La abuela más famosa de España, Ana Obregón, vuelve al ruedo beauty

Que Ana Obregón siempre ha sido una de las mujeres más coquetas (y ‘cañón’) de España, no se puede poner en duda. Nadie que haya vivido en este país durante los últimos cincuenta años es ajeno a la rumorología sobre sus retoques (unos ciertos y otros no) que incluyen hasta una estrambótica leyenda urbana sobre implantes estallando en un avión.

Sea por lo que fuere, lo que se ha hacía o dejaba de hacer la presentadora, actriz y bióloga siempre estuvo boca de todos y más aún cuando llegaba el verano con aquel mítico posado en biquini, trueque por unas vacaciones libres de prensa, al que no fallaba ni un fotógrafo del corazón. Pero llegó la enfermedad y luego el duelo por su querido hijo Aless y arrasaron con todo.

En lo exterior, además de un luto riguroso (primero en negro y luego en blanco), que ha durado casi tres años, Ana confesaba el pasado diciembre durante un evento de laCabine (la firma de belleza de la que es embajadora y de la que dona todos los beneficios que obtiene a la fundación Aless Lequio) que había perdido casi por completo las ganas de todo, incluso de cuidarse. Su única rutina de belleza durante todo este tiempo: un serum y una crema de la marca que representa. Hoy, sin embargo, nos alegra oír que la llegada de su nieta, Ana Sandra, no solo le ha devuelto las ganas de vivir, sino también el gusto por el color y los estampados que siempre definieron sus outfis y, presuntamente, su ilusión por verse (más) joven y guapa en el espejo.

Se dice, se cuenta, se rumorea que Ana aprovechó su estancia en Miami, a la espera del nacimiento de su anhelada nieta, para realizarse algunos tratamientos estéticos, quizás en pos de mostrar su mejor cara en el reportaje de su revista de cabecera. Según la opinión experta del Dr. Giraldo Ruiz, del equipo médico de la prestigiosa Clínica Martín del Yerro I Amselem, comparando la última foto que subió Obregón a su Instagram antes del viaje a USA y las fotos con la bebé que se publicaron hace unos días, apunta que “sí, parecen apreciarse cambios en su rostro: posiblemente toxina botulínica para tratar las líneas de expresión en el tercio superior, un tratamiento de reposicionamiento con miomoduladores inductores de colágeno para mejorar la flacidez, relleno con ácido hialurónico en pómulos, que dan la impresión de estar más proyectados y, quizás, tracción de tercio inferior con hilos tensores para marcar ángulo mandibular”.

En cualquier caso, ya sea retoque médico o fotográfico, lo cierto es que Ana está radiante y más que abuela, podría pasar por madre ¿Qué les parece?