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Suceso

El escándalo histórico: El precio político del sexo oral entre Clinton y su becaria

Era 1998 y Monica Lewinksy, estudiante en la Casa Blanca, tuvo que huir del país y él, confesar

Monica Lewinsky junto a Bill Clinton, en una imagen de archivo larazon

En la vida del expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, hay un antes y un después tras el llamado escándalo Lewinsky. La carrera política del mandatario sufrió un serio revés tras salir a la luz el «affaire» sexual con Monica Lewinsky, la becaria de veinticuatro años con la que mantenía relaciones íntimas en la misma Casa Blanca. Aunque él negó en un principio lo que luego sería innegable, su amante reconoció que había tenido encuentros sexuales con él en nueve ocasiones entre noviembre de 1995 y marzo del 97. Y, encima, Hillary Clinton estaba en el edificio en siete de aquellos momentos.

La mentira del presidente

El entonces presidente intentó que la infidelidad no saliera a la luz, desmintiendo públicamente esas citas, pero hubo un hecho que demostró la mentira. Un vestido fue la prueba principal que abrió los ojos a los estadounidenses sobre su vida disoluta. Una prenda de Monica en la que se encontraron, tras realizar pruebas de ADN, restos de semen de Clinton. Una amiga de Lewinsky, Linda Tripp, que estaba al tanto de los encuentros, fue la que le recomendó que no lavara el vestido porque sería la prueba convincente de que las relaciones existieron. Enterarse de tamaña infidelidad causó una grave crisis matrimonial, aunque con el paso de los años quedó demostrado que Hillary Clinton acabó perdonando a su marido. La noticia apareció por primera vez el 17 de enero de 1998 en la web Drudge Report, en la que se desvelaba que investigadores del semanario «Newsweek» exponían el romance. Cuatro días más tarde, el diario «The Washington Post» publicaba la truculenta historia, lo que originó la indignación del presidente.

Bill y Hillary Clinton, pocos meses después de casarse, en 1975larazon

Dicen que mantuvo una larga conversación con su muje y Hillary dio su brazo a torcer apareciendo con su marido el 26 de enero en una rueda de Prensa apoyándole en un nuevo desmentido: «Quiero decirle al pueblo estadounidense que me escuche, no tuve relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky, esas alegaciones son falsas». Hillary siguió apoyándolo e incluso declaró en la NBC que era una «conspiración política». En agosto de ese mismo año, Clinton acabó admitiendo ante la nación que tuvo «una relación física inapropiada». La becaria reconoció que fue sexo oral, pero que no existió coito. Años más tarde, la exbecaria confesó que «al salir a la luz esas citas sexuales mi vida se arruinó. Me alejé del foco y hui a Londres para hacer Psicología». Hoy se dedica a apoyar campañas contra el ciberacoso y sigue «teniendo miedo».