Un amigo del duque de Edimburgo asegura que la Reina Isabel II murió por un cáncer óseo

Ya han pasado casi tres meses desde que la Reina Isabel II perdiera la vida en Balmoral a los 96 años. Poco después se publicó el informe de la defunción, en el que se incluía la causa del deceso: su avanzada edad. Sin embargo, ahora un íntimo amigo del duque de Edimburgo, Gyles Brandreth, biógrafo oficial de la Familia Real, sugiere en su nuevo libro, “Elizabeth: An Intimate Portrait”, que la monarca podría haber muerto a consecuencia de un cáncer de huesos que, supuestamente, padecía de varios años atrás.

“Había oído que la Reina tenía una forma de mieloma, cáncer de médula ósea, lo que explicaría su cansancio y pérdida de peso y esos problemas de movilidad de los que a menudo nos hablaron durante el último año de su vida”, explica en un fragmento de su obra, publicado en el periódico inglés “The Mirror”.

En el libro, Gyles Brandreth va más allá y desvela otras intimidades sobre la Reina Isabel II. Consciente de que su tiempo era “limitado”, la soberana repasó su vida en sus últimos días junto a sus más allegados, a quienes confesó que no se arrepentía de nada. Sin embargo, sí le pesaban algunas decisiones difíciles que, como monarca, se había visto obligada a tomar, como despojar a su hijo, el príncipe Andrés, de sus títulos a consecuencia de la polémica suscitada tras ser demandado por supuestos abusos sexuales.

“Cuando él le contó a su madre toda la triste historia de su amistad con el pedófilo convicto Epstein, ella escuchó atentamente y respondió con una sola palabra: ‘Intrigante’”, señala el escritor en su libro, que también asegura que la Reina Isabel II siempre creyó en la inocencia de su hijo.

Se subasta el coche favorito de la Reina Isabel II

Icónicas son las imágenes de la otrora jefa de Estado a bordo de su Jaguar X-Type Estate, el automóvil en el que solía pasear siempre que tenía ocasión. A la madre del Rey Carlos IIIle encantaba conducir y pilotar este coche de alta gama que, tras su muerte, ha sido subastado.

Historics Auctioneers en Mercedes World ha sido la casa encargada de dar salida al vehículo, que ha sido adquirido por un precio de 43.000 libras esterlinas, unos 50.000 euros.

Se trata de un desembolso muy elevado para un coche de sus condiciones, cuyo valor en otra situación no habría superado las 5.000 libras, “pero su conexión directa con la monarca incrementó mucho su valor. Con apenas 115.000 km de rodaje y un extenso historial que detalla su procedencia royal, el precio final del coche fue de 38.000 libras, que teniendo en cuenta las tasas han elevado su precio hasta la cifra de 43.000 libras”, explican desde la casa de subastas.