Aniversario
Curro Romero cumple 90 años: el Faraón de Camas que encontró el amor
Su esposa, Carmen Tello, cuenta a LA RAZÓN cómo celebrarán este día tan especial, rodeados de amigos, «flamencos y toreros»
En sus noventa años de vida, que cumple hoy, Curro Romero ha conocido al frente de España a un dictador y dos reyes, pero el único que puede presumir del título de faraón español es este hombre sencillo y admirado, el Faraón de Camas, que hoy celebrará este día tan especial con su esposa Carmen, su hija Conchitín y dos matrimonios amigos. Todos se reunirán en un restaurante de la capital sevillana.
Precisamente, es Carmen Tello quien habla en exclusiva para LA RAZÓN y nos pone al día sobre el estado de salud de su marido. Cuando contactamos con ella acaba de salir de una clínica donde le han realizado unas pruebas a Curro. Dicen que la aparición de tan señorial mujer en la vida del torero fue como un bálsamo que curó heridas pasadas, una bendición de Dios.
«Vamos a almorzar seis u ocho personas, entre ellas José María García y su esposa, la hija de Curro y otro matrimonio amigo. Y más adelante, algunos toreros y flamencos organizarán un homenaje a mi marido. Es un hombre muy querido», nos cuenta.
Genio y figura
El estado de salud del maestro de toreros, según su esposa, «está bien, pero sufre un párkinson que afecta a su movilidad. Y también ha perdido visión, se siente mal porque a la caída de la tarde prácticamente no ve nada. Pierde mucho el equilibrio y hay que ayudarle a andar. De cabeza, se encuentra muy bien, la tiene perfecta, pero la movilidad muy mal». El médico le ha recomendado que se desplace en silla de ruedas, pero «se niega a hacerlo. Genio y figura. Mientras pueda andar, no quiere ninguna silla».
Curro y Carmen llevan juntos «desde hace treinta y tantos años, veinte casados por lo civil y uno por la Iglesia. El 18 de diciembre cumpliremos nuestro primer aniversario matrimonial religioso. Tuvimos que esperar porque la anterior mujer de Curro, Concha Márquez Piquer, se negaba a concederle la anulación, pero al año de fallecer decidimos cumplir ese sueño que teníamos los dos. A Curro le he dado amor, un hogar tranquilo, porque cuando nos conocimos le faltaba una estabilidad emocional, era muy inseguro en muchas cosas. Y necesitaba a su lado una persona que le ofreciera una seguridad. Yo le doy cariño, mucha paciencia y le cuido mucho. Que no se agobie ni se ponga triste, y que no se deprima. Gracias a Dios, formamos un matrimonio muy feliz».
Afortunado en el ruedo...
Hasta que Carmen llegó a su vida, el torero había tenido muy mala suerte en el amor. Su primera esposa, Concha Márquez Piquer, se enamoró de Curro cuando tan solo tenía catorce años y él doce más, pero esperaron a que ella cumpliera los dieciocho para casarse en la iglesia madrileña de los Jerónimos. Tuvieron dos hijas, Conchitín y Coral, pero aquella unión acabó con un divorcio en 1982, cuando llevaban tres años separados.
Carmen, en el 2022, le dedicó su boda religiosa «a mis padres, que eran muy creyentes y murieron sin poder verme casada por la Iglesia con mi marido. Mi consuelo es que, desde el cielo la verán».
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