
Problemas familiares
El cumpleaños más amargo de Mette-Marit: salud frágil, un hijo imputado y una hija en la otra punta del mundo
La princesa heredera de Noruega cumple 52 años atravesando un ‘annus horribilis’ en el que confluyen la enfermedad que condiciona su vida, el escándalo judicial de Marius Borg Høiby y la marcha de Ingrid Alexandra a Australia
- [[LINK:INTERNO|||Article|||68a419d298abb0e41d989c68|||Marius Borg Høiby: el hijo de Mette-Marit que sacude a la Casa Real noruega con 32 cargos en su contra]]
Lo que debería ser un día de celebración se ha convertido en uno de los capítulos más oscuros de la biografía de la princesa Mette-Marit de Noruega. La esposa del príncipe Haakon sopla 52 velas en un año marcado por la adversidad: una enfermedad que no da tregua, la partida de su hija a la otra punta del planeta y, sobre todo, la imputación formal de su primogénito, Marius Borg Høiby, por delitos que han conmocionado al país.
Desde 2018, la heredera convive con una fibrosis pulmonar crónica que la obliga a adaptar su agenda y que ha puesto en suspenso muchas de sus apariciones oficiales. A comienzos de marzo, la Casa Real emitió un comunicado alarmante en el que se detallaba que la enfermedad había avanzado hasta el punto de condicionar de manera significativa su vida diaria. "La princesa presenta síntomas y dolencias diarias que afectan su capacidad para desempeñar sus funciones", se leía en un tono poco habitual para el hermetismo de la institución.
Sincericidio
La noticia golpeó a la opinión pública y devolvió a la memoria las palabras que la princesa compartió en su 50 cumpleaños, cuando decidió hablar por primera vez de su diagnóstico. "Vivir con algo poco visible puede ser duro. Pero soy optimista y muy feliz por tener personas talentosas a mi alrededor", confesó entonces. Una sinceridad que hoy cobra aún más sentido.

A esta vulnerabilidad física se suma ahora la sacudida emocional que ha supuesto la imputación de su hijo mayor, Marius Borg Høiby, por 32 delitos, incluidos cuatro de violación. La Fiscalía ha sido tajante: "La vinculación de Borg Høiby con la Familia Real no implicará un trato diferente". El juicio, previsto para enero de 2026, se perfila como uno de los procesos más mediáticos de la historia reciente del país y sitúa a la familia real noruega en una incómoda exposición pública.
Como si la salud quebradiza y la tormenta judicial no fueran suficiente, Mette-Marit ha debido despedir a su hija Ingrid Alexandra, que a sus 21 años ha iniciado estudios universitarios en Sídney. La heredera al trono de Noruega se especializará en Relaciones Internacionales y Economía Política, un paso vital que la aleja -física y emocionalmente- del hogar familiar en Oslo.
La princesa llega a este nuevo aniversario marcada por la fragilidad y la incertidumbre, aunque arropada por el apoyo incondicional de Haakon, quien se ha convertido en su pilar en medio de las crisis. Un cumpleaños que, lejos de ser un motivo de alegría, refleja el peso de un "annus horribilis" en el que la enfermedad, el escándalo y la distancia se entrelazan en un relato tan humano como trágico.
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