Estado de salud

Julián Muñoz: no hay perdón para el alcalde que dejó a Marbella «en cueros»

La pena de sus seres queridos, a quienes ha comunicado por WhatsApp el avance de su cáncer, contrasta con la rabia de esa parte del pueblo que no olvida

Julián Muñoz
Julián MuñozGtres

Julián Muñozpasará a la historia como el alcalde que dejó en cueros al Ayuntamiento de Marbella, llevando el dinero negro al hogar familiar en bolsas de basura, según declaró textual y públicamente su propia mujer, Mayte Zaldívar. Le sentenciaron a 22 años de cárcel, glosando el total de los delitos para cumplir condena. Cachuli, como es conocido, pasó años intermitentes entre rejas por malversación pública y cohecho continuado, pero salió de prisión porque le consideraron paciente de riesgo con dolencias graves respiratorias.

Ajeno a cualquier patología, el exalcalde de Marbella no ha dejado de ser el mejor cliente del estanco junto a su casa, donde, hasta ahora, se compraba cada día un par de paquetes de cigarrillos. Estos días es noticia porque ha declarado públicamente que está «aquejado de un cáncer galopante», algo que en su entorno más cercano de amigos ya conocían. Una de estas personas detalla a LA RAZÓN cómo lo compartió: «Julián nos comunicó a los amigos del grupo por WhatsApp que tenía cáncer. Tiene un cancercillo regular. Estamos muy preocupados por él, hay muchos que creen que le queda poco tiempo». Otro de los amigos nos explica que cuando vio las imágenes en televisión se acercó a verle a casa de su hija Eloísa, que es donde le cuidan. Dice que le encontró muy bien de ánimo y bromeando, aunque le advirtió: «Estoy más chungo que nunca, no sé si salgo de esta».

Las alarmas saltaron en Marbella y hasta hubo que desmentir que el exedil hubiera fallecido. El domingo pasado, una íntima amiga con la que había aparecido en fotografías en diferentes publicaciones, sin ninguna relación ya con él, se acercaba a este medio para interesarse: «Me acaban de decir que ha muerto ¿es verdad? Hace tiempo que no hablamos y me he quedado muda».

Julián Muñoz
Julián MuñozGtres

En Marbella hay sentimientos encontrados sobre la enfermedad que dice padecer el exalcalde. Para Diego Escalona, portavoz del movimiento «Marbella se queja» y uno de los «marbelleros» que más ha denunciado la corrupción a través de su plataforma y los desmanes del «gilismo», argumenta a LA RAZÓN: «La gente ya está harta de que Julián Muñoz salga cada dos por tres en los medios exhibiendo sus dolencias. Ese no es el tema. El asunto es que pague los 46 millones de euros que debe al Ayuntamiento de Marbella, de los que solamente ha abonado 1.021 euros. Y no lo digo yo, lo dice la Audiencia Nacional. Si quiere irse en paz, que devuelva ese dinero que no es suyo. Y ahora todos los que dicen familiarmente estar arropándole lo único que están haciendo es proteger que no se pierda ni un euro de todo el montante que han hecho desaparecer».

Escalona intuye que hay gente que se ha vuelto a acercar a él para pedirle dinero o saldar cuentas. «Se le ha visto últimamente entrando y saliendo de un locutorio en Nueva Andalucía. Ahora que cada uno piense lo que quiera. Todos nos vamos a morir, que él no juegue a dar pena. Llevamos más de cinco años poniendo una foto de Julián en nuestra plataforma cada Domingo de Resurrección, porque aquí en Marbella muchos le llaman Julián El Resucitado».

Sus intrigantes paseos

Desde que Cachuli salió del hospital Costa del Sol, dándose de alta él mismo, se ha dejado ver por distintos puntos de Marbella y en diferentes situaciones. Visitando el puesto del mercado municipal, donde Mayte Zaldívar regenta el barecito Puesto 85 con su actual pareja, Fernando. O de camino a la farmacia Del Río, en San Pedro de Alcántara. Tal vez el paseo que más llama la atención es el de Banana Beach, el recinto de la primera licencia ilegal que concedió para construir 238 viviendas en una zona verde, pegadas al mar. Esta fue la primera condena para el exalcalde de Marbella, junto a otros seis concejales del Grupo Independiente Liberal (GIL).

Hay imágenes que muestran al exalcalde con su nieta y el novio de esta abriendo la puerta de esta urbanización y accediendo al interior. En este lugar ilegal y sentenciado judicialmente al derribo tenía su ático la fallecida Carmen Sevilla y también Yola Berrocal.

Sobre Julián Muñoz recaen condenas que suman 22 años de prisión, más las que aún tiene pendiente de sentencia. En las innumerables ocasiones que se ha sentado en el banquillo, su mantra ante el juez siempre es responsabilizar de todo a Jesús Gil: «No estoy echando la culpa al muerto, pero yo no participé. Todo se hizo según nos marcaban».

Penitencia por sus sevillanas de «madrugá»

Las mujeres siempre han sido la perdición de Julián Muñoz. El circo rosa de su vida ha trascendido de principio a fin. Desde su esposa, Mayte Zaldívar, que arremetía desde televisión contra su pareja y hablaba de las corruptelas de su marido al frente del consistorio, asegurando que el dinero negro entraba en el hogar familiar en bolsas de basuras, a Isabel Pantoja, que acabó encerrada en prisión por los tejemanejes con él. Y sin olvidar a la «rubia» que le llevó de nuevo a la cárcel por culpa de unas sevillanas de «madrugá» que hicieron sospechar al juez de vigilancia penitenciaria que le había dejado libre por enfermedad. Los magistrados consideraron «estéticamente llamativo que quien justificaba estar enfermo para cumplir condena en el domicilio se recoja a altas horas».