Memorias
Isabel Chávarri: «Si Marta hubiera seguido con Fernando Falcó, que era un señor, habría sido todo diferente»
El 21 de julio de 2023, la socialité fallecía en Madrid a los 62 años. Hablamos con su hermana
El 21 de julio de hace dos años fallecía Marta Chávarrien su domicilio del barrio de Salamanca, a los 62 años. Desde que se divorció de Alberto Cortina había decidido no ser personaje público. Dejó de acudir a fiestas y eventos promocionales que ya no la interesaban. Tenía su grupo compacto y discreto de amigos que siempre la apoyaron y la cuidaron. En primer lugar, sus hermanas Isabel y María. A ellas se unían Cristina Thomas de Carranza, Veva Longoria, Antonio Gutiérrez Marcet y Katia Guerrero. Y parte de su familia como la tía Natalia Figueroa, hermana de Matilde, la madre de las Chávarri que murió muy joven.
La excepción en la boda de su hijo
Tampoco se prestaba a entrevistas de ningún tipo. Solamente rompió esa regla de oro en la boda de su único hijo, Álvaro Falcó, cuando se casó con Isabella Junot, el 2 de abril del 2022. Un reportaje en el que aparecía espectacular con un diseño de casaca y pantalón de la firma Tot-Hom. Una imagen que resultaba nostálgica al figurar también Philipe Junot. Marta y el ex marido de Carolina de Mónaco mantuvieron en el verano de 1996 un romance de verano. Lo llamativo de la historia fue el azar.
A la exmarquesa de Cubas la habían fotografiado en Marbella y por lo tanto, lo que resultaba esperable, era que permaneciera en la Costa del Sol. Volvió a Madrid para encontrase con Junot. Decidieron cenar en Sacha. Un local discreto al que solían acudir políticos y empresarios para reuniones secretas. Una de las noches hubo una filtración de una cena de esas características de Felipe González con comensales con los que no quería ser visto. Muy cerca estaba la redacción de la revista «Tiempo» y un reportero que vio la seguridad en la calle esperó hasta que saliera el presidente González. Cuál no sería la sorpresa al ver que Marta y Junot salían de la mano y se besaban. Fueron portada.
Un moento muy bonito
El capricho del destino los unió veintiséis años después de ese romance sin futuro. Los hijos de ambos crearon su propia familia. Álvaro e Isabella son padres de Philippa. La nieta era la ilusión de Marta, como me contaba Isabel Chávarri: «Hay momentos en los que pienso que voy a llamar a Marta, voy a contarle esto que he visto en una tienda que seguro que le gusta. Se fue mi mitad cuando se encontraba en un momento muy bonito con el nacimiento de Philippa. No se merecía haberlo pasado tan mal con Cortina. Si Marta hubiera seguido su vida con Fernando Falcó, que era un señor de los pies a la cabeza, habría sido todo muy diferente. Si hubiera vivido mi madre, nunca se habría ido con Cortina. Se metió en el matrimonio y hasta que no consiguió tenerla no paró. Era una niña, muy inocente y se obnubiló».
Marta lo tuvo todo en el aspecto social, mundano y económico. Viajaba en avión privado y vivía en un piso con piscina cerca del hotel Santo Mauro que sus amigas definían como una jaula de oro: viajes exóticos y una libertad mermada. El reportaje de «Interviú» donde aparecía bajo un titular «la marquesa sin bragas» la destruyó. Se utilizó su relación extraconyugal con Alberto Cortina para desbaratar una megamillonaria fusión bancaria.
Ella no era consciente de que en ese peligroso juego de poder y dinero era un simple peón, no la reina. Hace un año, su amigo Antonio Gutiérrez Marcet le dedicaba este homenaje que sirva de colofón para este texto. «Marta era el paradigma de clase, de belleza. Siempre fue guapísima. Cuando iba a su casa le decía: ‘oye, aquí tienes cartas de invitaciones sin abrir’. Y me contestaba: ‘No me interesa nada. Si quieres vete tú’. Me consta que al final de su vida fue feliz y con eso me quedo. En verano solía alquilar una casa grande en Comporta o Tarifa e invitaba a sus hermanas y los amigos más íntimos. Fue inigualable. Compartí con ella doce años felices. Hemos estado muy felices y la quiero muchísimo».