La desconocida vida de Georgie Dann: casado con una gogó y con tres hijos que seguían sus pasos

Era un apasionado de la playa, las barbacoas y los chiringuitos. Georgie Dann disfrutaba de la vida con toda intensidad, y la última vez que hablé con el, en el 2018, cuando acababa de sacar al mercado el que ha sido su hit “postrero”, y futbolero, “Buen rollinski”, tenia la misma ilusión que le convirtió en el rey de las canciones del verano. Un octogenario encerrado en el cuerpo de un ser vitalista y enamorado de la vida.

Alegre, divertido, entusiasta y con una fortaleza increíble, Georgie se ha ido casi sin darse cuenta, a los 81 años, poco antes de entrar en el quirófano del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, donde iba a serle practicada una operación de cadera.

Georges Mayer Dahan vino al mundo en Paris el 14 de enero de 1940, llevaba la música en la sangre y, aparte de especializarse en canciones tan pegadizas como “El chiringuito”, “La barbacoa”, “Casatschok”, “El negro no puede”, “Carnaval, carnaval”, “La batidora”, “Bimbo 92″… sabía tocar el acordeón, el saxofón y el clarinete.

En aquella ultima conversación me confesó que quería celebrar sus cincuenta y cinco años en nuestro país, que se hubieran cumplido en el 2022, con un tema que rompería los esquemas de sus anteriores éxitos, pero, desgraciadamente, se lo ha llevado a la tumba.

“Va a ser un bombazo, algo nuevo y que llamará mucho la atención”, me dijo entonces. A su lado, su esposa Emy, española, con la que se casó en 1974. Un matrimonio incombustible con tres hijos, dos de ellos, Patricia y Paul, siguieron los pasos musicales de su padre y forman el grupo “Calle París“.

Emy era bailarina en uno de los espectáculos del que sería su marido. La profesión y la amistad dio lugar al enamoramiento. Y a una unión que ha durado casi cincuenta años. Irónicamente, el calificado como rey del verano ha fallecido en otoño.