Polémica
Esther Doña y la delgada “línea roja”
La ruptura de la socialité y el juez tiene todos los ingredientes para formar una polémica de lo más interesante
«Son las cosas de la vida, son las cosas del querer/ No tienen fin ni principio/ Ni tiene cómo ni por qué…».Así cantaban Manuel Bandera y Ángela Molina «Las cosas del querer» y como si de la mejor copla se tratara, el folletín protagonizado por Santiago Pedraz y Esther Doña tiene todos los ingredientes de la mejor telenovela.
Lejos queda ya la imagen de la viuda del Marqués de Griñón con el juez de la Audiencia Nacional, mirándole acaramelada, mientras él le dedicaba románticos poemas y frases como: «Eres el gran amor de mi vida» o «mía siempre».
Desde el inicio de la relación, me llamó la atención que un juez tan serio e introvertido entrara en el juego de los posados y exclusivas de la prensa rosa, pero el amor no atiende a razones como él mismo le decía en un cuadro que le dedicó. «Mas puede el corazón que la fuerza de la razón y con toda razón, te lo doy».
Sin embargo, lo de organizar pedidas de mano, con anillo y juramento de amor eterno, para luego romperlas vía mail o WhatsApp parecen ser habitual en Pedraz, que ya lo hizo con su anterior pareja. Mientras a la abogada Sylvia Córdoba la dejó en capilla por Esther Doña, con esta última ha roto porque «hay líneas rojas que no se pueden pasar y ella las pasó», según fuentes del entorno judicial.
Después de un verano tenso con más idas que venidas, el día 20 de agosto Pedraz le envío el siguiente mensaje a su prometida: «Nuestro amor es imposible, hablamos algún día. Cuídate y besos».
Pero, ¿qué llevó al juez a tomar esta decisión tan tajante en tan poco tiempo? Mi teoría es que se topó de frente con la realidad. La malagueña, a mediados de agosto y en medio de una de sus peleas, le contó a su ya prometido que se tomaba unos días para descansar. Había recibido una invitación privada para navegar y cuando llegó al impresionante yate se dio cuenta de que no era la única mujer a bordo. La invitación procedía de un influyente y adinerado hombre de negocios que tiene muy ilusionada a la ya ex de Pedraz y que responde al nombre de Bruno P., según las últimas informaciones de la periodista Beatriz Cortázar que fue la que destapó el fraude de la portada de «¡Hola!».El juez Pedraz alertado por su círculo más cercano, empezó a atar cabos y terminó por zanjar la relación.
De hecho, fuentes cercanas aseguran que están circulando fotos de la modelo con su último «affaire» navegando y que pronto verán la luz.
Es sabido que Esther Doña cuenta con un misterioso pasado en el que aparecen otros nombres conocidos: Julio Iglesias, José María González de Caldas, Bertín Osborne, Lorenzo Quinn y Luis Miguel Rodríguez, entre otros. Ninguno de ellos lo ha reconocido públicamente. Sí, en cambio, admitió su relación con la viuda de Griñón, el actor Máximo Valverde. Esther Doña era entonces una joven de 18 años. También son un misterio los dos matrimonios que tuvo antes de casarse con Carlos Falcó.
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