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Aprovechamiento
¿Qué hacer con el pan duro? Este es el uso que le puedes dar para no tirarlo
Porque con lo versátil que es, el pan se puede aprovechar hasta la última miga

"A buen hambre no hay pan duro", dice el refranero, y cuánta razón tenía la sabiduría popular. En nuestra cultura, el pan ha sido siempre símbolo de sustento y hogar, y los refranes lo recuerdan: "El que no tiene pan, que no tenga miedo", "Pan con pan, comida de tontos", o "No dejes para mañana el pan que puedes aprovechar hoy"… Todos nos hablan, de manera simpática, de la importancia de valorar cada bocado.
Hoy, más que nunca, desperdiciar comida es algo que debemos evitar. Por eso, cuando el pan se pone duro o rancio, no tenemos por que tirarlo, ¡este puede tener una segunda vida!
Así, siguiendo los sabios consejos de los refranes y aplicando un poco de ingenio, transformamos el pan que parecía perdido en algo delicioso y útil. Porque, como dicen: "El pan no se tira, se reinventa".
6 formas de aprovechar el pan duro en lugar de tirarlo
1. Pan rallado
El pan rallado es un ingrediente que nunca sabes cuándo vas a necesitar y por eso siempre debería estar en tu cocina. Ya sea para rebozar, para asados, macarrones, pasteles, tartas de queso etc. este condimento es un alimento imprescindible en cualquier cocina. Sin embargo, no hay porque comprar el producto específicamente ya que este puede hacerse mucho más rico y saludable aprovechando el pan de ayer.
Basta con coger lo que quede de pan duro y horneándolo a 70 grados en el horno o en la tostadora. Una vez seco, añádelo a la licuadora y bátelo.
Si es necesario, puedes secarlo más metiéndolo un poco más en el horno.
Mientras, puedes añadirle hierbas y sal, haciendo una mezcla aromática para varios platos o azúcar moreno, canela, cacao y coco rallado, para espolvorear sobre dulces.
2. ¡Que vivan las migas!
Cuando hablamos de aprovechar el pan rancio, el ejemplo perfecto lo pone el ingenio culinario español.
Las migas nacieron por la zona de Extremadura y Castilla como una manera de dar nueva vida al pan viejo, combinándolo con ingredientes sencillos como ajo, aceite, pimientos, chorizo o incluso uvas, dependiendo de la región.
Prepararlas es sencillo: Se desmenuza el pan duro en migas pequeñas, se fríe ligeramente con aceite de oliva, ajo y algún acompañamiento al gusto.
El resultado es un plato crujiente, sabroso y muy versátil. Lo mejor es que permite aprovechar el pan que parecía perdido y transformarlo en una comida completa o en un acompañamiento delicioso.
3. El pan está hasta en la sopa
Como es bien sabido, los crutones son el acompañamiento perfecto para sopas y purés, ya que aportan un toque crujiente y delicioso capaz de transformar cualquier plato de cuchara.
Así que si tienes pan duro en casa no lo dudes. Solo corta el pan en cubos o rebanadas pequeñas, rocíalos con un poco de aceite de oliva, añade ajo, queso rallado, pimentón u otros condimentos al gusto y tuéstalos en el horno hasta que estén dorados y crujientes.
4. El pan como potenciador de la carne
El pan duro no solo sirve para tostadas o migas, sino que también resulta un aliado excelente en la cocina para dar consistencia a las hamburguesas y albóndigas evitando que se deshagan al cocinarlas.
Para las hamburguesas, remoja el pan duro en agua o leche (aproximadamente una rebanada grande por cada medio kilo de carne molida) y mézclalo con la carne frotando bien hasta integrar todo.
Luego, añade tus ingredientes habituales como cebolla picada huevo zanahoria pimiento u otras verduras y condimenta al gusto forma las hamburguesas.
Al cocínalas notarás que el pan hará que la carne quede jugosa y firme.
Las albóndigas utilizan la misma técnica. Basta con remojar de la misma manera el pan y mézclalo con carne picada agrega huevo ajo cebolla hierbas y especias al gusto. A continuación forma pequeñas bolas y cocínalas en salsa al horno o fritas.
5. Que rico el pan con azúcar
La repostería tiene un sin fin de recetas de aprovechamiento. Para los más golosos, el pan duro se puede utilizar para preparar pudines, torrijas, bizcochos y muffins, aportando textura y sabor sin necesidad de comprar pan fresco para cada receta.
Por ejemplo, las torrijas tradicionales españolas se elaboran remojando rebanadas de pan en leche y huevo, friéndolas y espolvoreándolas con azúcar y canela.
En el pudín, el pan viejo se mezcla con leche, huevos, azúcar y frutos secos, horneándose hasta obtener un postre cremoso y reconfortante.
También se pueden preparar muffins o bizcochos de pan, triturando el pan duro y combinándolo con cacao, frutas o especias para obtener un producto esponjoso y lleno de sabor.
6. ¡Revive tu pan!
Muchos no lo saben pero en realidad el pan tiene el poder de "resucitar". Si no te convencen ninguna de las recetas anteriores puedes optar por "devolverle la vida" y la frescura a tu pan con este sencillo truco.
Primero, coloca el pan duro en una bolsa de papel limpia, doblando el borde para cerrarla. Luego vas a humeder esta ligera y uniformemente con agua fría. La superficie del pan puede humedecerse un poco, pero evita que se moje el interior. Por último, calienta el pan dentro de la bolsa en el horno hasta que esté suave y tibio.
Si la bolsa se seca antes de que el pan esté listo, déjala en remojo un poco más.
Para rebanadas pequeñas, necesitarás unos 5 minutos, mientras que para medio kilo de pan, unos 20 minutos.
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