Entrevista
Hotel Flamingo: "En la cama acabamos hablando de trabajo"
Rosco y Andrea Guasch comparten su carrera y su vida, y aunque aseguran que no han encontrado la forma de separar el amor y los negocios, de momento les ha ido bien en ambos aspectos
Quien dijo que se debe separar el amor y el trabajo no conocía a Rosco y Andrea Guasch. Sus destinos se unieron cuando eran compañeros en un musical, y desde entonces no se han separado. En 2019 fundaron su propia banda, Hotel Flamingo, que ahora presenta su último tema: “Quedan balas”, que anima a seguir adelante cuando el camino se pone difícil…
-¿De dónde sacan fuerza para seguir adelante cuando la cosa se complica?
Rosco: el uno del otro. Cuando uno afloja, el otro dice: ‘venga, tenemos que tirar para adelante’. De eso y de las cosas buenas que nos pasan. Nos aferramos a las pequeñas alegrías que nos han pasado últimamente, a la gente bonita que hay a nuestro alrededor y, en mi caso, sobre todo a Andrea. Cuando tengo bajón, siempre está ella para ayudarme.
-¿Cuáles son esas pequeñas alegrías?
Andrea: están siendo semanas muy buenas profesionalmente. Son chorraditas, pero nos ponen muy contentos. Nuestro equipo está creciendo y es maravilloso, porque es gente que nos apoya, que nos quiere y que apuesta por nosotros, como personas y como grupo. Ver que poco a poco se genera está familia nos hace mucha ilusión.
-¿Cómo ha sido el camino desde que formaron Hotel Flamingo?
Andrea: en general, ha sido muy bonito y por eso seguimos juntos en este camino, pero es verdad que ha habido altibajos y te desanimas un poco o te vienes abajo. De hecho, cuando compusimos “Quedan balas”, estábamos en un momento así… Cualquier persona que emprenda un proyecto o una relación tiene que saber que habrá momentos en los que se sienta sin fuerzas o desubicado. Por fortuna, la música nos ayuda mucho y el grupo está teniendo un recorrido guay. Está claro que es muy difícil que todo el éxito llegue de golpe, pero vamos poco a poco. Nosotros, además, estamos aprendiendo también a trabajar juntos y ser buenos compañeros.
-¿Es difícil trabajar con la pareja? ¿Cómo hacen para no mezclarlo todo?
Rosco: no lo hacemos, es imposible. Al final, siempre que nos vamos a la cama acabamos hablando de trabajo, de las canciones que tenemos que terminar o el vídeo que tenemos que grabar. Lo que estamos intentando es que cada vez nos afecte menos.
Andrea: es verdad que estar juntos como pareja nos ayuda mucho a todo. Aunque nos lo llevamos todo a casa, está siendo como un máster en relaciones porque todo se multiplica. Hemos tenido que aprender mucho a escucharnos, a respetarnos, a tratarnos con cariño… Ya lo hacíamos como pareja, pero como artista, tiendes mucho a defender tu canción, tu idea, y a lo mejor a la otra persona no le gusta. Hay que apartar el ego y tratar esas diferencias con cariño y amor. Si estamos juntos, es porque lo estamos haciendo bien, porque nos podríamos haber matado.
-Además, su trabajo les permite pasar mucho más tiempo juntos…
Andrea: totalmente. Y nosotros somos personas que nos gusta compartir el éxito del otro. Yo, de hecho, no hubiera empezado en la música si no hubiera sido por Rosco. Me veía más como una actriz que canta, pero gracias a él empecé con la guitarra, a componer mis canciones y a cantar como Andrea, no como un personaje cualquiera. Nuestra relación funciona porque queremos sacar siempre lo mejor del otro y que todo el mundo vea lo bueno que es.
-¿Qué es lo más valioso que han aprendido el uno del otro?
Rosco: un montón de cosas… Andrea me está enseñando a tomarme las cosas con más calma, porque soy muy ansioso e impulsivo. Ella se toma las cosas con más tranquilidad y me ha hecho ver que nada es tan importante. También me ha enseñado a ser mejor compañero y a empatizar con gente con la que trabajamos. En definitiva, a ser mejor persona.
Andrea: a ver cómo supero yo esto… (ríe). Hay muchas cosas que aprendo de él día a día. Él es muy currante. Cuando tiene una canción que aprenderse no se levanta de la silla hasta que termina. La disciplina que tiene Rosco es muy admirable e intento que se me pegue algo, porque hay veces que tiendo a tirar la toalla o a despejarme y dejarlo para después.
-Han viajado mucho juntos. ¿Cuál fue el viaje más especial?
Andrea: yo creo que estamos de acuerdo en esto. El que hicimos a las Maldivas. Fuimos dos semanas, y la segunda estuvimos en un barco. Es como un tipo de crucero al que, básicamente, vas a bucear. Es como un safari submarino, solo tocas tierra algunas horas para hacer una barbacoa en una isla desierta. Eso me cambió la vida, volví cambiadísima. Entrar en el océano te hace ver que es otro mundo, con un montón de especies y diversidad.
Rosco: después de ese viaje hemos valorado mucho más lo que hay en el fondo del mar, que por desgracia está muy descuidado. En Europa, en el Mediterráneo, nos hemos cargado el mar, y cuando ves en Maldivas ese océano tan cuidado, a los animales en su hábitat, empatizas mucho con ellos. Nos cambió la vida.
-Hace poco imitaron a David Bisbal y Chenoa en “Tu cara me suena”. ¿Cómo fue la experiencia?
Rosco: teníamos muchos nervios porque el listón estaba muy alto, pero al final llegaron comentarios superbonitos de parte del público.
Andrea: yo creo que se notó que lo hicimos con amor y respeto hacia la canción y hacia ellos. Yo me puse muy nerviosa cuando me enteré de que tenía que imitar a Chenoa, pero ella fue un amor como siempre, y al terminar nos dio la enhorabuena. A Rosco le dijo que había estado impecable. Después vino a cantar con nosotros y fue un regalo por su parte.
-¿Qué les queda por hacer? ¿Algún proyecto frustrado?
Rosco: yo quiero bucear más. Todo el rato. Ahora, cuando tengo algún fin de semana libre, solo pienso en ir a bucear. Es como una meditación.
Andrea: yo ahora estoy cubierta, estoy feliz con la música, también en televisión, con “Tu cara me suena” y la serie. Quiero seguir centrada en Hotel Flamingo y, por supuesto, ser feliz, que es el proyecto más importante.
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