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Rosa Clará: «De esto saldré sola o no saldré. No podemos seguir parados»
Madre e hijo luchan por mantenerse en el mercado. La situación no es fácil, pero las novias no han desaparecido: solo han aplazado ese día tan especial
Hasta hace un par de años las dos empresas nupciales más potentes del mundo, eran españolas y andaban siempre a la zaga. Si una abría tienda en el número 50, la otra espabilaba y abría en el 55. Después de que una de ellas fuera vendida a un fondo de inversión, la competencia sigue existiendo pero la titularidad de ser empresa española cien por cien, y familiar, solo la defiende una catalana exquisita y trabajadora, Rosa Clará: «Nosotros pagamos todos los meses, solo en Barcelona, 500 nóminas, que se dice pronto y da vértigo, y más de 1.000 personas dependen de nosotros». Este 2020 tenía pensado celebrar por todo lo alto el 25 aniversario de su firma y dar el relevo a su hijo, Daniel: «Jamás he podido comer tranquilamente en casa con mi hijo y, ahora, que está en la empresa, compartimos el táper. Es maravilloso vivir el final de mi etapa laboral con mi hijo y enseñarle». El 24 de agosto, su hijo, arquitecto con MBA y dominando el inglés y el chino, se hace cargo de la empresa Rosa Clará. Alguno lo vería como un marrón, pero él lo ve como una explosión de oportunidades.
–Debe de ser la única empresaria española que quiere dar un mensaje positivo...
–Siempre, después de una crisis, viene una época de oportunidades. No podemos seguir parados más, tenemos que ponernos las pilas y seguir para delante. En nuestro sector no hemos perdido a las novias, han retrasado la fechas de bodas, pero en otros sí han perdido su negocio. Cuando empezó la pandemia estábamos viviendo la mejor etapa empresarial de nuestra historia. Gracias a Dios nos pilló sin deuda y así hemos podido aguantar tres meses con el «retail» parado y sin cerrar ninguna tienda aunque vendamos menos.
–Cuando se reúne con sus colegas y llega con el chip positivo ¿la toman por loca?
–En esas reuniones solo se habla de ayudas. Yo estaría encantada de que alguien me ayudara, pero llevo 25 años sin ayudas y tengo muy claro que de esto voy a salir sola o no saldré. El único mensaje que doy, y puedo parecer una pirada, es que necesitamos que todo se reactive. No podemos seguir así. Pediría que hubiera más tecnócratas al frente, gente preparada y con conocimientos.
–¿De los países a los que exportan, cuál va mejor?
–Alemania. Salieron del confinamiento antes que nadie y están reponiendo género con normalidad. Y el que menos, España.
–¿La novia postcovid será más clásica?
–No. La novia, con pandemia o sin ella, quiere verse divina de la muerte. La novia americana quiere su traje sirena, la española se decanta por un diseño simple bohemio y la novia italiana quiere pedrería y ajustada, y eso seguirá siendo así.
–¿Fabricaron Epis y mascarillas en el confinamiento?
–Hemos ayudado muchísimo, todo lo que hemos podido y a todo el mundo, pero lo que no hemos hecho nunca, y seguiré sin hacer en mi vida, es el «marketing» oportunista. Si hago donaciones las hago a nivel personal y no como empresa, y tampoco lo digo. Pero sí te puedo asegurar que aquí no se ha parado.
–Se ha publicado la lista de morosos. Usted duerme bien, ¿verdad?
–Duermo muy bien porque no debo nada. Bueno, ahora sí, vuelvo a tener deudas en previsión del futuro incierto. La empresa está en Barcelona y pago una cantidad enorme de impuestos, pero si no lo hiciera no dormiría.
–Este año le pasa el testigo a su hijo. Daniel: ¿esto más que un regalo es un marrón?
–Me quedo con el optimismo de mi madre. Tenemos un proyectazo. Estudié Arquitectura y un día en un restaurante, hace cinco años, le dije: «He decidido que voy a trabajar contigo». Entonces me exigió formación a tope. No quería que llegase a la empresa como el hijo de la dueña sin saber qué hacer y me puso a prueba varios años para comprobar si servía y si me gustaba.
–¿Cuál es la apuesta de futuro de la empresa Rosa Clará?
–Trabajamos en la sostenibilidad de los tejidos. Tenemos 16 colecciones en todos los países del mundo y las adaptamos por precio, estilo y calidad. La línea Rosa Clará, la principal, es cien por cien española con productos comprados en Europa y manos artesanas de aquí.
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