
Polémica
Para mí, este es el tema del verano: la fan de Alejandro Sanz ya tiene representante
Ivet Playà, que acusa al cantante de conductas inhumanas y espionaje, prepara ya su primera entrevista. La joven conoció a Sanz cuando tenía 18 años y él, 49

Lo que empezó como una historia de admiración adolescente terminó tornándose en una pesadilla emocional. Ivet Playà, una joven catalana que en 2015 conoció a Alejandro Sanz siendo una devota fan, ha decidido romper su silencio. Lo ha hecho en TikTok, con un testimonio que ha sacudido las redes sociales y que ha generado un debate inevitable sobre el poder, la vulnerabilidad y los límites morales en las relaciones marcadas por la asimetría.
"Necesito contar mi historia con Alejandro Sanz. Por la niña que fui, pero sobre todo, por la mujer que soy hoy", comienza Ivet, ahora con 27 años, en un vídeo que acumula miles de visualizaciones. Según relata, su vínculo con el cantante se inició cuando él comenzó a seguirla en redes, a comentar sus fotos e incluso a compartir contenido suyo. Para una adolescente fan, aquello era un sueño hecho realidad.
"Jugó con mis sueños"
La relación avanzó hasta un primer encuentro privado en 2015, cuando ella tenía 18 y él 49. "Alejandro Sanz sabía perfectamente lo que yo era desde el principio: una niña", dice Ivet con firmeza. "Con 19 años me recorrí toda España para ir a sus conciertos, hice diez en mes y medio. Él lo sabía. Jugó con mis sueños". Por entonces, el artista acababa de romper con la cubana Rachel Valdés.

Pero la historia no se quedó ahí. La joven asegura que, con 22 años, se trasladó de Barcelona a Madrid para trabajar para él. "En esa época, no sé realmente el motivo, pero nos espiaban las conversaciones privadas. No tenía nada que esconder, pero me sentí invadida, expuesta". Todo se rompió cuando Alejandro Sanz comenzó su relación actual con Candela Márquez. Según confirma 20 Minutos, Playà ha contratado los servicios de un representante para negociar una primera gran entrevista.

Este periódico confirma que existe material fotográfico y audiovisual de alto voltaje, así como conversaciones comprometedoras y reveladoras que, de hacerse públicas, podrían afectar seriamente a la imagen de Alejandro Sanz.
Vínculo íntimo y sexual
Lo más delicado del testimonio llega cuando Ivet reconoce que el vínculo entre ambos se volvió íntimo y sexual. "Se suponía que estaba viviendo un sueño, pero la realidad es que se convirtió en una terrible pesadilla", afirma. "Me siento engañada, utilizada, humillada. Me da miedo pensar quién pudo ver lo que le mandaba en mi intimidad más absoluta".
En un momento especialmente crudo, recuerda una entrevista reciente del artista: "Decía que se lleva a gente por delante, que es peligroso. Pues a mí, Alejandro Sanz me ha llevado por delante".
A pesar de la contundencia de sus palabras, Ivet aclara que no acusa al cantante de ningún delito. No hay denuncia judicial, pero sí una necesidad emocional y moral de contar lo vivido. "No firmé ningún papel, y me siento con la responsabilidad de alzar la voz. Conmigo se equivocó. Yo ya no soy esa niña. Hoy reconozco lo que es un vínculo sano y cuando alguien solo se siente bien vaciando el corazón de los demás".
Un testimonio potente que reabre el debate sobre los límites éticos en las relaciones marcadas por la fama, la diferencia de edad y el poder emocional. Alejandro Sanz, por ahora, guarda silencio. Pero como dice Ivet al final de su vídeo: "¿Y ahora qué? Ahora la verdad. Ahora yo".
Desde el entorno del artista niega, según 20 Minutos, "que el trato dispensado haya sido vejatorio y anuncian que, en caso de ser necesario, obligarán a la joven a que acredite judicialmente cada una de sus afirmaciones. Asimismo, recuerdan que no es la primera vez que un miembro del staff busca notoriedad pública a través de la filtración de datos personales y de carácter privado para obtener algún tipo de remuneración".
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