Empresario
Íñigo Onieva: 2.400 euros al año para entrar en su club privado
Cuando se cumplen dos años de su boda, el marido de Tamara Falcó se convierte en el inesperado rey Midas de la noche
Han pasado dos años de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. El 8 de julio de 2023 se celebró en la finca El Rincón, propiedad que había heredado la novia y de la que ahora es copropietario su hermano, Manolo Falcó. Los previos al «sí, quiero para toda la vida» no fueron fáciles. No solo porque tuvieron que reconducir su noviazgo, sino por complicaciones domésticas que hacían pensar que los astros no estaban alineados con las nupcias.
A saber: desencuentros con las diseñadoras de la firma Sophie et Voilà, que finalmente no firmaron el vestido, permisos que no llegaban para que pudiera celebrarse la liturgia religiosa en el recinto, la pérdida del anillo nupcial, el incendio del camión donde viajaban los zapatos de novia hechos a medida, etc. Sucesivos acontecimientos que no parecían buenos augurios para un comienzo matrimonial.
Sin embargo, dos años después, Tamara e Íñigo forman un buen equipo. Ella mantiene sus compromisos televisivos en «El Hormiguero», los publicitarios y su colaboración con la firma Pedro del Hierro. En lo que respecta a Íñigo Onieva, Casa Salesas, el restaurante que abrió en mayo de 2024 junto a varios socios, ha recorrido un camino con excelentes perspectivas de futuro. Al principio no tuvo buenas críticas por parte de profesionales del sector y la clientela acudía más por postureo que por verdadero interés, pero con el paso de los meses, la oferta gastronómica se fue consolidando. Hubo cambios que generaron beneficios, tal y como deslizan los socios. Uno de ellos, José Luis López, alias El Turronero, así me lo confirma: «Las cuentas que nos ha presentado son excelentes. Hay beneficios, que es lo que interesa cuando inviertes en un negocio».
Su siguiente proyecto ya está en marcha. Se trata de un club privado en el barrio de Salamanca, situado en el local que fue la tienda de Elena Benarroch. Un espacio de 1.000 metros cuadrados con el nombre de Vega Private Members Club, dirigido solo a socios y en el que la privacidad está asegurada. El marido de Tamara Falcó no es solo la cara pública de este proyecto, sino que ejerce como empresario titular y socio ejecutivo, con mando en la toma de decisiones.
La estrategia de funcionamiento es similar a la que mantienen los clubs privados del Reino Unido, con salas de reuniones y despachos personalizados para encuentros más privados, entre otros atractivos. Los socios han de ser invitados y abonar una cuota inicial de 2.000 euros, más otra superior de 2.400 por el mantenimiento anual. Aseguran los que conocen de primera mano esta iniciativa y a los socios que intervienen que contar con Íñigo Onieva no es una cuestión solo de caché, sino de productividad.
«Puede tener una imagen pública más frívola, pero es un trabajador muy serio y con excelentes ideas, que al fin y al cabo es lo que interesa al resto de personas que invierten en el negocio. Es una apuesta muy fuerte y que tendrá sucursales en Marbella, Ibiza, Valencia y Dubái, entre otras ciudades con movimiento empresarial y social», cuentan a LA RAZÓN. Detrás de este club privado se encuentra el mismo organigrama que opera restaurantes como Tatel y Totó, propiedad de Manuel Campo Guallard y Cristiano Ronaldo, entre otros.