Piliña, la pescadera del rey en Sanxenxo

Conocí a Piliña hace ya más de diez años en mis veranos gallegos. Gracias a que el mercado de abastos de Sanxenxo estaba cada vez más soso y con menos producto, decidí ir al de Portonovo y de todos los maravillosos puestos de pescado me llamó la atención uno cuyo rótulo rezaba : “PILIÑA”. El puesto lucía magnífico con todo tipo de pescados de la ría y mariscos preciosos pero Piliña me pareció la auténtica estrella que llamaba la atención más que todas las centollas juntas que vendía.

A Piliña la pudimos ver ayer en televisión, en su furgoneta, a las puertas del anfitrión de Don Juan Carlos, llevándole un rico rodaballo:  “Esta vivo y es de la ría”, aseguraba. Para ella su trabajo es una terapia, una alegría… le recarga las pilas. Le apasiona ver y hablar con sus clientes y con sus compañeras, sobre todo con su compañera de puesto, con la que tiene una gran complicidad. Siempre feliz, sonriendo y poniendo luz, y peces a la vida.

También destaca el trato con la gente: con sus clientes habituales, con los nuevos y con la gente de fuera que acude al pueblo cada año. A todos ellos les habla del producto, la forma en la que se pescó, les da recetas, datos… te consigue lo que le pides y siempre de primera calidad. Es, sin duda alguna, una gran profesional. Lleva toda la vida vinculada a este mundo. De pequeña iba a las lonjas con su madre, su padre era Patrón Mayor y ya su tatarabuela era pescadera. Su trabajo es algo vocacional, es lo que siempre quiso ser, y no le molesta nada, ni siquiera levantarse a las dos de la mañana e ir por todas las lonjas en busca del mejor producto. Quienes la conocen de siempre cuentan que tiene muy buen ojo para elegir el mejor pescado y se recorre todas las lonjas para seleccionarlo.

Pili vende productos de la zona, trabaja con pesca de la ría y artesanal, pero si algún restaurante le pide pescado de importación o de piscifactoría, también lo puede conseguir ya que va cada día a la lonja de Vigo a comprar pescado que viene de todos los lugares del mundo. El marisco lo vende vivo o cocido, y si hace falta, lo lleva hasta la casa de cualquiera de sus clientes, como se vio ayer por televisión. Le llamo y me dice que fue inevitable: “siempre llevo el pedido y nunca había pasado nada. Además, ayer elegí las seis de la tarde ya que sabía que Su Majestad y Don Pedro estaban navegando, pero había mucha más prensa en la puerta que otras veces.

Piliña se reunió con el cocinero de la casa de Pedro Campos para organizar el menú de estos días que el rey Juan Carlos pasa en Sanxenxo. Me dicen que el monarca es un enamorado del rodaballo a la plancha y todo el producto tan selecto que sale de las rías gallegas. Si usted quiere disfrutar del mismo producto fresco que Don Juan Carlos, no tiene más que llamar a Piliña y ella cada semana le mandará la lista de productos y precio de mercado.