Polémica

El empresario Luis Medina: “No he hecho nada ilícito”

«Estoy tranquilo y confío plenamente en la Justicia (...) Gasto mi dinero en lo que me da la gana»

Tras admitir el titular del Juzgado número 47 de Madrid, a trámite, la querella de la Fiscalía Anticorrupción contra los empresarios Luis Medina, el hijo menor de Naty Abascal y el fallecido duque de Feria, y Alberto Luceño, exdirector de Uno de 50 y la firma de ropa Poete, a quienes se les atribuye una presunta comisión de los delitos de estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales, por aún no demostradas irregularidades en una operación de compra venta de material sanitario en el año 2020, LA RAZÓN se ha puesto en contacto con el joven empresario de 41 años para conocer su estado de ánimo y las acciones a emprender ante tan delicado asunto. Luis cobró un millón de comisión y Luceño casi cinco.

Medina atiende muy amable. «Ahora mismo lo único que me importa es declarar ante el juez y demostrar que no se hizo nada ilícito. En cuanto llegue el informe de la empresa malaya que vendió ese material se aclarará todo. Le repito lo mismo que le dije ayer, estoy muy tranquilo y confío plenamente en la Justicia», declara con vehemencia.

Su voz no denota preocupación, habla con tranquilidad, pero midiendo sus palabras. Callar es lo que le han aconsejado sus abogados y Luis sigue la norma al pie de la letra, aunque desliza algún comentario: «La situación mediática no me gusta nada. No hay nada ilegal». Insiste en que «ni se han falsificado documentos, ni hay nada extraño». Sobre el presunto intermediario entre ellos y el ayuntamiento madrileño para vender el material, nuestro interlocutor asegura que «ni he hablado con ese hombre ni le he visto en mi vida». Se refiere a Carlos Martínez Almeida Morales, primo del actual alcalde de la capital. Se defiende igualmente de los que le señalan por tener barco y relojes de lujo: «Yo me gasto mi dinero en lo que me da la gana. No tengo que dar explicaciones a nadie. Y más si es un dinero ganado lícitamente, como sucede en este caso», detalla con serenidad.

Menos tranquila se siente su progenitora, Naty, que guarda silencio, pero, según una amiga suya, «tiene los nervios a flor de piel. Está convencida de que su hijo no ha cometido ningún delito». Madre e hijo son uña y carne, de hecho, Luis tiene ubicada su oficina en la casa de Naty. Aurelio Manzano, amigo de la familia, manifiesta que espera que esta situación no perjudique «socialmente a Luis, porque es muy buen chico y es un imprescindible en los grandes actos sociales y las fiestas con más glamour».