Ni Estefanía ni Charlene: el próximo viaje del príncipe Alberto de Mónaco tiene una protagonista muy especial

El 6 de abril de 2005, el Palacio Grimaldi lloraba la muerte del príncipe Rainiero de Mónaco. Jefe de Estado del pequeño principado de la Costa Azul durante más de medio siglo, Rainiero fue conocido por impulsar la transformación de Mónaco en el centro turístico internacional que es hoy en día. Además, fue muy perseguido por la prensa tras contraer matrimonio con la archiconocida actriz Grace Kelly, quien asumiría el título de princesa.

Ese mismo día de 2005, Rainiero fue sucedido inmediatamente por su único hijo varón, Alberto de Mónaco. Si bien no estaba casado, el heredero a la corona monegasca ya había sido padre hasta en dos ocasiones, pero no los reconoció hasta haber ascendido al trono. En 2011, el príncipe se casó con su novia de más de 10 años, la nadadora olímpica zimbabuense Charlene Wittstock.

Tres años más tarde, el Palacio Grimaldi anunciaría el embarazo de Su Alteza Serenísima, quien daría a luz a mellizos en diciembre de 2014. Debido a la vigencia de la ley sálica en Mónaco, Gabriella, quien había nacido unos minutos antes que Jaime, no se convirtió en princesa heredera, pasando este honor a su hermano. A pesar de ello, la joven ha cobrado estos días una especial importancia, debido al viaje que protagonizará la familia monegasca con motivo del 20º aniversario de la coronación de Alberto.

Carladès, un paraje de ensueño

Y es que la primogénita de Sus Altezas Serenísimas ostenta el título de condesa de Carladès, un antiguo condado situado en la región francesa de Auvernia. Será el 9 de julio cuando los Grimaldi lleguen a Vic-sur-Cère, poblado erigido por orden de Luis XIII, quien quiso construir una sede señorial para Honorato II, nada más y nada menos que el primer príncipe de Mónaco.

Durante esta visita, la princesa Gabriella protagonizará un momento especial al inaugurar una plaza que llevará su nombre, concebida como parte del proyecto de rehabilitación del centro urbano. En relación a las primeras tomas de contacto de sus hijos con la vida institucional, Alberto de Mónaco se mostraba confiado, tal como recogió una entrevista realizada para la cadena TF1. "No debe afectarles emocionalmente ni ocuparles demasiado. Debemos darles espacio y libertad. Es muy importante poder vivir la juventud", declaraba el príncipe monegasco.