Herencia
Se desvela que los trajes de luces de Paquirri, ocultos en bolsas de basura, estaban en un piso de Isabel Pantoja
Juan Pantoja vivió durante un tiempo en la casa sevillana en la que Isabel Pantoja y Paquirri formaron su hogar, aunque a él, sólo le permitían usar una habitación y la cocina. Había zonas de la vivienda restringidas en las que, según desvela la ex pareja de Juan, la cantante escondía en bolsas de basura los trajes de luces de Paquirri.
El piso donde Isabel Pantoja vivió de casada con Paquirri, situado en la calle Ramón de Carranza de Sevilla, es una amplia vivienda de más de 260 metros cuadrados. En origen, eran dos pisos. Uno se vendió hace años y el otro continúa a nombre de Isabel Pantoja aunque, personas cercanas a la familia como Marta, la ex cuñada de la cantante, se refieran a él como “el piso de Doña Ana”.
Según el testimonio de la que fuera amiga de Juan Pantoja desde su infancia y pareja estable del hermano más discreto de la cantante entre 2010 y 2015, “Había dos pisos unidos-aseguró la ex novia de Juan en el programa “Socialité”. Uno, el de Francisco e Isabel y otro el de Doña Ana.Uno se vendió, creo que el del matrimonio y que era parte de la herencia. Yo al que fui era al de la madre. Juan no quería que fuera a esa casa pero yo insistí en ayudarle a limpiar. El piso daba miedo, era como si se hubiera quedado congelado con la muerte del torero. Sólo se podía entrar por la cocina, la puerta principal estaba tapada con maletas y con trastos, los sofás del salón tapados con sábana y la habitación de Doña Ana, que estaba junto a la cocina estaba cerrada con llave y Juan me la abrió para enseñármela”.
Aquella vivienda en la que, según Marta, “el tiempo parece que se detuvo con la muerte del torero” fue donde, el fatídico 26 de septiembre de 1984, fue velado el cuerpo de Francisco Rivera “Paquirri” y dónde descubrió un día que se hallaban algunos de los famosos trastos de torear que reclaman los Rivera Ordóñez. La casa iba a ser reformada cuenta Marta y acudió con el hermano de la tonadillera, en el año 2011. Era la primera vez que entraba allí y se quedó muy sorprendida de lo que vio: “Entré al baño de Doña Ana mientras organizaba las cosas y vi unas bolsas muy grande tipo sacos de jardín. Allí, dentro de las bolsas, había trajes de luces de Paquirri y batas de cola de Isabel. Estaban cerradas con nudos fuertes, pero en alguna de ellas, vi lo que había dentro. El baño estaba inutilizado, nadie entraba allí. Además de los sacos había una maleta, que no estaba bien cerrada, y en la que asomaban capotes, banderillas y cosas del torero.”
Según respondió Marta a María Patiño, nunca habló con Juan de su descubrimiento en el baño de Doña Ana: “Yo no le dije nada a Juan porque cuando vi las bolsas tan cerradas y como estábamos con el caso Malaya, me vino un lapsus a la cabeza con las bolsas de basura. Lo último que pensé era en que allí estaban los trajes que reclaman los hijos de Carmen Ordóñez. Esto sería en el 2011, más o menos.”
Pero, según este testimonio, otros miembros de la familia Pantoja sabían lo que ocultaba Isabel en el piso de Sevilla. Entre ellos, Anabel Pantoja, quién también estuvo presente en los días en los que tuvieron lugar los hechos: “Anabel sabía que eso estaba allí porque cuando yo le deje en su casa, Juan me dijo que no podía ir porque la casa se iba a reformar y Anabel se iba a ocupar de recoger todas las cosas”.
Tras estas declaraciones sorprendentes y que revelan que algunos vestidos de torear del malogrado torero se habrían ocultado, al menos hasta 2011, en el piso de Ramón de Carranza, hemos tratado de recabar otros testimonios que lo confirmen. Así, algunos amigos de Juan de Sevilla, que conocieron las circunstancias en las que vivía el hermano de Isabel Pantoja en su piso de Sevilla aseguran que: “Juan era muy fiestero pero subía a muy poca gente a esa casa. Lo tenía prohibido. Sólo podía usar su habitación y la cocina, así que no era una casa ideal para reunirse con amigos. Aún así subí un par de veces y me sorprendió las condiciones en las que vivía allí Juan.”
Según este revelador testimonio, “el piso, efectivamente, estaba dividido en dos a través de una puerta que los comunicaba y qué estaba cerrada. Y Juan tenía prohibida la entrada en ese piso y sólo podía utilizar la cocina, su habitación y un baño. Ni siquiera podía usar el salón y aunque en alguna ocasión lo hizo, siempre tenía miedo de ser descubierto. Creo que en alguna ocasión alguien le dijo a su hermana que había hecho una fiesta. Juan tocaba la guitarra y siempre había alguien para cantar, así que los vecinos se enteraban de que había juerga y avisaban a su familia. Creo que le echaron de allí porque ella se había enterado que había subido gente a su casa. Ahora ya no vive allí”.
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