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Cafeteros
¿Por qué deberías humedecer el café antes de molerlo?
Este pequeño ajuste en la preparación puede mejorar significativamente el sabor de tu café
¿Quieres llevar tu café diario a otro nivel? Descubre cómo un pequeño truco que puede marcar una gran diferencia en el sabor de tu taza diaria: humedecer los granos antes de molerlos. Esto puede parecer un paso innecesario, sin embargo, esta simple acción puede marcar una diferencia notable en el sabor final de tu café.
El motivo es la electricidad estática, que puede hacer que el café molido se pegue y se aglutine, formando grumos que dificultan la obtención de un tamaño de molienda uniforme. Este es un aspecto esencial en la correcta preparación del café. Mantener la consistencia en el tamaño de la molienda asegura una extracción uniforme del sabor durante el proceso de preparación.
Además, cuando el café se pega, este puede obstruir el molinillo de café, lo cual, a largo plazo, puede dañar el equipo. Por lo tanto, es crucial tomar medidas preventivas para evitar que la electricidad estática cause estos problemas. Aquí es donde entra en escena el Técnica de Goteo de Ross o Ross Droplet Technique:
La magia de la Técnica de Goteo de Ross
Este método, propuesto por David Ross en 2005, implica rociar una pequeña cantidad de agua sobre los granos de café antes de molerlos. Su objetivo principal es minimizar la electricidad estática generada durante la molienda, que puede hacer que los granos se peguen a las paredes del molinillo. Al reducir esta electricidad estática, se disminuye la cantidad de café que queda en el molinillo después de la molienda, asegurando un aprovechamiento máximo de cada grano.
Los beneficios de usar la Técnica de Humedecimiento de Ross (RDT por sus siglas en inglés) son notables. Primero, reduce la electricidad estática y la formación de grumos en el café. Segundo, disminuye la retención de molienda, asegurando una dosis constante de café por uso. Además, mejora la calidad y consistencia del café molido, lo que resulta en una mejor taza de café.
Aplicar esta técnica es muy sencillo: Primero, mide la cantidad de granos de café que necesitas y colócalos en un recipiente pequeño. Luego, llena un rociador con agua y humedece la superficie de los granos hasta que estén ligeramente mojados, evitando que se empapen. Agita suavemente los granos para distribuir la humedad de manera uniforme. Una vez hecho esto, estarán listos para moler. Los granos no tendrán electricidad estática y estarán listos para usarse.
Para obtener los mejores resultados, la recomendación de los expertos es usar agua destilada o filtrada, no del grifo, para prevenir la corrosión del molinillo. Preferiblemente, utiliza un rociador con boquilla ajustable para controlar mejor la cantidad de agua. También es esencial limpiar regularmente el molinillo después de su uso para evitar la acumulación de residuos que puedan afectar su rendimiento futuro.
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