
Aniversario
Diagnóstico Marilyn Monroe: las patologías de una diva que hoy cumpliría 99 años
Según de qué lado inclinemos la cabeza, podemos ver en la estrella belleza o fragilidad. Sufrió tartamudez, dislexia, endometriosis, trastorno bipolar, adicciones…

Hollywood hizo de Marilyn Monroel estereotipo de mujer ingenua, dulce, encantadora e inocente. Y ella lo encajó a la perfección en películas como "Los caballeros las prefieren rubias" (1953) y "La tentación vive arriba" (1955). Otra cosa era cómo se sentía en ese papel creado expresamente para ella.
Marilyn fue una mujer mucho más compleja e interesante que ese constructo, una avanzada en la lucha contra el acoso sexual en el cine, la defensa de los derechos de la mujer y la reivindicación de la libertad del cuerpo femenino.
Precursora feminista
Hastiada, rompió con Hollywood y se mudó a Nueva York, donde vivió una de las etapas más felices disfrutando de la vida social y cultural de Manhattan. Leía filosofía y fundó su propia productora abriendo un camino que siguieron otros grandes actores como Frank Sinatra, Barbara Streisand o Paul Newman. Aunque falleció en 1962, se la considera precursora de la segunda ola feminista en Estados Unidos.

Hoy habría cumplido 99 años. Norma Jean Mortenson -su nombre real-tuvo una infancia difícil. No conoció a su padre y su madre acabó ingresada en un sanatorio. Hasta su adolescencia, su vida fue un viacrucis de orfanatos y casas de acogida, donde fue violada al menos dos veces. A pesar de su carácter desafiante, peleó hasta el último de sus días contra su propia personalidad sumida en un océano de barbitúricos, anfetaminas y alcohol. Tenía 36 años cuando se suicidó.
Cincuenta centavos por tu alma
Su frase "Hollywood es un lugar donde te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma" exige mirar hacia el interior del icono rubio que tanto nos fascina. Cualquiera que eche un ojo a su biografía se preguntará cómo pudo llegar a los 36 años teniendo la cabeza y el cuerpo de tal modo traumatizados por la violación, los abusos físicos y mucha crueldad desde diferentes flancos.
Después de su muerte se conocieron sus múltiples diagnósticos. Uno de sus médicos, Hyman Engelberg, declaró en una entrevista que la actriz padecía un trastorno maníaco depresivo, lo que ahora se conocería como trastorno bipolar. La biógrafa Lois Banner, autora de "Marilyn: The Passion and the Paradox" (2012), añadió tartamudez severa y dislexia, además de su adicción a los barbitúricos y a las anfetaminas. Es posible que el consumo de estas sustancias le indujesen síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios.

Marilyn se esforzó por superar su enfermedad mental. Acudía a un psiquiatra cinco veces por semana y, tras un episodio de ideación suicida , fue internada brevemente en la Clínica Payne Whitney, donde era obligada a escuchar los gritos insoportables de otros pacientes. Luego fue enviada al pabellón psiquiátrico del Presbiteriano de Columbia.
El sueño frustrado de maternidad
Menos se sabe aún de la batalla que libró la actriz contra la endometriosis severa, a pesar de que ocupó una parte importante de su corta historia vital. Esta enfermedad ginecológica provoca inflamación y crecimiento anómalo de tejido similar al revestimiento uterino en zonas como los ovarios y trompas de Falopio, provocando dolor crónico y otras molestias en muchas mujeres. Está bien documentado que Monroe sufrió abortos espontáneos desgarradores en 1956 y 1958, así como un embarazo ectópico en 1957 que sumó mucho dolor a su desesperado deseo de ser madre.
En su autopsia, se encontró una alta concentración de barbitúricos en su cuerpo, incluyendo Nembutal y chloral hydrate (otro sedante). Algunos biógrafos, como Donald Spoto y Lois Banner, mencionan que tomaba diferentes medicamentos al día, cada uno con un uso. Además de los barbitúricos, como Nembutal y Seconal, altamente adictivos, que usaba como sedantes, consumía abundantes ansiolíticos y tranquilizantes como Miltown, analgésicos para mitigar sus dolores físicos o musculares y, de manera ocasional, anfetaminas para controlar su peso.

Es fácil ver en Marilyn la rubia bella e ingenua que Hollywood creó para su industria. Pero, según de qué lado inclinemos la cabeza, veremos esta otra cara, igualmente sometida al escrutinio público. Jean Cocteau, escritor y cineasta, escribió que su muerte "debería servir como una terrible lección para todos aquellos cuya principal ocupación consiste en espiar y atormentar a las estrellas de cine".
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