
Reconciliación
Ágatha y Luismi, en el punto de mira: ¿a la cuarta va la vencida?
Han vuelto a coincidir en un cumpleaños y él asegura a LA RAZÓN que «la va
a cuidar» ¿Habrá otra oportunidad?, se preguntan en las tertulias

Luismi Rodríguez, dueño de Desguaces La Torre, y la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada fueron pareja durante algo más de tres años. Se conocieron en el mes de mayo de 2018, en el cumpleaños de Teresa Bueyes, y desde ese día se hicieron «amigos entrañables». La abogada se encargaba de algunos asuntos legales del empresario y uno de ellos fue su divorcio. La fiesta de aniversario se celebraba, como otros años, en la finca toledana de Rodríguez. Hasta ese momento el conocimiento personal entre ambos era nulo. Sus mundos eran muy diferentes y con pocas probabilidades de encontrarse ni por ambiente ni por amigos comunes, salvo el punto de unión con la letrada. En aquellas fechas, el propietario del desguace más grande de Europa la definía de esta manera: «Es una mujer muy divertida, buena gente, un poco loca y lo paso muy bien con ella. Hay pocas mujeres como ella, es una crack. Me hace gracia, me cae muy bien». Y terminaba su declaración con un «estoy ilusionado».
En ese festejo en la finca del rey de Reciclaje, como lo definía Ágatha, los dos estaban libres como el viento. Ágatha ya no era pareja de Luis Gasset. Luismi (como se le conoce) -que había mantenido un noviazgo con Carmen Martínez-Bordiú durante varios años- no tenía en ese momento amiga estacional. Ese tipo de amistades, que eran flor de un día, fueron el motivo de la ruptura con la ex duquesa de Franco. Y con el tiempo, también fue la razón de las dos separaciones con la diseñadora. Hubo un tercer intento por recuperarla, pero no pudo ser. Y lo curioso es que esa última vez el empresario no había caído en ninguna tentación, sino que unas fotos besando a una actriz sirvieron para que Ágatha dijera «hasta aquí hemos llegado».
En esa zona de la calle Jorge Juan de Madrid, donde se encuentran los restaurantes de moda y hay un paparazzi por metro cuadrado, era muy fácil captar la imagen de Rodríguez con una mujer que no era Ruiz de la Prada. Como él mismo me contaba en esas fechas, era una especie de encerrona, pero las fotos resultaban comprometedoras teniendo en cuenta su currículum afectivo y su dejarse querer por el mundo femenino. «Es la primera vez que no he hecho nada que pudiera molestarla. Fue una trampa. La saludé y me fui a cenar con unos amigos». Para Ágatha la explicación no le resultó convincente y rompieron definitivamente. Ella se instaló durante unos días en su casa de París y dejó de responder a las llamadas del que había sido su pareja. Decidió cortar y apropiarse de la frase «lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible».

Por su parte Luismi Rodríguez me hacía la siguiente declaración: «Ya no estoy con La Flaca (así la llama). La quiero mucho y es una mujer fuera de serie. Trabajadora, divertida, muy buena persona y también con un carácter importante. Nos compenetramos muy bien. El problema es que yo soy como soy. Cuando se quiere cambiar a una persona, las cosas no funcionan. Siempre hablaré bien de La Flaca, que nunca se ha querido aprovechar de nada. Ella es independiente en todos los sentidos y era la que me invitaba a sus casas. La voy a querer siempre», zanjó.
Patón, ese hombre
Una vez que pasó el tiempo la relación que habían mantenido durante esos tres años pasó a una gran amistad con un contacto telefónico y personal importante. Hasta que llegó a la vida de la diseñadora José Manuel Díaz-Patón. Por aquello de no molestar, se dejaron de ver. Pero ahora que la ruptura con el que parece querer ser una figura televisiva es real, ha vuelto el contacto.
¿Habrá una cuarta oportunidad para ambos? Es la pregunta que tras la ruptura sentimental de la empresaria con el abogado queda en el aire y es pasto de tertulias. Hace unos días, Luis y Ágatha coincidieron en el cumpleaños del empresario Arturo Fernández, como publicó «OK Diario». A partir de ese momento, las informaciones fueron varias. Puestos al habla con Luismi Rodríguez, su explicación ha sido la siguiente: «Coincidimos y yo la quiero mucho». Al comentarle que Ágatha no pasaba por su mejor momento emocional me respondió: «Bueno, pues yo la voy a cuidar». Y después de esto, son libres de hacer todo tipo de conjeturas. Hay un refrán que dice que donde hubo fuego, quedan rescoldos.
El letrado, impasible ante el encuentro
Después de airear a este medio en exclusiva su desconcierto por su relación real con la diseñadora («No sé si estoy con ella o no», declaró a la periodista Amparo de la Gama), no se ha manifestado sobre este acercamiento de Ágatha con Luis Miguel Rodríguez. El tiempo dirá si le volveremos a ver, ahora más dolido, en De Viernes.
✕
Accede a tu cuenta para comentar