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Cayetano Martínez de Irujo: “La guerra con mis hermanos por la Casa de Alba me estaba matando”
El Conde de Salvatierra adelanta en LA RAZÓN que va convocar una cumbre familiar para acercar posturas
El distanciamiento entre los hijos de la Duquesa de Alba podría experimentar un cambio después del verano. Cayetano Martínez de Irujo desvela, sin querer entrar en más detalles, que «tenemos pendiente una reunión entre todos los hermanos para hablar de la situación familiar, y también una cita con mi hermano mayor, Carlos, actual Duque de Alba».
Desde que en el 2013 falleciera la matriarca, la relación entre sus vástagos ha estado constantemente marcada por los desacuerdos. En estos momentos, Cayetano Martínez de Irujo tan solo tiene contacto con su hermano Fernando. Veremos si en esa reunión futura que avanza las aguas pueden volver a su cauce, tal y como hubiera deseado su madre que sucediera. El conde de Salvatierra dejó de llevar todo lo relacionado con los productos Casa de Alba hace unos meses, después de estar cinco años al frente de la empresa. Ha recuperado los 300.000 euros que puso al inicio de la sociedad y es Carlos quien se queda con ella y con la deuda de un millón de euros que atesora.
«El traspaso ha sido justo para ambas partes –asegura Cayetano –. Había una serie de cosas, créditos y demás, que Carlos se ha subrogado y, en lo que se refiere a la deuda, va a menos, porque la marca va ganando beneficios, hubo un parón por el coronavirus, pero todo se va reactivando. Yo he dejado la marca estabilizada, ganando poco, pero ganando, para que vaya pagándose la inversión. Y los 300.000 euros que me irá devolviendo mi hermano es la inversión inicial que puse de mi bolsillo. Con esto te digo que solamente he “ganado” cinco años de mi vida dedicados en cuerpo y alma a la empresa, en los que me he dejado la piel, para nada», explica.
–Le noto muy dolido…
–Es que no se ha cumplido lo que mi madre deseaba para mí. Crear la marca Casa de Alba fue idea mí y, lógicamente, yo iba a estar implicado en ella siempre. Y mi madre estaba totalmente de acuerdo con ello. Como ves, las cosas se desarrollaron al revés. Naturalmente, me he desvinculado de la marca con mucha pena.
–Sus hermanos demostraron un nulo interés en asociarse con usted.
–Intenté explicárselo a todos, pero, por desgracia, sin éxito. No corren un riesgo ni muertos. Entonces tiré para adelante solamente con Carlos, que heredó el ducado de Alba. Puse 300.000 euros derivados de mi empresa agrícola. Eso es lo que mi hermano me irá devolviendo en el plazo de un año. Al final, es lo comido por lo servido. He sufrido mucho y, te digo una cosa, en el fondo, y a pesar de la pena, desde que me desvinculé de la marca siento una liberación total. Porque he reemprendido mi vida. Gracias a Dios. En los últimos tiempos en la empresa me di cuenta de que me estaba matando la situación, que no se puede llevar una marca con los palacios cerrados, con el titular del ducado fuera y diciendo que Casa de Alba era de él y sus hijos. De nadie más. Se me quedaba una cara… Es como si tú promocionas una empresa y ellos te dicen que no tienen nada que ver contigo. Te dolería bastante, ¿verdad?
–Puso sobre la mesa de su hermano Carlos dos soluciones.
–Sí. Volver al origen de la marca, en la que yo tenía un cincuenta y cinco por ciento de las acciones y Carlos un cuarenta y cinco, y que cada uno asumiera su parte, llevando yo la dirección, y presentando los productos en palacio… O que se quedara mi hermano con la empresa.
–Y el duque optó por la segunda.
–Así es. Dije que no quería llevarme un euro, tan solo mi inversión inicial…Trabajé un lustro como un cabrón, y para mí era ya como un dolor seguir luchando solo. Es que hasta afectaba a mi salud…Entonces, llegamos a un acuerdo lógico y tácito. Carlos estará contento porque se lo he dejado todo hecho. Y ya está.
–A ver si es posible, por fin, una reconciliación familiar…
–No quiero que haya más conflictos, deseo pasar página, seguir mi vida. Punto. Que quieres que te diga si han sido todos mis hermanos contra mí… Ahora solamente tengo relación con Fernando. Pero no quiero hablar de ellos, por respeto.
–Le entiendo…
–Muchas gracias.
Pasa más tiempo en Sevilla que en Madrid, donde vive feliz al lado de su novia Bárbara Mirjan y con una relación inmejorable con sus dos hijos y la madre de éstos, Genoveva Casanova. Ahora, los productos Casa de Alba, que van desde embutidos ibéricos a galletas, aceite, queso, jamón de bellota, carne… elaborados en las fincas familiares, están totalmente en manos del titular del ducado. Y Martínez de Irujo, que confiesa que «me sentía con las dificultades de un salmón nadando para ascender una catarata», se dedica casi por entero a sus explotaciones agrícolas en su finca «Las arroyuelas», que se levanta en tierras sevillanas. Y sigue participando también en algunos concursos hípicos. De momento, no tiene proyectos de boda con su joven novia, aunque viendo la gran felicidad que les une, no sería extraño que decidieran casarse en el futuro. Al lado de esta mujer ha encontrado el amor y la estabilidad que le faltaban, y la diferencia de edad no ha supuesto para ellos un obstáculo insalvable.
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