Crónica

Los sábados de Lomana: Victoria Federica, sin tiempo (aún) para ser interesante

La hija de la infanta Elena de Borbón, Victoria Federica
La hija de la infanta Elena de Borbón, Victoria FedericaAlberto OrtegaEuropa Press

Me han dicho que escriba sobre Victoria Federica de Marichalar de Borbón y reconozco que me quedé un poco asombrada, porque desde hace un mes escucho hablar de la nueva «it girl». Es difícil escribir de una chica de 21 años sin ningún «background» interesante porque no ha tenido tiempo. Excepto ser hija de una Infanta de España, nieta y sobrina de un Rey. Siempre en contra de muchas opiniones, me pareció que tenía un estilo personal informal, pero chic, un sesgo bohemio a la hora de vestirse con un porte elegante que le aporta ese cuello tan largo, para mi lo más bello de sus cualidades físicas unido a su altura y delgadez. Se parece mucho físicamente a su abuela paterna. Mi percepción de Victoria, a través de los lugares en los que hemos coincidido, es que le encanta la vida social y divertirse con sus amigos. En verano, siempre la he visto en Starlite Marbella, pasándolo bien, bailando, rodeada de los «cachorros» de la jet. Algunos tremendamente vanidosos a pesar de ser adolescentes, pero sabiendo muy bien quién son y queriéndolo demostrar. Ella no. Ahora, como muchas chicas de su edad, se ha abierto una cuenta en Instagram y tiene una agencia para gestionar su vida mediática y dirigirla por el mejor camino para conseguir los mayores beneficios en publicidad y eventos a los que acude como imagen, aportándole sustanciosos beneficios. Según he leído, estudia Marketing y Comunicación en un centro americano universitario privado con sede en Madrid. Tiene un novio DJ, no se han casado pero viven juntos. Algo que hace años hubiese resultado fuera de la norma, ahora parece lo más normal. La prensa ha decidido que ya tiene un nuevo personaje, un relevo generacional dentro de los «royal» en España. El contrapunto de sus primas Irene y las hijas de los Reyes. Ni sus gustos, aficiones, carácter, nada de nada. La verdadera presentación de Victoria en sociedad, donde saltaron las alarmas, fue este otoño en Sevilla en una fiesta que organizó la revista «Elle». Apareció espectacularmente vestida por Lorenzo Caprile con un vestido largo impecable en terciopelo azul Klein, acompañado de zapatos joya de Blahnik. A partir de ese momento, cada una de sus apariciones estuvo perfectamente estudiada mostrándola como un nuevo icono de moda en la que se podía apreciar la mano de su padre Jaime de Marichalar, asesor del grupo LVMH, hombre de muy buen gusto y siempre loco por las últimas tendencias de moda. Victoria no necesita estilistas, tiene a su padre que es el mejor. Esto es indudable.

Victoria Federica Marichalar en una imagen de archivo
Victoria Federica Marichalar en una imagen de archivoJuan Jose UbedaGTRES

En la entrevista que ha publicado «Elle», fundamentalmente habla de su familia, de la afición de su madre por la hípica, quiere hacer hincapié en que la gente conozca su vertiente religiosa (eso queda muy bien). Forma parte de una generación de la era digital y es una forma de que la conozcan. Nada tan fuera de la realidad como Instagram y yo soy una instagramer con 514.000 seguidores, así que lo mejor que puedo hacer es callarme. Nuestra nueva «influencer» ya tiene un alto caché por asistir a eventos, pero me gustaría que se formase y terminara sus estudios. Eso será lo que haga de ella una mujer con solidez e influencia de verdad. Desde aquí le deseo lo mejor porque siempre me gustó mucho y todos la conocemos desde que era una niña de apariencia tímida opacada por un torbellino llamado Froilán.