
Relaciones
Marta Gayá, de ser "la dama del rumor" a amiga fiel del Rey Juan Carlos I
La balear no se oculta ni la ocultan, forma parte del círculo íntimo del padre de Felipe VI y es habitual verla en los eventos relacionado con el rey

Desde que don Juan Carlos se instaló en Abu Dabi algunos de los amigos fieles han compartido ese exilio dorado que en su día eligió (o le recomendaron elegir) el rey emérito. Han viajado a los Emiratos en más ocasiones en las que se ha hecho pública esa compañía. Y lo mismo ha sucedido cuando el padre de Felipe VI ha volado a Sanxenxo para regatear y se ha encontrado con ese grupo de fieles gallegos que capitanea Pedro Campos que nunca han necesitado hacer valer esa relación.
En cambio, empresarios con los que compartía cacerías, flamenco y la visibilidad de amiga entrañable como fue Corina Larsen desaparecieron. Don Juan Carlos ya no venía bien para presumir de su cercanía y hacer negocios utilizando su amistad como carta de representación. En la revista "Tiempo de 1992" se cuenta como el general Sabino Fernández Campos, un hombre honesto y leal, avisaba de esas «amistades peligrosas» que rodeaban al monarca. Como se ha visto cuando abandonó la jefatura del Estado eligieron desaparecer.
Quedan fieles y entre este grupo minoritario se encuentra Marta Gayá. La primera vez que apareció en prensa fue gracias al periodista Jaime Campmany, director de la revista "Época". La portada del semanario con el titular «La dama del rumor», que se acompañaba de una foto de la que en aquel momento y años después era la pareja de don Juan Carlos dejaba al descubierto una historia sentimental que era conocida en el mundo periodístico, pero no entre los ciudadanos. Algo parecido a lo que sucedería años después con Corina Larsen.

El CNI estaba al tanto de que el rey emérito comenzaba su cuenta atrás (como se ha visto) con esta historia sentimental que aún no ha acabado con demandas de ida y vuelta. Hasta que la comisionista no apareció en portada de la revista "¡Hola!" mostrándose en todo su esplendor. Fue el punto de inflexión para bien o para mal. Para Corina Larsen la relación amorosa de tantos años no se tradujo en fidelidad sino en todo lo contrario.
Cariño y afecto
Este preámbulo de traiciones y deslealtades sirve para colocar en el contexto adecuado a Marta Gaya. La que fuera relación amorosa antes de que llegara la ex princesa por matrimonio es en la actualidad una de las personas que mantiene ese lazo de cariño y afecto hacia el monarca jubilado. Nunca ha dado entrevistas a pesar de las ofertas millonarias que ha recibido y salvo en una ocasión tampoco hay imágenes públicas de ambos. La famosa «dama del rumor» de la revista Época ha viajado a menudo a Abu Dabi y don Juan Carlos ha hecho lo propio cuando se ha desplazado a Suiza una vez que ya no tiene representación institucional.

La agenda oficial solo contempla a los reyes Felipe y Letizia, sus hijas y doña Sofía desde que se convirtió en jubilado real. En esos viajes que ya no son públicos la excusa es encontrarse con la infanta Cristina (cada vez pasa menos tiempo en Ginebra) aunque la realidad es visitar a Marta Gayá y su grupo de amigos internacionales en Gstaad. La discreción es el denominador común de todo ellos y por lo tanto don Juan Carlos se siente en un ambiente de cordialidad y más cercano que el que le ofrece la seguridad de Abu Dabi donde su íntimo amigo Abdul Rahman El Assir le atiende. A pesar de ciertas informaciones dirigidas por su entorno el que fuera marido de María Fernández Longoria de la que está divorciado podría planear una nueva boda. El tiempo lo dirá y don Juan Carlos sería el invitado especial.
Como decíamos y aseguran los que conocen a Gayá, ella es la verdadera amiga leal que mantiene un lazo de cariño y afecto hacia don Juan Carlos cuando aparecen nuevas mujeres como es la autora de la próxima biógrafa de don Juan Carlos, Laurence Debray. A diferencia de Gaya, la periodista es el altavoz de los movimientos de don Juan Carlos describiendo su último cumpleaños y otros avatares familiares de los Borbón para la revista ¡Hola!. Un recorrido que nunca hizo la balear.
Gayá y don Juan Carlos comenzaron su relación en 1990, en Palma de Mallorca. Ella era hija del empresario y hotelero Fernando Gayá, propietario del hotel Villamil, en la zona turística de Peguera. En los setenta, ella se casó con el ingeniero malagueño Juan Mena, pero el matrimonio duró muy poco y nunca más volvería a pasar por el altar. Entre su círculo de amistades se encontraban Marieta Salas y Zourab Tchokotua, amigos a su vez del rey Juan Carlos, que organizaban unas fastuosas fiestas en su casa de verano de Sa Mola. Fue en ese entorno donde se estrechó la amistad entre ambos. Ha pasado más de un cuarto de siglo desde ese primer encuentro facilitado por el príncipe Tchokotua. Hubo cierto distanciamiento por parte de la mallorquina, cuando Don Juan Carlos estuvo con Corinna Larsen. Gayá se mantuvo ajena, tal vez por intuición sabía que esa relación acabaría mal, como así ha sido. Ahora, Marta Gayá resurge como la amiga y compañera fiel que siempre ha sido, al lado del que fue su gran amor.
Las propidades de Gayá en España
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