Los sábados de Lomana: “Un aplauso para el alcalde de Madrid, que no se perdió ni un desfile ”

Semana movidita con la Mercedes Fashion Week , que para mi siempre será “Pasarela Cibeles”, yo reconozco que ya estoy saturada de desfiles en mi vida. He visto durante años La Alta Costura en París, cuando era verdaderamente selectiva y lujosísima, se diferenciaban de los de Pret a Porter porque eran mucho más íntimos y reducidos con prendas espectaculares y difíciles de encontrar en fiestas o momentos especiales para lucirlas. Después de ver los shows de Galliano, sus puestas en escena ya nada puede ser igual. El sabía como crear un ambiente de emoción y magia. Desde el momento que entrabas al lugar donde se iba a celebrar el desfile, daba lo mismo que fuese en el Palais Garnier en la Gare de Lyon, en una preciosa carpa en el Club de Polo o en los maravillosos jardines del Museo Rodin. Ahí fue donde vi el último y elegantísimo desfile de Galliano.

Su imaginación y creatividad no tenía límites, he visto prendas tan maravillosas que me han emocionado por su belleza hasta la lágrima. Parecía imposible que viésemos algo que pudiera superar a lo anterior sin embargo lo siguiente era mejor, arte puro en movimiento. Galliano es un ser único de esos que en el mundo de la moda pueden darse como mucho tres en un siglo. Ahora esta intentando vivir en paz y en armonía pero los genios para mostrarnos su genialidad y su creatividad, no pueden vivir en el orden establecido ni en la monotonía.

Quizá después del escándalo en que se vio envuelto por un vídeo que le tachaban de xenófobo y racista, algo que en mi opinión, estaba preparado en un bar de su barrio de París, Le Marais. Este incidente fue un tremendo varapalo en su carrera pero también le hizo aterrizar al mundo normal. El mismo día que Dior anuncio su despedida, ingresó en una clínica de rehabilitación en Arizona. Ahora trabaja para la Maison Margiela, está sobrio y feliz. En otra etapa, como el dijo en algún momento, el proceso creativo le consumía, perdía el control y vivía fuera de la realidad entre drogas y alcohol. Hemos perdido esos grades desfiles suyos pero hemos ganado una persona mucho más feliz.

Los genios de la moda

Valentino era otro genio pero mucho más sosegado, sabía como embellecer a las mujeres con prendas intemporales. Su desfile de despedida en el que tuve la suerte de estar invitada lo recuerdo de una belleza difícil de explicar. Fue también en el Museo Rodin, en París, se despedía de sus 45 años creando colecciones que disfrutó con placer; 75 modelos en pasarela por cada uno de sus años y recreando lo mejor de sus creaciones. Las mejores modelos del mundo despidiéndole vestidas de rojo, su color fetiche.

Otro genio que nos ha dejado ha sido Karl Lagerfeld. ¿Sabéis que al primer desfile de Alta Costura que acudí en mi vida fue a uno suyo? Nunca olvidaré lo feliz que fui, me quedé con mi hermana en el Hotel Crillon en la Place de La Concorde, y a parte de ver varios desfiles, “quemamos” la nuit... No soporto de nuestro país una cierta displicencia por la moda, y la elegancia asociándolo a la frivolidad, o algo innecesario. España siempre ha dado grandes creadores, que han tenido en muchos casos que emigrar a París para que se reconociese su valía, como Balenciaga o Paco Rabanne. Parece que hay personas a las cuales el vocablo elegancia les irrita, casualmente las mismas que, por otras muchas razones, yo no soporto.

Honoré de Balzac decía algo que siempre me ha gustado: “Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos”. Ser elegante, en mi opinión, es ante todo una actitud para disfrutar de la vida, vista a través del prisma de la belleza con un cierto componente hedonista; apreciar aquello de lo que uno se rodea. Estos días en nuestros desfiles he visto cosas interesantes, pero sin duda alguna, lo mejor ha sido el desfile de Pertegaz; cuyo director creativo Jorge Vázquez, ha dado una lección de buen hacer. Tengo que hacer mención especial a nuestro estupendo Alcalde que no se ha perdido ni un desfile del Palacio de Cibeles, apoyando nuestra moda con su presencia y simpatía, también Andrea Levy, joven y flamante concejala de Cultura.