fernández. Ante el altar se encuentra la estatua orante, en bronce dorado, del arzobispo don Cristóbal de Rojas y Sandoval, tío del duque, realizada por Juan de Arfe y Fernández del Moral.

Pasadizo del duque de Lerma. En marzo de 2007 quedó inaugurado el nuevo 'Pasadizo de los Arcos'. El pasadizo creado a comienzos del siglo XVII que unía el Palacio del duque de Lerma y la Iglesia Colegial de San Pedro Apóstol. Hoy el tramo visitable es la unión de los Monasterios de Santa Teresa y Santa Clara en el Mirador de los Arcos.

Monasterio de San Blas. Comenzado en 1613 por Francisco de Mora para monjas dominicas. En el retablo mayor, del siglo XVII, destacan las pinturas de los cuerpos superiores, traídas de Flandes, siendo las restantes de Pedro Antonio Vidal, pintor del duque de Lerma. Alberga una importante colección de tallas, pinturas y relicarios. En la actualidad lo habitan MM. Dominicas de clausura y realizan vistosos trabajos de cerámica pintada a mano.

Monasterio de la Madre de Dios. Del siglo XVII para monjas carmelitas. El convento es austero, clásico, sin casi elementos decorativos, como era norma en las obras de Fray Alberto de la Madre de Dios. La Iglesia es de sencilla planta de cruz latina, con coro a los pies, y un retablo de orden clasicista, con columnas de estilo corintio. Destaca la talla de Santa Teresa del S. XVII, y la Virgen del Carmen existentes en La Iglesia del Monasterio. Sorprende la altura y sobriedad de los muros del monasterio.

Monasterio de la Ascensión. Iniciado en 1605 para monjas franciscanas clarisas, fue el primero construido de los seis que tiene Lerma. Interesante colección de bustos-relicarios, pinturas de Bartolomé Carducho y un Cristo yacente de Gregorio Fernández.

Convento de Santo Domingo. El duque decidió construir un convento para sus protegidos frailes dominicos, encargando el proyecto a Fray Alberto de la Madre de Dios. Destaca la fachada principal de la Iglesia con elementos barroquizantes. Aparecen los escudos de los duques de Lerma y la imagen del Santo fundador de la Orden de Predicadores. Las obras comenzaron en 1613, fue ocupado hasta la exclaustración del siglo XIX. Destaca su magnífica espadaña.

Convento de Santa Teresa. Construido para los frailes carmelitas, fue inaugurado el 27 de octubre de 1617, asistiendo Felipe III con toda su Corte. Hoy alberga oficinas municipales, la Oficina de Turismo y el Centro de Interpretación de la Villa de Lerma.

Convento de San Francisco de los Reyes. Fundado por doña Leonor de Rojas, hermana del duque de Lerma, fue construido ente 1606 y 1613 para frailes franciscanos. Su estado actual es de ruina.

Plaza de Santa Clara. Recoleta plaza situada entre los conventos de la Ascensión y Santa Teresa; al fondo discurre el pasadizo volado que unía el Palacio Ducal con la Colegiata y desde el que se domina una espectacular panorámica de la vega del Arlanza. En un sencillo mausoleo se hallan los restos del Cura Merino, famoso héroe y guerrillero durante la Guerra de la Independencia.

Iglesia de la Piedad Antigua. Iglesia parroquial del primitivo núcleo medieval. A su alrededor se abre una pequeña plaza con soportales.

Arco de la Cárcel. Puerta de la antigua muralla reformada por el duque de Lerma.

Ermita-Humilladero del Santo Cristo. Junto al camino real de Madrid a Francia, forma parte del conjunto urbano del siglo XVII.